CAPÍTULO VII: "EN BUSCA DE SUMINISTROS"

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A la mañana siguiente, Mateo se había levantado como de costumbre, el día estaba nublado, daba el presagio de que llovería además de estar frio. Mateo se levanta de la cama, para ir a ordenar su nueva ropa, la cual consecuentemente es la misma que usó el día de ayer, justo después de haber mojado el anterior conjunto que tenía. Ahora mismo la señora de la pensión se lo estará secando y planchando. Por ende, se pondrá el conjunto secundario, que consta de otra camisa pique, pero esta vez de color rojo, Mateo tiene un gusto por estas camisas, además de que son las que pudo recuperar de su antiguo guardarropas de su casa. También tenía unos pantalones negros, los mismos zapatos que utilizó el día anterior y una chaqueta negra de cuero, más el pañuelo que usó en las montañas. 

Este fue a ducharse como de costumbre, además se puso una pisca de perfume, el cual estaba por agotarse y era el único que le quedaba. Ya seco y perfumado, procedió a vestirse. Para cuando ya acabó y estaba totalmente arreglado, salió de su recámara y se dirigió al salón en donde habitualmente el grupo desayuna. 

Al llegar a esta sala, ya estaban algunos esperando, como Andrea y José Manuel. El resto seguro o estará durmiendo o estará arreglándose. Mateo saluda a sus dos compañeros y se sienta junto a ellos a esperar el desayuno. 

 Entre los tres hablan sobre la situación actual, sobre todo con el hombre herido que rescataron, Andrea dice que espera que esté bien, aunque esta expresa que no sabe mucho del asunto. Mateo le dice que luego le contará todo el asunto, pero le comenta que se trata de su viejo compañero de clase. 

José Manuel dice que por lo que se ha enterado, el doctor ha estado horas curándole las heridas, suturando y todo ese asunto, pero que no sabe cómo amaneció hoy. En eso al lugar llega el señor Hurtado, quien pide hablar con Mateo y el resto de su grupo para de avance del estado de Drake. Estos saludan al señor, entonces Hurtado procede a informarles a los tres amigos. 

El señor dice, que por el momento el médico ha logrado estabilizar y curar a las heridas del sujeto que rescataron. Pero agrega que al médico se le acabaron los suministros, para poder seguir curando a Drake. Por lo que el señor pide ayuda al grupo para que le acompañen a la desolada comuna de Rio Claro, la cual no queda muy lejos de la ubicación del asentamiento en sí. 

Mateo acepta acompañarle y le pregunta que cuánta gente necesita para realizar al viaje, a lo que Hurtado responde que solo necesita a tres personas más aparte de él y su hija. 

En eso justo bajan Amelia y Carlos, ambos completamente vestidos. Estos al ver la situación decidieron mantenerse en silencio. Mientras el resto de la conversación se daba. 

Mateo propone que los del grupo que irán junto a Hurtado y su hija serán, Andrea, José Manuel y él. Y mantiene que el resto se quede descansando, a lo que Amelia se le acerca al ya mencionado para pedirle que deje que acompañe al grupo. Mateo se niega, pero al ver que jovencita le pide y le argumenta que ya se encuentra mucho mejor del hombro, este acepta y le pide a Hurtado que, si podrá ir uno más, a lo que el señor acepta sin mucha complicidad. 

Tras eso, el señor se va del lugar, no sin antes decir que se verán todos en la salida sur del asentamiento, pasando las viviendas de las demás personas residentes y agrega que no vayan con los caballos, ya que para esta ocasión irán en un vehículo. A lo que todos se ponen a equiparse con todas las mejores armas que tengan, Mateo fue a su recámara a buscar toda la munición que le sobraba desde el tiroteo en el teleférico, además de tomar la ametralladora que sacó de allá mismo, junto a un poco de munición que le había sobrado. 

Lo mismo el resto de sus compañeros que iban a acompañarle en la aventura, pero en el caso de Amelia, esta le pidió prestada unas armas a José Manuel y a Amelia, quienes le dieron un revolver de cañón corto color acero ennegrecido y desgastado, además de una empuñadura de madera rojiza desgastada también. Y un cuchillo de combate negro.

DUST I: DISTOPÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora