¶¶¶Capítulo 1¶¶¶

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Era un día soleado, se notaba que sería como cualquier otro día para Yugi Muto.

Bajó después de arreglar su habitación y empezó a ayudar a su tía con el almuerzo, pues hoy era el primer día que el mismo Yugo iría a entregarles el almuerzo a sus primos en su trabajo, una construcción cercana de allí.

—Yugi, recuerda que debes llevar esto con mucho cuidado, no queremos que se riegue la sopa o el jugo, ¿Entendido?. -Pregunta la mujer de ojos azules después de una media hora mientras empezaba a colocar todo en unas bandejas.

—Lo sé Tía Ishizu, no te preocupes que iré con cuidado. -Sonrió mientras terminaba de preparar el jugo. —Además puedo yo solo con dos almuerzos completos, confía en mí.

—Esta bien Yugi, necesito dos tarros más, ¿Puedes ir a comprarlos en la tienda? . -La mujer sacó dinero de su monedero y se lo dio al joven tricolor. —Toma, ve donde la vecina a comprar.

Asintió con su cabeza y tomando las llaves se marchó.

—Bien, compraré y regre... ¿Ese es Rafael? . -Vió a un joven rubio en la esquina de la calle, sonrío y apresuró su paso. —¡Hola Rafael!

—Yugi, es bueno verte. Mi instinto me decía que vendrías.-El rubio pasó sus manos por su cabello tricolor para luego besarle los labios. —¿Qué haces por aquí pequeño?

—Voy a comprar algunas cosas para llevar el almuerzo a mis primos. -Besó su mejilla con una sonrisa de lado. —¿Quieres acompañarme?

—Claro, será un verdadero placer Yugi. -Sonrió coqueto para luego abrazar al menor y empezar a caminar con dirección a la tienda. —Anda, yo te espero aquí.

Yugi entró saludando y pidió dos tarros más, los pagó y rápidamente le atendió la señora entrada en edad con su suave voz.

Cuando salió, observó al joven de ojos azules esperando cruzado de brazos. Avanzó hasta él y con compras en mano continuaron caminando de regreso hasta la conocida esquina donde siempre se veían.

—Fue lindo verte hoy Yugi. -Rafael besó sus labios y acarició la mejilla sonrojada del tricolor, sonrió de lado ante esto. —¿Te veo mañana? Ya que después tengo que ir de viaje por temas de trabajo.

—Intentaré venir, a veces mi tía me mantiene ocupado. -Respondió algo tímido para luego dejar un beso en la mejilla del más alto y alejarse. —¿De nuevo? Pero hace una semana regresaste y apenas he podido verte dos días...

—Así es el trabajo, pequeño. -Besó sus labios abrazandole por la cintura. —No sabes cuanto me gustaría volver a tener un tiempo para nosotros como cuando me diste la bienvenida en esta semana. -Apretó su cadera y se separó del joven, sonrió de lado.

—Debo irme Rafael, espero verte mañana.

El de ojos amatistas se despidió con la mano y tomó camino de regreso a su casa, sin prisa entró usando su llave y saludó de vuelta a la mujer de cabello negro.

—Perdón la demora tía, aquí están los tarros. -Los dejó sobre la mesa junto al cambio que recibió de la compra. —¿Necesitas algo más?

—Es todo Yugi, con esto ya estará todo listo para que te vayas. -Empezó a usar los recipientes mientras el tricolor le ayudaba.

Cuando todo estuvo listo en aquellos bolsitos, guardó sus llaves y su tía le acompañó a la puerta.

—Ve con cuidado, no quiero que me lleguen noticias de que te tardaste con los almuerzos por estar con ese muchachito que te está coqueteando desde hace un tiempo, sabes bien que no me agrada y corren rumores de sus malos hábitos. -Advirtió la mujer mientras recibía un cabeceo afirmativo por parte de su sobrino. —Se te hará tarde, nos vemos luego Yugi.

—Regreso más tarde, Tía Ishizu.-Emprendió su camino por la calle, prestaba atención a todo su alrededor.

Yugi siempre fue un chico observador, apreciaba la vida de cada ser humano y amaba cuidar de las flores, le daban un sentimiento hermoso e inexplicable pero lo hacía felíz.

Aun recuerda cuando conoció a Rafael, él estaba en la tienda con muchas bolsas, una de ellas se rompió y fue el rubio quien le ayudó a recoger todo, algo muy cliché pero así ocurrió, con el paso del tiempo el mayor empezó a coquetearle y con sus, en aquel entonces 18 años, era la primera vez que alguien se interesaba de esa forma en el por lo que no sabía bien como reaccionar más que con sonrisas tímidas.

Luego empezó los besos robados y jugueteos, no hubo una declaración de novios oficialmente como tal pero, el besarse en los labios, darse abrazos y compartir momentos juntos era algo de parejas o no?

Así pasó dos años, y ahora con sus 20 acababa de entregarse al chico hace una semana, justo después de que regresó de uno de sus tantos viajes.

Su primera vez no fue ni tan mala no tan buena, es decir, el sexo con Rafael le gustó, su forma ruda de tomarlo por alguna razón le hizo excitarse más por lo que en eso no se queja. Aunque si le hubiera gustado más besos y no tantas marcas en su pecho y trasero, ya que en esas partes era donde nadie podía ver.

Obviamente su Tía no sabe nada de eso, incluso le ha advertido que no se junte con él pero cuando está con Rafael, se siente diferente, querido, deseado.

Cuando cruzó la calle dejó de pensar en todo lo que había pasado, ahora sólo debía concentrarse en dar el almuerzo a sus primos Odion y Malik, los cuales habían comenzado a trabajar hace un mes en aquella construcción donde un maestro arquitecto estaba pidiendo personal. Con suerte ambos fueron aceptados en la obra, su primo Odion tenía mucho más experiencia de Malik, pero éste último aprendía rápido lo cual fue muy provechoso a su favor.

Finalmente logró llegar a su destino y con lentos pasos observó a varias personas caminar hacia la sombra para sacar sus respectivos almuerzos otros con dirección a los restaurantes cercanos, se fijó en cada uno pero no hallaba a sus familiares.

—¿Busca a alguien? . -Aquellos ojos le llamaron la atención completamente.





Hola mis pervertid@s!
Quiero dar inicio a esta historia, que más que nada es muy personal para mí, como muchos sabrán y otros no, desaparecí porque estuvo de luto por mi padre, así que quise escribir la historia de como mis padres se conocieron, así que todo lo que verán aquí es basados en hechos reales y especialmente en mis padres, como lo dije anteriormente.
Decidí subirlo hoy sábado, ya que mi padre falleció el sábado pasada así que.. Bueno ya saben.
Espero les guste y si no, pues espero que me sigan teniendo paciencia hasta escribir algo que de verdad les guste.
Nos vemos

La historia de un amor imperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora