Ali observaba diariamente de lejos a su víctima, desde que se había ( torpemente ) presentado a Cha Eunwoo, él nunca se despegaba de sus hermanos mayores durante los recesos, ni un solo segundo.
Sus oportunidades de acercarse a él se habían hecho minúsculas, tan minúsculas que comenzaba a preguntarse en si era una buena idea seguir con su plan.
Pero cada día que le veía, su curiosidad por él despertaba y aumentaba cada vez más.
En los recesos, Ali se sentaba en una banca, con la libreta con todos sus planes abrazada al pecho y balanceando sus pies de atrás hacia adelante esperaba que a los otros chicos se les ocurriera alejarse del menor.
Pero ese momento nunca llegó.
Y por semanas, lo único que podía hacer era observar.