RECUERDOS DE LLUVIA

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Era extraño.Muy extraño.No lo compredía. Aquella situación y aquellas miradas me resultaban inquietantes.Demasiado,diría.Llovía desde hacía ya media hora y las gotas de agua resbalaban por la ventana como si compitieran en una carrera o algo parecido.La clase estaba dominada por el silencio;sólo la voz forzada del profesor se oía en la sala.Era pequeña pero bastante cómoda,hacía mes y medio de que la habían pintado a causa de la humedad;estaba acabando con la clase en sí.Estaba muy bien distribuída,en frente de todas las sillas estaba le pizarra,y al lado de esta la pizarra interactiva.Casi nunca la utilizabamos,y para mí eso había sido una pérdida de dinero.A la parte de la derecha estaban todas las dos ventanas. Estabamos en clase de Ciencias Naturales.Exactamente,en la última hora,de la última clase del último día del instituto.Yo me sentaba en cuarta fila, tercera silla.Ese sitio me encantaba, porque estaba al lado de la ventana.Para mí estar allí era único e inigualable pues si te aburrías podrías mirar através de alla y perderte por sus prados, imaginando ser ave ,volando hacia la llanura y reposando en las gruesas ramas de un fuerte roble...

Desconecté de la clase y por unos segundos juraría haber visto algo increíble.Desde la ventana, se llegaba a ver un manzano.El árbol llebaba allí desde que el instituto se había construido, de eso hacía ya 50 años.En el ramaje más alto, se encontraba un nido de gorriones.A decir verdad, no sé como habían conseguido sobrevivir,ya que tales condiciones no lo solían permitian. El viento sopló más de lo normal.Se oía perfectamente como golpeaba con fuerza las ramas del manzano,como si intentase derribarlo.Me percaté en como la madre gorrión protegía a sus crías tapándolas con sus alas como podía.Su plumaje era marrón oscuro,con uma pequeña mancha rojo colocada en el pecho del mismo.Sus alas eran largas y puntiagudas, pero no mucho.Las crías a penas tenían pelo,sólo un pequeño mechón situado en la cabeza.Pero eso sí,no dejaban de piar a causa del temor .Mientras los miraba, me di cuenta de que la tormenta empezaba a parar.Justo cuando se podía considerar que ya había dejado de llover,la madre gorrión me miró,como sabiendo que yo la había estado observando todo el rato y,mirandóme fijamente me dedicó una sonrisa junto a un guiño de ojo.Me sobresalté.Tanto, que dí un salto en la silla y toda la clase se giró hacia a mí impresionados por mi actitud.Sólo el profesor me miró de reojo, con una de esas miradas que congelan.Me estremecí.No sé que me sorprendía más: si la mirada terrorifica del profesor o si de aquel simpático gorrión.El timbre sonó con su.chirriante sonido y me salvó de aquella situación.Pero no llegué a olvidar a la familia gorrión. O al menos eso creía yo en ese momento.

Cuando salí aún estaba un poco aturdida. Sean mi mejor amigo salió rapidamente hacia mí.Él era de mi estatura, que era la más normal para alguien de mi edad.Su pelo oscuro azabache, destacaba sus profundos ojos azules.Su piel era un poco morena, pero tampoco muy exageradamente.
Cuando estaba con él me sentía segura,como si nada malo me fuera a pasar.
La gente solía decir que aquella amistad era más que una simple amistad entre compañeros.La verdad es que a mí eso no me molestaba para nada,sino todo lo contrario.A mí me gustaba Sean desde que lo conocí,cuando solo tenía 4 años.La primera impresión que me dió fue la del chico más guapo que había visto en mi vida.Luego ,cuando fuí conociéndolo poco a poco, me di cuenta de la grandísima personalidad que poseía.Era la persona más amable,simpática,generosa, fiabley graciosa que había conocido nunca.Para mí era perfecto.El y yo eramos mejores amigos desde mucho tiempo atrás.Soliamos ir juntos de un lado a otro.Por eso la gente siempre andaba hablando sobre nuestra presunta relación.El caso es que cuando salí, el vino veloóz hacia donde estaba.

-¿Qué te pasó?¿Estás bien?-me preguntó algo preocupado.
-Si, estoy bien.Lo que pasa es que estos días he estado muy estresada- contesté yo,sabien do que no se iba a creer lo del gorrión.
-Ya sabes que puedes contar conmigo y que estoy para lo que necesites,pero que sea antes de mañana porque ya sabes que todos los veranos me voy de vacaciones a Italia,a casa de mi abuela.-me contestó sin creer mi versión de los hechos.

Bajamos en silencio las escaleras.Poco antes de salir de la puerta,de dónde se llegaba a ver el coche de su padre, me dijo con un suspiro:

-Te voy a hechar mucho de menos...-

-Yo también a tí -le contesté, sin creerme lo que acababa de decir.

Y entonces,se giró hacia mí,y,mirándome fijamente a los ojos,se plantó frente a mí y me besó.Me quedé allí, paralizada,y me dejé llevar por aquel apasionante beso.Cuando acabó,me dedicó una de sus hermosas sonrisas y se fue corriendo hacia su coche que, nada más entrar, despegó velozmente.
Yo sin todavía haberme dado cuenta de lo que había pasado,me quedé allí un buen rato.Menos mal que reaccioné y me dí cuenta de todo.Justo entonces,empezó a llover.

Más allá del ríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora