Maple, en Overlord! -La caballera oscura de la destrucción absoluta.

C14 Todos los planes fallaron.

— Santa o Atrocidad.

Las palabras descendieron lentamente en el mundo mortal, no como meras palabras si no como una sentencia inamovible, como un pesar sin límites, como la palabra de dios en la tierra. No, eso no era la palabra de dios, era más, mucho más, esas eran las palabras de un ente capaz de devorar en vida a mas de una deidad, un ser que había consumido ya más de lo que cualquier mortal nunca hubiera sido capaz de consumir ni en esta vida ni en un millón de vidas.

Esas fueron las palabras de la encarnación de la locura, la glotoneria y la ternura. Un ultimatum que congelo el aire e en última instancia hizo consiente a la misma muerte de su propia mortalidad.

Sin embargo Aniz no era solo la muerte o un esqueleto cualquier. Justo como su archienemiga el era algo más allá, la única entidad en este mundo capaz de negar este destino, el único mal lo suficientemente grande para plantarle cara a este poder abrumador.

Ainz, último de los supremos y líder de Ainz Ooal Gown, el mas grande de los gremios, el no se vestiría de Santa Claus! NO! Y si tenía que luchar para conservar su identidad, así sería... Por otro lado Suzuki Satoru lo último que quería era luchar contra alguien como Maple. Lo cual lo devolvió al silencio profundo mientras miraba a Maple balanceando los pros y contras de está inusual propuesta.

Ese silencio, aquel silencio, profundo, magnífico, inexpugnable y maquiavélico, como el rocío de la mañana pero también como la fría ventisca ártica que finaliza con una facilidad irrisoria las almas de las personas.

Ese silencio que cayó sobre la habitación al borde del fin del mundo aguardando el augé de un monstruo como ningún otro en la tierra.

Fue ese silencio quien finalmente fue roto por Maple.

—Atrocidad será entonces.

El mundo tembló ante su voz, el cielo grito retorciéndose de dolor privando al mundo de su bella luz, el suelo retumbó cantando el réquiem de cien mil guerreros y cien millones más tocaron el tambor final. La luz, aquella cálida y tranquila luz de la tarde se estremeció y se partió en pedazos tan pequeños que nadie podría nunca repararlos. El mundo gritaba: "TERROR" el mundo chillaba: "MUERTE". Y Maple sentenció:

—[Atrocidad]

Y entonces el mundo se volvió silencioso de nuevo, un silencio mudo por la cacofonía que lo azotó con una fuerza capaz de invocar en este mundo algo más allá de la comprensión mortal.

Cánticos profanos y profundos fueron erguidos por el metal disparándose en todas direcciones, aquellos tambores profundos, aquellas notas tensas, todos fueron devorados por el grito de batalla de aquel ser, por su rugido majestuoso y por su abrumadora presencia.

Este seria el fin del mundo tal y como lo conocemos.

Maple alzo una garra ambiciosa y maligna, una ultima advertencia, una ultima premonición antes de que el pandemonio finalmente se desatara sobre esta tierra convirtiendo todo en nada más que un paramo desalmado, solo que el paramo no seria silencioso, no, si importar que pasara el mundo gritaría sin parar, y sus volcanes gritarían y sus continentes se caerían a pedazos, sus océanos convertidos en lagrimas de sangre.

Este es el fin del mundo.

— ¡Santa! ¡Seré santa así que deja de hacer eso de una buena vez!

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C14 Navidad en la tumba parte II

Noveno piso de Nazarick, Sala del trono.

El ambiente en la sala era ligeramente tenso, hace unos minutos Albedo recibió un [mensaje] de Ainz diciéndole que estaba regresando a la tumba junto con Maple.