Ali había dicho esas cinco palabras y Jaehyun seguía con una expresión seria sin poder procesarlas.
— ¿Que ustedes qué? — dijo finalmente entre risas nerviosas aún sin creerlo.
— ¡Nos besamos Jaehyun! — Gritó la castaña sin importar las miradas curiosas de los demás estudiantes a su alrededor. — Bueno, él me besó primero... — De repente estaba tan emocionada que no quería dejar ningún detalle sin contar a su amigo pero él la interrumpió.
— ¿Estás diciéndome que Eunwoo fue el primero en besarte? — Jaehyun puso una de sus manos en el hombro de Ali deteniendo su emoción y los casi saltos que daba.
— Eso dije. — Ali se dió cuenta del cambio de ánimo en Jaehyun y se tranquilizó un poco, estaba serio y creyó que algo pasaba. — ¿Estás bien?
— No.. ¡Sí! Es sólo que es difícil de creer. — Él empezó a reír pero su risa era incómoda y se sentía forzada. — ¿Que pasó entonces?
Ali notó lo extraño que estaba siendo Jaehyun pero como no podía callarse y aún menos guardarse esa emoción entrelazó su brazo con el de él y empezaron a caminar por los pasillos de la escuela mientras le contaba desde el beso hasta como había huido de su hermano, una plática que sería tan repetitiva como detallada y que casi todo el que pasara por su lado escucharía por lo fuerte que hablaba la chica.
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— Pero... se siente tan raro ¿sabes? — la chica cerró la puerta de su locker y se recargó en él mirando hacia el piso.
— ¿Raro en qué sentido? — Jaehyun se recargó también en su locker que quedaba al lado del de Ali.
— No lo sé. — ella volteó a verlo y Jaehyun notó que traía el mismo desánimo que cuando se topó con ella.
— Es la emoción Ali, igual no han hablado desde ese día. Creo que todo volverá a la normalidad y en cuanto los dos estén listos podrán hablar de lo que pasó y bueno quién sabe... Tal vez empiecen a salir. — él estaba sonriendo pero veía a Ali con la mente ida, entre risas la tomó de los hombros y la sacudió para que cambiara esa actitud tan deprimente que tenía. — ¿No creíste llegar tan lejos verdad?
Jaehyun se despidió con la promesa de que Ali ya no ignorara sus mensajes y se fue a la clase que le correspondía mientras que ella caminaba a rastras hacia su salón. No sabía que le pasaba pero sentía una sensación agradable y nerviosa, ¿estaría Eunwoo en el salón? No quería verlo, aún no había pasado tiempo suficiente como para que pudiera verlo, no porque no quisiera sino que no sentía el coraje de siempre para hacerle frente.
Suspiró antes de echar un vistazo dentro del aula, confirmando que él no estaba allí aún.
— ¡Hola Alisson! — Le saludaron varios de los chicos, ella era una chica sociable y por dónde quiera que iba tenía al menos un amigo con quién hablar.
— Hola. — se limitó a decir a pesar de que varios querían hablar con ella y fue a sentarse en una de las sillas libres del fondo, como el lugar estaba junto a la ventana se puso a observar las afueras del edificio perdiéndose en sus pensamientos.
— ¿Que le pasará? — dijo una chica rubia con la que Ali se llevaba muy bien al verla tan distraída.
Era tarde como para que el profesor aún no hubiera llegado al aula y todos los estudiantes seguían platicando fuera de sus asientos y haciendo cualquier cosa para pasar el tiempo, todos excepto Ali que hacía garabatos en una hoja de su libreta y justo estaba dibujando un corazón cuando alguien le tocó el brazo y se volteó a ver de quién se trataba.
— Hola Ali. — Sin duda no estaba lista para ver que se trataba de un sonriente Eunwoo que además estaba ya sentado a su lado.
— Hola.. — le contestó Ali en voz tan baja que a no ser de lo cerca que estaba Eunwoo de ella no habría podido escucharla.
— ¿Por qué no contestabas mis mensajes? Estuve preocupado por tí, no sabía cómo contactarte para saber si estabas bien. — dijo el pelinegro con un poco de angustia en su voz, habían pasado unos días sin haber visto a la chica ni saber nada de ella y quería asegurarse de que estuviera bien.
— Ah.. es que... — Ella ni siquiera sabía que decir, tenía en mente lo que había pasado con ella en sus días de ausencia pero se sentía abrumada por la sola presencia del pelinegro y las palabras no salían de sus labios. — Bueno es que realmente estuve enferma.
— ¿En serio, qué te pasó? — preguntó Eunwoo con preocupación acercándose un poco más a Ali pero ella se alejó, la cercanía entre ellos la ponía nerviosa.
— Nada grave, tuve fiebre nada más. — se limitó a decir esperando que no le hiciera más preguntas.
— Bueno, me alegro que estés mejor. — dijo Eunwoo asintiendo al notar que ella no iba a decir nada más. — Me alegro que hayas vuelto a clase.
La mente de Ali divagaba mientras veía al pelinegro, estaba más sonriente que nunca e incluso parecía llevar un peinado nuevo, estaba tan guapo pero había algo más en él que se veía distinto, tenía una chispa que nunca le había visto en sus ojos.
— ¿Qué estás dibujando? — preguntó él viendo en dirección a la libreta de Ali, antes de llegar a sentarse a su lado había visto que la chica estaba escribiendo algo ahí.
— ¡Nada! — la castaña trató de cubrir la hoja con su mano pero era un acto inútil porque la hoja entera estaba llena de corazones y el nombre de Eunwoo en ella, no había forma en que pudiera cubrirla. En ese mismo momento él trató de tomar la libreta y ambas manos chocaron entre sí, Ali retiró su mano al instante y de repente se sonrojó, por lo blanca que era su piel Eunwoo no tardó en fijarse.
— ¿Que pasa Ali? — él se había percatado de su incomodidad y nerviosismo desde que la saludó, casi no quería verlo a los ojos y ahora evitaba el contacto físico. Era rarisimo, jamás la había visto ni había pensado en verla actuar de esa manera, fue entonces que le sonrió con ternura y empezó a bromear. — ¿Estás siendo tímida?
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