Tanto Jeon como Kim aún no se han presentado como alfa u omega aunque pertenecen al grupo más importante de Corea, el primero de incógnito en la historia de la música. Jungkook lleva años enamorado de Taehyung y su mayor anhelo es que se presente co...
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Era un día lluvioso, el agua caía por la única y pequeña ventana de la habitación que comprarían los siete. Jungkook se había sentado en la cama de Taehyung a contemplar la tormenta programada para ese mismo día. Su madre lo había llamado apenas despertó, no podía evitar sentirse extraño, se sentía demasiado joven para estar tan lejos de casa, pero todo esto tenía un objetivo, cumplir su sueño. Por esa razón fue que evitaba hablarle a sus compañeros de grupo, era difícil interactuar con los mayores y no era para nada sociable, así que cuando el muchacho de cabello castaño y campera roja le habló por primera vez, su corazón latió demasiado rápido. Al principio lo justificó con su timidez y lo extrovertido que era el contrario, luego lo negó y finalmente lo aceptó.
Le gustaba Kim Taehyung.
Pero aceptar que te gusta tu amigo a la edad de quince años, era un poco mucho para Jeon.
Recuerda aquel miércoles por la tarde porque debían grabar la última canción para el próximo álbum y al final se canceló por la tormenta, también porque todos corrían para ordenar el departamento lo máximo que podían y así darle a Seokjin un poco de paz, durante la mañana no hubo algún cambio en él, salvo por su constante mal humor, las migrañas que no lo abandonaban y ese insoportable zumbido en sus oídos.
—¿Hyung se siente bien?.
—Si —respondió el mayor de mal humor.
Jungkook quería devolver algo de ese cuidado que hasta ahora los dos mayores habían mantenido con él.
—¿Está seguro Jin Hyung? No quiere acostarse y...
—Que estoy bien Jungkook. Ya no me molestes con tus preguntas.
Taehyung llegó justo antes de que aquellos ojitos de bambi del menor del grupo se llenarán de lágrimas y tomándolo por la cintura tiró de él hacía la puerta de entrada, lejos de la habitación en la que las energías negativas intoxicaban el oxígeno. Una vez en la puerta, Taehyung la abrió dándole tiempo al menor a ponerse sus zapatillas y poder salir al pasillo del pequeño edificio. Ambos se sentaron en el suelo, uno al lado del otro.
—¿Jungkook? —preguntó Kim viendo como el menor se contenía— ¿Estás bien?.
Escondiendo su rostro en su sus rodillas se puso a llorar. Recordando al muchacho a su lado, se giró para no parecer tan patético frente a su nuevo amigo. Taehyung no sabía que hacer así que con un poco de torpeza abrazó a Kookie por la cintura desde la espalda, apoyando su mejilla en la espalda encorvada del chico.
—Quiero volver a casa —dijo el muchachito con tristeza.
—Jin no quiso hablarte así, es que hoy está de mal humor porque parece que su presentación se atrasó. —Jungkook aún lloraba, Taehyung acariciaba con sus dedos sobre la remera del menor— Namjoon dice que cuando nos presentemos entenderemos mejor eso.
—Y-yo no quise molestarlo. —dijo bajito el chico que acababa de cumplir sus dieciséis años hace unos meses.
—Tranquilo Jungkookie, yo siempre estaré para ti, si todo se vuelve dificil podes buscarme siempre.
