DIMITRI

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No estaba segura de que debía o no de hacer.Si le contaba algo de esto a mis padres, iban a pensar que estaba loca y me iban matar con pastillas.

Me tomarían por loca.Y yo se que no lo estoy.Todo lo que me había pasado,era real.Respiré hondo unas tres veces antes de levantarme.Todavía estaba algo aturdida,pero la emoción era casi inexistente.
Me dispuse a ir a la cocina a beber agua.Cuando estaba cerrando la puerta,eché un vistazo rápido a la ventana,y me fijé que algo se acercaba,algo extraño.Cuando estuvo lo bastante visible como para reconocerlo,me estremecí.Un ser alado se acercó tranquilamente a la ventana,y como si lo tuviera todo preparado,dejó una nota con su frágil mano.Y así como de misterioso apareció,de esa misma manera se fué.No daba crédulo a lo que había visto.Esto,ya empezaba a colmar mis límites.

Vacilé un poco antes de recoger la nota,pero al final me armé de valor y la cogí.La abrí delicadamente y la leí para mis adentros.En ella decía claramente:

VOLVEREMOS A VERNOS ESTÁ NOCHE,QUERIDA MÍA,TE HE HECHADO MUCHO DE MENOS.

CON MUCHO CARIÑO,PARA SU AMADA PROTEJIDA:

DIMITRI.

Junto a la firma,se hallaba una pluma de blanco resplandor.Era preciosa.La rozé suavemente con mis dedos.Cuando la dulzura de aquella hermosa pluma me dejó de desconcentrar,casi me caigo al suelo.Aquel "ser alado" llamado Dimitri,que parecía conocerme tanto iba a venir.Esta noche.No podía permitirme fiar de alguien que no conocía.

Casi antes de anochecer,me dirigí hacia la cocina y tomé un cuchillo de punta fina.En mi cabeza no de jaba de sonar el refrán:"Más vale prevenir que curar".Cogí un paño,y lo envolví suavemente en él.Me acosté justo a tiempo para que el sol se escondiera y diera paso a una hermosa luna llena.

No conseguí dormirme.Aunque tuviera el cuchillo debajo de mi almohada y mi mano agarraba su empuñadura,no conseguía dormirme.Aunque supiera que no tendría ningún conveniente en utilizar aquel arma con cualquiera que quisiera hacerme daño,estaba aterrada.Estaba paralizada en la esquina de mi cama,encogida,y con todas las mantas encima.Cuando ya casi me había convencido de que mi "invitado" no iba a venir a visitarme,un gran golpe rompió el silencio.Las puertas de mi ventana se habían abierto de par en par.La sombra con alas entró y aterrizó perfectamente y sin ningún rasguño,y eso que mi habitación estaba en la primera planta,y era muy difícil acceder a ella ya que una gran sauce llorón bloqueaba el paso.El cerró las ventanas cuidadosamente,haciendo que en la habitación solo quedaramos él y yo.Una gota de sudor corrió sobre mi frente.

Sentí como empezaba a caminar hacia mí.Agarré el cuchillo con más fuerza y salí de mi encondite rapidamente,poniendome en posición de ataque.Lo observe atenta,por si decidía atacarme.Y descubrí incrédula que el ser de la túnica oscura que me hacía visitado,y el que me había producido aquella magnífica luz violeta era en realidad un ángel llamado Dimitri.Sus ojos, color hiedra aquel rostro pálido,todo coincidía,excepto por su pelo;seguía siendo oscuro,pero no era largo,sino todo lo contrario,lucía un precioso peinado de pelo corto masculino.Me fijé en su rostro.En vez de estar asustado,o mostrar un poco de agresividad,mostraba una sonrisa irónica.

-En serio, ¿está es la manera de recibir a tu viejo amigo y ángel?-Esta juventud...-termino entre regañadientes.

-No se quién eres,ni qué quieres pero te aseguro de que sino te largas de aquí volando,te prometo que te cortaré tus bonitas alas.-Y sin esperar respuesta alguna,me abalanzé sobre el,empuñando el cuchillo.Justo cuando la punta estaba a punto de rozarle el pecho,lo esquibó agilmente.

-Ash,¿de verdad no te acuerdas de mí? ¡Soy yo,Dimitri!-Dijó desesperadamente.

De repente,cuando acabó de decir su nombre,una tonelada de recuerdos muy antiguos se me vinieron a la mente.No los pude analizar todos pero,pude reconocer algunos.Yo de pequeña,cuando tenía 4 años jugando con mi mejor amigo Dimitri(que tenía mi misma edad),y como el me cogió antes de que me cayera del árbol.Yo cuando tenía 6 años la última vez que vi al ángel,y como le suplicaba que no me dejara,lo quería tanto...

Lanzé el cuchillo al otro lado de la habitación.Corrí a sus brazos y lo abrazé lo más fuerte que pude.El también me abrazó con añoranza.

-Te he echado mucho de menos...-le susurré.

-Yo también, pero no recordaba que fueras tan fiera...-me respondió.Los dos nos reímos.-Tenemos tantas cosas de que hablar...-



Más allá del ríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora