08

796 118 17
                                    

Tras caminar por casi media hora, al fin llegaron a las orillas del mar, justo en el muelle, donde construyeron un bote lo suficientemente grande para los tres

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tras caminar por casi media hora, al fin llegaron a las orillas del mar, justo en el muelle, donde construyeron un bote lo suficientemente grande para los tres. Entonces, emprendieron rumbo hacia Kinoko Kingdom a través de las aguas que ese día se hallaban calmadas.

Foolish era quien remaba, lo hacía a una velocidad constante, pero no lo suficiente como para considerarla apresurada. Luego estaban Luzu y Quackity; el mayor se encontraba cambiando el "vendaje" improvisado del más joven—quien ya no traía puesta su chamarra rompevientos azul—por uno nuevo, sacrificando la otra manga de su sudadera negra.

¿Cuánto falta, Foolish?—. Preguntó el patito notablemente impaciente. —¡Auch! ¡Más cuidado, Lusu!—. Exclamó adolorido.

—Lo siento, Quacks.

La deidad tiburón suspiró divertido, ignorando las frases en español que no lograba comprender para enfocarse en la única pregunta que sí pudo captar.

No falta mucho, creo. Tal vez  lleguemos más pronto de lo que esperamos.

Quackity soltó un gemido de desesperación, pero no reclamó nada, sólo refunfuñó de vez en cuando en voz baja mientras esperaba a que Luzu terminara de vendarle su brazo herido.

Y con ello, siguieron navegando entre quejas, escasos momentos de risas, silencios cargados con una extraña tensión—en palabras de Quackity— y, por supuesto, la incertidumbre.

Para matar el tiempo, Quackity comenzó a divagar, otra vez. Su estancia en Karmaland, las grietas, el nuevo mundo que lo rodeaba, sus amigos, entre otro puñado de preocupaciones más. Definitivamente se hallaba preocupado, eso era seguro, pues vivir todos esos eventos en tan poco tiempo lo expusieron a un nivel de estrés y ansiedad que jamás había experimentado nunca, cosa que lo traía muy cansado a este punto, pero no por ello iba a andar de malhumorado por ahí, al contrario, estaba feliz de explorar nuevos horizontes a pesar de los problemas; siendo optimista, y viendo que Luzu también estaba ahí con él, habían altas probabilidades de que los demás miembros de Karmaland estén en algún lugar de este nuevo servidor. ¡No todo estaba perdido realmente!

¡Gloob!

Un chapoteo sacó abruptamente al pobre pato de su concentrado pensamiento. Extrañado, miró al agua, mas no había nada fuera de lo normal. ¿Habrá sido su imaginación o ya se le estaba pegando la esquizofrenia de Rubius?

—¿Está todo bien, Quacks?—. Cuestionó Luzu con ojos preocupados.

—Eh- ah- ¡No! Nada. Creí escuchar algo.

—¿Seguro?

—¡Que sí!—. Exclamó, alzando la voz sin querer. —No fue nada, neta, nomás ando medio wey el día de hoy.

—Uhm... Si tú lo dices.

¿Todo bien, chicos?—. Preguntó Foolish mirando a su dirección, pues el intercambio de palabras del híbrido y el castaño no sonaba nada a una conversación animada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Las Cosas Que MerezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora