C̡̰͎̤͙Ạ̢͉̱̥̳P̨̲̗I̡̦ͅT̨͖͓Ą̗̜́ͅN̢͇͈͕

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Me hice consciente de lo que sucedía cuando ya ibamos a mitad de camino por la escalera, y en medio del nerviosismo intente persuadirlo para que se vaya. El mismo había dicho que debíamos separarnos al salir del hotel en el que estábamos quedando, no podía haber cambiado de parecer tan fácilmente.
A medida que nos acercábamos a mi puerta comencé a ponerme más y más insistente con que tal vez esta era una muy mala idea, lo tomé con fuerza de su saco logrando que al fin pare de caminar y me de su atención, busqué sus ojos con rapidez para verificar que realmente estaba prestando atención a lo que le venía diciendo desde la mitad del camino, pero su rostro se hallaba imperturbable como siempre.
Abrí los labios dispuesta a quejarme de su actitud pero no llegué a decir nada, ahora el me tomaba por el cuello de mi saco y había encajado sus labios con los míos; este beso duro más que el primero, dándome tiempo a apreciar el amargor de sus labios debido al cigarro y al sake que bebia con frecuencia.

Me soltó y se quedó parado esperando a que retome la marcha, ésto tardo unos segundos debido a mi shock, pero cuando entendí lo que pasaba me límite a avanzar en silencio. Quedar a solas conmigo parecía haber sido su objetivo en todo momento, realmente me lo merecía por ser una bocona, estaba claro que expresarle mis deseos había sido el detonante  de su comportamiento, pero en la práctica no sabía muy bien como actuar.

El resto del camino fue en silencio, y al llegar a mi cuarto le ofrecí algo de beber para intentar hacer el ambiente un poco mas íntimo; si el capitán estaba aquí era porque se encontraba muy decidido, en otra situación no hubiese lidiado con mis chillidos y simplemente se hubiese ido con su escasa paciencia a otro lugar.

El ruido de la radio invadía el ambiente, me encontraba sentada en el suelo frente al kotatsu, mis manos estaban sobre la mesa y junto a éstas habían dos latas de cerveza y un cenicero; a mi lado se encontraba Kishibe, el fumaba en silencio, iba por su segunda lata de cerveza, mientras yo aún iba por la primera.
Miraba mis dedos una y otra vez para restarle importancia al hecho de que el hombre se había invitado solo a pasar a mi hogar, mi poca resistencia al alcohol hacía que de a poco me empezara a sentir relajada y no podía evitar pensar en lo que podría pasar si seguía bebiendo.

-Otra-Dijo mientras aplastaba la lata que se encontraba en la mesa, me pare en silencio para alcanzarle otra cerveza cuando escuché un ruido metálico contra el suelo.
Cuándo me giré el se hallaba serio, había intentado embocar la lata en el tacho sin moverse de su lugar, y está vez, no lo había logrado-Perdón-Susurro mientras bajaba su mirada, me límite a soltar una risotada mientras me acercaba a tirar mi lata vacía y a meter en el cesto la de él. Luego me acerqué a la mesa y le alcancé la nueva bebida cerrada.

-No sabía que cuando tomabas te ponías a jugar-Le dije mientras seguía sonriendo por lo pasado anteriormente y abría una nueva cerveza para mí. A éste punto ya me encontraba mareada, no solía beber así que cuando lo hacía, una lata era suficiente para ponerme a tono-Fue muy lindo que hagas eso-Reí-Pareces un niño.

El me miraba serio, no parecía avergonzado por su fallo, seguía bebiendo y fumando como había hecho desde que se sentó. Dejé de reírme de golpe, tal vez estaba molesto por mis burlas, múltiples veces me habían dicho que me ponía pesada cuando tomaba y me costaba darme cuenta de en qué momento sucedía eso. Prendí un cigarro, tal vez el tabaco podría ayudarme a bajar el mareo del alcohol.

-No deberías beber tanto-Dijo mientras tiraba en el cenicero su cigarro consumido-Siempre te cae mal, no quiero tener que sostenerte el pelo otra vez.

-¿Y qué vas a hacer si sigo bebiendo?-Expresa con burla al mismo tiempo que me paraba de la mesa para sacar otra lata, ya había agarrado ritmo y sentia pasar el amargor de la cerveza como si fuese agua. No llegue a alejarme del kotatsu cuándo sentí un golpe sobre mi trasero. Él me había nalgueado, definitivamente me había nalgueado. Me giré con la cara roja como un fuego, ¿seguir bebiendo implicaba mas nalgueadas o qué demonios había sido eso?