-44-

298 28 23
                                        

"Tengan algo de decencia hacia sus prisioneros"

dijo hostilmente quitándose el saco formal para pasármelo a mi.

No desperdicie tiempo y me curé las quemaduras mucho antes de que Aidan me abrazara, ahora que no estaban las quemaduras

Mi piel desnuda estaba exhibida pues desde que salí del palacio lo único que había tenido puesto era la capa del príncipe Senif

Una capa tipo túnica sin mangas con un volante que le caía de los hombros hasta la altura del pecho

Capa que de puro milagro no se me había desprendido del cuerpo después de tanto alboroto

Pero que ahora estaba hecha andrajos tostados de la cintura donde la cadena me había quemado

Aidan tomó el saco que obviamente me quedaba muy grande, pero servía para cubrirme perfectamente

Lo paso por mi espalda para cubrirme pues no quería soltarlo, me negaba a hacerlo mientras no dejaba de lloriquear en su hombro patéticamente

"ahora denles espacio, pasaron graves heridas por separado y no le han dado luto a su hijo"

los soldados que mantenían nuestras cadenas en sus manos salieron dejándonos solo con Namir a la vista, antes de cerrar la puerta nos dirigió una mirada de pésame

solo cuando cerro la puerta y tranco la trampilla de los barrotes pudimos estar completamente a solas, Aidan no paraba de mecerme en un intento por calmarme

"Aidan, murió, nuestro bebé murió, no lo pude proteger"

"no es tu culpa, yo tampoco pude protegerlos, todo estará bien, por favor cálmate"

Ahí siendo abrazado por su calor, recaí en la primera vez que conversamos

El parecía un simple niño entusiasta fanático de mis libros que casi se cae a la cama del asombro

Y cuando me enoje y deje salir mi VD en contra de él y Pam, parecía que le daría un paro cardíaco ahí mismo

Y ahora mírenlo...

Él es el punto fuerte en la relación...

Nuestra relación.

No dejaré que me lo arrebaten a él también.

Me separe ligeramente solo para besarle con delicadeza, esta vez ninguno quiso ir más allá

Solamente nos estábamos abrazando mientras nos consolábamos mutuamente con el silencio del otro

Era un duelo silencioso, hasta que el calor de su cuerpo me empezó a arrullar, estar en sus brazos fue tan relajante, me sentí tan en paz, que sin querer me quede dormido ahí mismo

al cerrar mis ojos un velo negro se extendió ante mi vista, y todo lo que podía ver era un color negro, eso era todo, no había nada mas que la absoluta nada

mi cabeza había estado tan ruidosa que ahora este silencio y la quietud de esta imagen me eran preocupantes, pero al cabo de un rato me acostumbre, hasta que abrí mis ojos

"¿ya despertaste?" -sentía mis mejillas húmedas

¿de verdad llore hasta quedarme dormido como un niño?

"¿cuanto llevo dormido?"

el hormigueo en mi cuerpo era tan intenso otra vez, el cabello en mi cuello se sentía bastante helado, como si fuera hielo macizo, parecía que Aidan no se había dado cuenta de ello o simplemente lo dio por sentado

"como...¿ocho horas?"

"¿¡ocho horas!?" -pregunte exaltado, pues no parecieron ocho horas- "lo sentí como unos minutos..."

INFERNO (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora