Un brillo intenso tapaba mi vista, de pronto algo estaba cubriendo a este. Abrí los ojos con delicadeza, unos ojos azul claro me veían con dulzura, cabellos castaños y enrollados cabellos caían a los lados de su cara, piel pálida, labios rojos con hermosa sonrisa, y su voz: calmada y encantadora.
- ¿Estás bien? -preguntó sonriendo de medio lado.
Mis ojos, que estaban fuertemente apretados, se abrieron de golpe, estaba llorando, de nuevo.
Me paré de la cama descalzo, la habitación se encontraba sola, como era de esperarse, mis compañeros de cuarto todavía no habían regresado de sus vacaciones ya que no se encontraban ni en el consejo estudiantil ni en ningún club por lo que no se tomarían la molestia de acompañarme una semana antes de clases.
Di pequeños saltitos para llegar a mi baúl y sacar mi ropa, y mientras me dirigía al baño para cambiarme detuve mi mirada frente a la ventana por un momento.
-Afuera hace buen clima-dije para mí.
Los climas lluviosos siempre eran de mi agrado, tal vez no se encontraba lloviendo en este momento, pero se podía prevenir fácilmente que lo haría pronto.
Al salir del baño puse la cafetera a funcionar mientras me recostaba en un cojín en la ventana.
Sin poder controlarlo mucho una lágrima rodó por mi mejilla. Qué tonto era llorar por alguien que ni recordaba su nombre, tal vez lo había olvidado apropósito, tal vez ella me pidió olvidarla, pero ¿cómo podría olvidar ese sentimiento? Era como si una parte de mí faltara, pero mientras soñaba sentía esa confianza de estar con ella.
- ¡Qué estúpido! -grité algo desesperado golpeando la pared fuertemente y dejando que el silencio cubriera de nuevo la habitación sonaba al fondo la gota de café cayendo en la cafetera-.
Apagué la cafetera y sin tomar el café de esta agarré mi chaqueta y mi teléfono y salí de la habitación sin un rumbo en específico.
Había pocas personas en las calles, menos de las que solían haber cuando recorría más seguido la ciudad de niño en bicicleta. Solté una pequeña sonrisa, cuanto habían cambiado las cosas desde ese entonces.
Caminé algo y me compré un pan en una panadería, seguí caminando y con mi pan en la boca me senté en una plaza. Aquella se encontraba bastante sola, justo en un puesto delante de mí se encontraba sentada una chica leyendo un libro, me llamó algo la atención por lo que me le quedé viendo unos cuantos segundos hasta que subió la mirada, haciendo que mi reacción fuera el bajar la mía.
-Sus ojos son azules...-susurré para mí y luego sonreí-son lindos-subí un poco la mirada viéndola rápidamente y luego saqué mis audífonos y teléfono disimulando.
Coloqué música y dejándome inspirar por esta empecé a tomarles fotos a las palomas con el teléfono, en el ataque algo desesperado de salir se me había olvidado traer mi cámara.
Cuando ya estaba dispuesto a dejar la plaza pude notar como tres hombres algo sospechosos se estaban dirigiendo a la chica que estaba sentada frente a mí, ella estaba concentrada leyendo su libro y un mal presentimiento me llegó en seguida.
Los hombres se acercaban cada vez más a la chica y en vez de huir, como mi cerebro me pedía, corrí hasta ella. Los hombres ya se encontraban justo frente la muchacha y atravesándome entre los dos extendí mis brazos intentando protegerla.
- ¡¿Que-é creen que ha-hacen?!-pregunté tartamudeando mientras temblaba del miedo.
No podía negar que los tres hombres se veían muy imponentes, pero el solo pensar que le podía ocurrir a aquella chica si la dejaba sola en aquella plaza me hacía sentir mal, después de todo había personas como ellos que se aprovechaban de la situación de la ciudad para hacer cosas malas.
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Eliminando Errores
Science FictionUn grupo de adolescentes dentro de un internado con secretos viven momentos difíciles por una pandemia que amenaza con acabar a casi todo ser vivo. La extraña enfermedad le otorga a quién la padece habilidades sobre-naturales, con un inevitable fina...