Capítulo 26

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Sorprendentemente Tony Stark no había armado un alboroto al momento en que su hija le dijo que se iría a Asgard. Él creyó que era una de esas cosas que la chica decía y luego no cumplía, pero esa mañana, cuando la vió marchar, tuvo que ocultar un par de lágrimas que amenazaban con caer.

─Estará bien, Tony. ─ le decía Pepper, mientras abrazaba al hombre, él dejó caer su cabeza en el pecho de su esposa, y ella lo abrazó.

─Es difícil saber que mi niña se marcha porque no hay herramienta que pueda mantener su mente a salvo de esa bruja. Dedico mi vida a hacer material de guerra y material tecnológico, me dedico a proteger el planeta, pero no puedo proteger a mi hija. ─ miró a Pepper con el seño fruncido en decepción.

─Estará bien, está con Loki. ─ le dijo ella mientras le acariciaba la mejilla

─Hace casi un año, esa frase no me hubiera tranquilizado para nada.. ¿quien lo diría? Mi niña ya no me necesita.

─En realidad es nuest-

─¡Soy un hombre joven! Y mi hija ya no me necesita ─ exclamó Tony mientras se apartaba dramáticamente de su esposa, ya se sentía mejor, y ahora debía dramatizar hasta que Pepper lo entendiera, porque la comunicación no era un buen factor en él. ─ Tengamos otra.

─¿Otra que? ─ exclamó Pepper

─Hija, piénsalo, solo pasaron veinticinco años, ¿que es lo peor que podría pasar? deberíamos intentarlo.

───

Anne y Loki se encontraban solos ante el bifrost por primera vez. Era una experiencia diferente, no diría si mejor o peor. Él estaba atento a ella, pues sabía que tendía a desmayarse ante el bifrost, o al menos que la debilitaba. No hizo falta que llamaran a Heimdall, porque, como siempre, él ya estaba observando.

Se encontraron con el arcoíris mucho antes de lo que esperaban, y Anne, al momento de sentir la energía cruzar por su cuerpo, pensó en sus padres. En sus amigos, en todas aquellas personas a las que ya no vería por un tiempo. Tony había jurado acabar con la bruja, algo pretencioso, porque uno no va con un traje de hierro a querer asesinar a una de las brujas más poderosas, pero ¿quien era ella para decirle que no a su padre? era tan testarudo como ella, y en el fondo, le creyó cuando se lo juró.

Loki sujetó la mano de Anne todo el tiempo, sintiendo parte de la energía que ella desprendía al estar en un lugar mágico. Era la primera vez que iban a estar en Asgard juntos, tal vez no en el contexto que a él le hubiera gustado, como príncipe, y poder enseñarle el castillo, pero estaba con ella. Además, su curiosa An ya conocía el castillo.

Cuando sintió que los pies daban con tierra firme, se relajó, pero no del todo, ya que tuvo que sujetar a su novia, que se derrumbó a su lado. La tomó como aquella primera vez en brazos, hasta que ella abrió los ojos lentamente.

─Siempre es bueno estar de vuelta. ─ sonrió ─ ¿Alguna idea de por qué siempre me sucede eso?

─Es la energía de tu cuerpo, parece que se sobrecarga ante la energía del bifrost ─ respondió una voz grave y lejana. Heimdall. Anne ya reconocía la voz del hombre, de los últimos viajes. Al verlos, Anne pudo notar un dejo de alegría en su rostro, no era algo demasiado notorio, simplemente un reflejo, como si ahora que el otro príncipe se encontraba en Asgard, él pudiera estar en paz. Y seguramente fuera así, porque el hombre tenía una vigilancia especial en todos los planes de Loki, había visto todo lo que había hecho él en la tierra. Anne esperó que Heimdall no haya visto todo lo que Loki había hecho en la tierra.─ Annette Stark, bienvenida nuevamente a la tierra de Asgard. Loki, siempre es bueno tenerte de vuelta.

Eternally yours | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora