¶¶¶Capítulo 2¶¶¶

114 14 1
                                    

2

—¿Busca a alguien?. -Preguntó aquel hombre de cabello casi similar al suyo.

Se sorprendió un poco por lo parecido de su aspecto, aunque obviamente sele notaba que era todo un hombre adulto por su voz grave y sus rasgos, llevaba una camisa blanca algo polvorienta y unos pantalones color café se igual manera, llevaba un casco en su mano, con su brazo se limpio un poco el sudor de su frente pero sin desviar la mirada del chico.

—Eh... Buenas tardes, estoy buscando a Odion y Malik. -Retomó la postura y habló pidiendo información de donde se encontraban sus familiares.

El hombre de ojos carmesí asintió recorriendo con su mirada la pequeña figura de aquel jovencito.

—Estaban por aquí, tal vez fueron a refrescarse. -Señala con la mirada un muro de donde se veía algunos trabajadores salir. —Esa es nuestra manguera y fuente de agua, aparte de la del baño.

Yugi observó como dos sujetos conocidos se acercaban después de salir de ahí y sonrió saludando con la mano.

—Sí, ahí vienen. Muchas gracias señor.-Agradeció con una dulce sonrisa

—De nada jovencito. -Correspondió la sonrisa mientras se miraban un momento a los ojos.

—¡Yugi, llegaste!. -Sintió unos brazos rodear su cuello, se trataba de nada más y nada menos que su primo Malik. —¡Estoy hambriento!

—Maestro Atemu. -La voz de Odion se escuchó como un saludo al tricolor ojirojo. —¿Usted ya va almorzar?

El tricolor mayor, como era el encargado de la construcción de ahí que le diga maestro, asintió moviendo su cabeza hacia atrás donde unos trabajadores estaban esperando.

—Iré con ellos, alimentense bien para seguir con la obra. -Se despidió para irse de allí.

Una vez que los tres estuvieron sin compañia caminaron hasta un árbol cerca de la construcción que daba una buena sombra y donde otros compañeros igual almorzaban.

—¿Viste el parecido que tienes con el Señor Atemu?. -Malik preguntó en medio de la comida, Yugi casi se ahoga por lo repentino que fue. —Yo me sorprendí el primer día.

—Malik deja de hablar y come que no tenemos mucho tiempo. -Odion le reprendió y el cenizo se quejó para luego obedecer.

El resto de la comida no fue más que el sonido de las cucharas chocar contra los tarros y las risas de los demás a su alrededor.

—Gracias por la comida, que los dioses den más. -Agradeció Odion mientras se limpiaba las manos.

—Estuvo deliciosa, gracias. -Malik igualmente se limpiaba la boca.

Yugi recogió las cosas vacíos y las guardó en su bolso.

Luego cada uno ya estaba regresando a su puesto, a lo que se estaba despidiendo de sus primos notó como el de ojos rojos le observaba. Se puso algo nervioso y dando una reverencia a modo de despedida se dio media vuelta para irse.

Solamente dio unos cuantos pasos cuando se topó con unos fuertes brazos rodearle, a sus cosas nasales le llegó el aroma de la colonia que usa cierto rubio.

—Hola pequeño,¿Por qué tan solito?. -Preguntó tomando de la barbilla al menor y besarle.

—Hola Rafael, no esperaba verte por aquí. -Sonrió sonrojado separandose del abrazo. —Recién fui a darles el almuerzo a mis primos.

Rafael hizo un gesto de desagrado cuando mencionó a su familia, fruncido el ceño y le observo fijamente.

—¿Vienes conmigo al parque, Yugi?. -Le tomó de la barbilla.

—Me gustaría, pero debo regresar a cada, mi tía debe estar esperándome...

—Lástima, quería pasar un rato contigo antes de irme por estas semanas. -Pasó su pulgar por los suaves labios del menor, éste se sonrojó mucho y empezó a tartamudear.

—Ta-tal vez si es solo un rato... -Jugó con sus dedos, recibiendo una sonrisa por parte del rubio quien lo llevó de la mano con dirección al parque cercano. —O-oye Rafael... R-recuerdas la vez que me invitaste a tu casa..?

—Claro pequeño, fue un día único e inolvidable en donde estuviste excelente a pesar de ser tímido, ¿Qué ocurre con ello?. -Entrelazó sus dedos sentandose en una banca del parque con el tricolor a su lado. —¿Se lo haz contado a alguien?

—¡No! No es eso, solo que... B-bueno me preguntaba cuando lo haríamos de nuevo... -Se entretuvo con el borde de su ropa para no toparse con la mirada del contrario.

Rafael sonrió de lado pasando su brazo con la cintura del doncel y se acercó a su oído.

—En cuanto regrese de mi viaje volveremos a estar juntos, así que no seas impaciente y espérame, lindo. -Besó su frente, para después besar los labios de Yugi siendo correspondido al instante. —La espera valdrá la pena, ya lo veras pequeño.

Yugi asintió con su cabeza mientras se recostaba contra su pecho mirando como unos niños jugaban en la cancha.

—¿Llegaras antes de mi cumpleaños?. -Preguntó Yugi tímido.

—Intentaré hacerlo, pero no te ilusiones tanto. -Rafael sacó su teléfono donde se tomó una foto con Yugi abrazandole y su bella sonrisa. —Ya debes irte Yugi. ¿Te acompaño?

Negó rápidamente. —No es necesario, puedo irme solo Rafael. -Dejó un beso en la mejilla del mayor y se despidió con la mano.

El trabajo del rubio ojiazul era desconocido para Yugi, solamente pudo tener un momento con algunos de sus amigos, Valon y Alister eran unos años mayor para Yugi pero menor para Rafael así que en esa ocasión dijeron que eran como una familia de hermanos y le trataron muy bien, incluso jugó videojuegos en unas máquinas del centro de la ciudad con Valon.

Con una gran sonrisa en sus labios pensó en lo bonito que sería tener al rubio el día de su cumpleaños, donde tendría por fin 20 años, ese día su tía haría una pequeña fiesta donde estarían sus hermanos que viven cerca del barrio.

Así que caminando despacio regresó a su casa, donde su tía le esperaba en la puerta vigilando que no esté cerca de aquel "rufián" como le llamaba a Rafael.




Hola mis pervertid@s!
Cómo están?
Aquí les dejo un nuevo capítulo de esta especial historia. No olviden dejar su comentario y votar.
Los adoro.
Nos vemos.


La historia de un amor imperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora