Secuestrada con Shesshomaru (Shesshome)

El hermano

Se giró a verme, levemente con desprecio pero en sus ojos también había asombro, ¿Me recordabas en ese entonces?

Para mi era la segunda vez que te veía, aún cuando pensé que era la primera ahora sé que ya nos habíamos visto, mi alma lo sabía!

—¿Una humana? Espera inuyasha ¿Tienes los mismos gustos que mi padre? Una sucia Humana —Dijo con desprecio mientras me veías de pies a cabeza

Mi cuerpo seguía helado, aunque inuyasha estuviera en inminente peligro yo solo podía observarte, más allá de la angustia mis ojos admiraban tú apariencia.

Tu cabello blanco que golpeaba tus caderas y esa mirada penetrante con Perfecto delineado, mi cabeza dolió cayendo al suelo.

Mis manos apretaron mis sentidos porque algo quería recordar, al final no pude hacerlo y eso aún me duele.

—!Kagome! —Dijo Inusyaha al verme caer a un costado de sus pies

—Ya veo porque están juntos —Espetó sheshomaru tirando su cabello hacia atrás, yo aún desconcertada subí mi vista para verle

Me observaba con cautela.

—Los débiles y mediocres como ustedes siempre terminan por juntarse, por cierto yo no necesito a nadie más que mi fuerza —Desenvaino la espada y el filo de su cuchilla lastimó mi cara —¡Ahora mueran los dos!

Se lanzó hacia nosotros y mi corazón casi se detuvo, pero entonces la vaina de colmillo de acero nos protegió, se colocó en las manos de Inuyasha y palpitaba llamando a su espada.

Sheshomaru estaba tan confundido como nosotros.

Al final tú saliste herido, Inuyasha estaba feliz pero sin embargo mi corazón dolía, no podía estar en paz, sabiendo que alguien había salido herido, y más aún si era un ser tan hermoso como el que mis ojos había visto y mi mente habían grabado.

Cuando inusyaha días después salió en busca de cuya sacerdotisa odiaba según sus palabras, me quede en la aldea, sola, anhelando que él no la encontrara y que volviera a mi lado, cuando me perdí en el bosque y vi su tierno beso mi corazón se destrozó incluso más que los fragmentos de la perla de Shikon, había pasados unas semanas y mi primer amor según mi perspectiva no me era correspondido.

Mi mejilla fue lastimada con una rama con espinas, mientras corría desesperada lejos de aquella escena, lejos de ese tierno beso y ese amor correspondido al que yo no podía formar parte.

Pero entonces, como un ángel apareciste tú, herido y ahuyentando los espíritus con las pocas fuerzas que te quedaban, vi agitar tus dedos y como una luz apareció de pronto y más que un guerra de supervivencia, parecía una danza angelical.

Pero estabas exhausto y te vi caer sin mediar palabra, la sangre salía de tu costado, de tu brazo herido y de tu ceja izquierda, ibas a morir y eso era inminente.