Me moví de un lado a otro intentando conciliar el sueño, lo que era, claramente: imposible. Me senté sin abrir los ojos, y me quité la cobija que se encontraba encima de mí, abrí los ojos con pesadez y miré a los lados algo perdida. La ventana se encontraba abierta, y Pepper se encontraba dormida recostada a esta.
¿Qué hace ahí...? -me pregunté extrañada.
Bajé de la cama de arriba de la litera, tropezando con un zapato de Pepper al tocar el piso.
- ¡Diablos! -grité agarrándome de la otra litera que se encontraba al frente con torpeza-Pepper-la fulminé con la mirada, se encontraba muy serena descansando, recostada de la pared de la ventana.
Me le quedé mirando seria, e intentando ignorarla molestia que aquello me había producido, agarré mi teléfono en la mesa de noche y vi la hora: cinco y catorce. Suspiré, se suponía que me levantaría a las cinco y media para salir un rato del internado antes de empezar a hacer mis actividades del consejo estudiantil.
Miré a Peter recostado sobre la litera frente a mí, dormido profundamente, después de todo había pasado muy mala noche con todo eso de Rossana Grimm, de lo cual preguntaría más adelante.
***
Luego de haberme arreglado, salido del cuarto y del internado, me encargué de caminar por las calles sin un rumbo específico, había frío, todavía no había terminado de amanecer y las calles se encontraban con una soledad algo aterradora. Pero yo solo me dediqué a caminar.
Paré al frente de un cementerio, y anduve alrededor de él ya que se encontraba cerrado.
-Zoe...-pensé con un toque algo nostálgico, y sin darle mucha importancia a mis pensamientos, pasando como tormentas dentro de mí, seguí mi camino a ningún lado.
Mi destino, como siempre, terminó en la casa de Patrick. Él se encontraba sentado en la escalera de su casa con su mirada perdida en la nada.
-Hey-dije casi como un susurro, sin mencionar más palabra, me senté a su lado intentando mirar su mismo punto perdido.
- ¿Cómo está Zoe? -.
-Me comentó que ayer llevaste a Rachel a mi casa. Hace mucho que no la veo ¿Cómo está? -fue lo único que contesté.
-No lo sé realmente...parecía algo perdida. No pude evitarlo, lo siento-dijo con una voz átona y con su mirada todavía en la nada, yo solo asentí.
- ¿Viste a mi hermana? ¿Cómo se veía? -.
-Solo la vi de reojo, nada fuera de lo normal. De todas formas, no soy nadie como para que ella me cuente de esa clase de problemas-se volteó, y me regaló una sonrisa algo torcida de medio lado.
-Yo tampoco soy nadie, y tú me hablas de tu mamá-dije frunciendo el ceño, bajando la mirada.
-Ese no es...-echó su cabeza hacia atrás y soltó una pequeña risa, él sabía que tenía razón porque después de todo, yo siempre tenía razón- ¿caminamos un poco? -se levantó y le seguí, volviendo a tomar un rumbo desconocido.
Hablamos cosas poco importantes, cuando empezarían las elecciones del consejo en el colegio, si participaría en estas; cuando empezaban las actividades del club de gimnasia, del cual me encontraba becada, siendo esa mi razón de estadía en el internado. En conclusión, cosas poco relevantes. Lo único extraño de aquello, era el hecho de que nunca hablamos de él, cuando quería preguntarle algo Patrick cambiaba el tema, por lo que solo decidí seguirle el juego.
Siguiendo nuestro trayecto, volvimos a pasar por el cementerio, esta vez decidí detenerme en su puerta. Zoe estaría ahí pronto, eso me sacaba de quicio.
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Eliminando Errores
Science FictionUn grupo de adolescentes dentro de un internado con secretos viven momentos difíciles por una pandemia que amenaza con acabar a casi todo ser vivo. La extraña enfermedad le otorga a quién la padece habilidades sobre-naturales, con un inevitable fina...