Capítulo 4

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El segundo vídeo apareció en la pantalla. A diferencia de antes, no había un telón de fondo alegre. Por el contrario, mostraba a Ren de rodillas, la cabeza colgando hacia abajo, las manos esposadas a la espalda. En esta escena, la cámara estaba más cerca, y la falta de felicidad en su expresión, hacía que Ren pareciese mayor que en el anterior. Yunho hizo un inventario de los alrededores con la esperanza de obtener una pista de algún tipo de dónde podría estar.

No había ventanas, por lo que no podía decir si era de día o de noche. Un piso de cemento teñido era visible debajo de las rodillas sucias de Ren, que se veían a través de sus jeans rotos, así que quizás lo mantenían bajo tierra. La iluminación parecía ser muy fuerte, como si viniera de una bombilla desnuda. Las paredes parecían ser también de cemento. El estómago de Yunho se revolvió cuando vio una gran cantidad de salpicaduras de sangre sobre la piedra gris.

—Ren, ¿por qué no te giras y le das a la cámara una sonrisa? —una voz invisible ordenó.

Ren movió la cabeza débilmente. —No soy Ren. Mi nombre es Minki.

Una mano apareció a la vista, los dedos pellizcaron las mejillas de Ren cruelmente y lo obligaron a enfrentar a la cámara.

Yunho contuvo su aliento cuando vio los ojos negros de Ren, los labios partidos y la mandíbula hinchada. Lo peor de todo eso era la mirada aturdida y ausente de Ren. —¿Está drogado? —Yunho preguntó, a nadie en particular.

Jin respondió: —A juzgar por la dilatación de sus pupilas y el tiempo de reacción tan lento, mi mejor conjetura es que es algún tipo de opiáceo. Tendría que ser malditamente fuerte para afectar a Ren de esa manera. Nuestros sistemas son muy resistentes a ese tipo de cosas.

La voz en off del vídeo volvió a hablar. —No puedes ocultar lo que eres. A pesar de que tienes el pelo oscuro, eres el vivo retrato de Yunho.

—¿Yunho? —Ren arrastró las palabras al hablar—. ¿Quién coño es ese?

—Tu hermano. —La mano pasó por las mejillas de Ren y se trasladó a su pelo.

—No tengo un hermano. Soy sólo yo. —Ren lanzó un grito sorprendido cuando la mano tiró bruscamente de su cabello.

—Eres tan estúpido que es casi lindo. Tienes un hermano y él es un poderoso gatito. Tanto es así, que la gente va a querer ser dueño de tu culo en el mejor de los casos. No puedo esperar a ver la locura que causarás en la subasta. Especialmente una vez que vean el espectáculo que estamos a punto de dar. —Por último, el orador se quedó a la vista mientras se movía más cerca, de pie directamente delante de Ren.

—Un Cuervo de mierda. Yo debería haberlo sabido — Yunho gruñó. No había ninguna duda, el pelo oscuro, la piel grasosa y pastosa que todos esos hijos de puta parecían tener.

Los hinchados ojos de Ren se agrandaron cuando miró fijamente a la cámara y dejó escapar un pequeño gemido. —Por favor, no hagas esto.

Lo que le valió otro tirón de pelo. El Cuervo le agarró con fuerza con una mano mientras usaba la otra para empezar a deshacer sus propios pantalones. —Oh, eso es bueno. Haciéndote el tímido cuando todos sabemos que has chupado más que tu parte justa de pollas. Lo único que te pido es que hagas una pequeña demostración de lo talentosa que es esa dulce boca tuya. Es mi manera de enviar este vídeo a algunas de las partes que puedan estar interesadas en añadir un jaguar a sus colecciones.

—No quiero, por favor —suplicó Ren, conteniendo su aliento.

Yunho nunca se había sentido tan impotente en su vida. Detrás de él, podía oír los sollozos suaves de Amber. La fuerte y orgullosa Amber, que nunca lloraba. Por un segundo, Yunho deseó poder unirse a ella y llorar también.

Serie de los CP 04 - Intenciones CarnalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora