Capítulo 28

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Mientras Loki más se acercaba al lugar, más miedo sentía, y más frío. Era irónico, él no podía sentir frío, la temperatura no bajaba en su cuerpo como en el resto de los humanos, sin embargo podía sentir claramente el ardor de los dedos de sus manos al momento de acercarse al lugar. Lo recordaba perfectamente, cómo Odín había tirado de él, sin dejar que se acerque al bosque helado siquiera. Y ahora que sentía que el cuerpo de Anne lo llamaba, sentía el peligro y la desesperación que había tenido Padre de Todo en aquel momento. Fue la única vez que estuvo en los zapatos de Odín, y mientras más se acercaba, más entendía lo peligroso que era ese lugar. 

Al llegar, no vió absolutamente nada más que hielo, y un río muy hermoso en el medio. Eso inundó su vista por unos segundos, pero luego, en su mente fuerte, se opuso a la magia que abarcaba el lugar, y pudo ver, finalmente, lo que era: nada. 

Era el mismo bosque de antes, cubierto de magia glamour, se concentró en el río que estaba delante de él. No era un río mágico como el que había acompañado a él y a Anne momentos antes de que se apartara enojada, sino que era un río hermoso, si, pero con algo oscuro en él. Una corazonada de las malas se apoderó de su cuerpo. 

Se concentró aún más, porque algo le decía que no estaba viendolo todo, e incluso necesitó un poco de su magia para llegar al fondo de la cuestión. Se propuso con todas sus fuerzas superar el hechizo, que, después de todo, era un engaño. Él, como el Dios del engaño, debía ser superior a un débil hechizo. 

Pero no era superior a lo que vió cuando finalmente lo atravesó. 

An, su dulce An. 

Se asomaban muchas burbujas, y el cuerpo de la chica se veía, pero muy en lo hondo del río, diría que casi al final. Se asomó un poco para ver qué era lo que ocurría, cuando notó que ella movía sus labios. Estaba hablando, como si no estuviera dentro de las peligrosas profundidades de un lago frío. 

Era peor de lo que creía. 

Loki jamás había sido buen nadador, nunca le había interesado eso, sabía hacerlo, pero no lo elegía. Por eso, le resultó sorprendente como él mismo se vió abrazado por el agua del río, y se acercó a su An de forma rápida. Ella incluso puso un poco de rechazo cuando él la tomó por la cintura, no desvió la mirada del punto fijo que parecía estar observando, sintió como si la estuviera interrumpiendo en algo demasiado importante. Pero ella tenía los labios morados y su piel estaba oscurecida, no solamente por la noche, sino que era como si estuviera perdiendo energía vital allí. 

Se apresuró a tirar de ella, y cuando finalmente llegó a la orilla del lago, tiró de ella, apretándola contra sí mismo. Debía encontrar la forma de sacarla de allí, sin soltarla para salir él mismo, de modo que utilizando las pocas herramientas que el río le brindaba, utilizó las "paredes" de éste como recurso para salir, y tomar a Anne de sus brazos. Tiró de ella dejándola medio cuerpo fuera, Y finalmente acunó la parte detrás de sus rodillas para sacarla por completo. 

Una vez Anne estuvo fuera, notó que estaba inconsciente, y que no respiraba.

Su piel estaba visiblemente deteriorada, con las ojeras mucho más marcadas y sin ninguna especie de brillo, sus ojos se mantenían cerrados ahora, y sus manos estaban apretadas en puños. 

─¡An! ─ dijo mientras la sacudía levemente, acercó sus manos al cuerpo de la chica para verificar con su magia en qué estado se encontraba, no sabía que demonios le había ocurrido, pero debía salvarla antes de que fuera demasiado tarde. Todo lo que intentó no tenía resultado, ni sus mejores hechizos ayudaban a salvar a su chica, y le llamó profundamente la atención cuando notó que las mejillas de ella se mojaban en pequeñas gotas, miró hacia arriba, creyendo que llovía, pero en cambio visualizó que era él, que lloraba. 

Eternally yours | Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora