Capítulo 15

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Hobi: Yoongi

Hobi: Yoongi

Yoonie: ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? ¿Necesitas algo?

Hobi: Calma me ecuentro bien, pero estoy muy aburrido

Yoonie: ¿Y?

Hobi: Ugh te odio

   Yoonie: Era broma. ¿Quieres que te pase a buscar y vemos una película en mi departamento?

Hobi: Por favor, me muero de aburrimiento

Yoonie: En unos momentos estoy allí, Pastelito.

Dejo su teléfono en la mesita de noche gruñendo por el apodo. Sabía que Yoongi le gustaba molestarle, así que no le tomo gran importancia. Se levanto con pereza y empezó a cambiarse de ropa. Opto por ponerse unos jeans y un suéter azul. Estaba amando esos suéter se le hacían muy cómodos. Para cuando termino de vestirse el timbre sonó.

Bajo las escaleras arreglando su cabello, antes de salir se despidió de su madre. Yoongi lo estaba esperando afuera del coche.

—Hola—saludo —. ¿Estabas ocupado? Si lo estabas, lo siento.

—No lo estaba— dijo cansado el azabache—. Casi acabo de despertar.

Era lógico, apenas eran las nueve de la mañana, mayor mente a esa hora seguía durmiendo, pero se levantaba corriendo a vomitar y luego de eso ya no podía conciliar el sueño.

—Nos vamos— pregunto el azabache. Hoseok asintió.

Le abrió la puerta a Hoseok siendo caballeroso.

Cuando llegaron al departamento del mayor, Hoseok se sorprendió un poco por la organizado y limpio que se encontraba el departamento de Yoongi. Y a, el apenas le daban ganas de limpiar su habitación.

—Tienes un bonito departamento— halago—. ¿Vives solo?

—Si—respondió Yoongi—. ¿Quieres algo de tomar?

Hoseok negó sentándose en el sillon que se encontraba en la sala, era muy cómodo. Yoongi tomo el control remoto tomando asiento a lado del castaño.

—¿Seguro que no quieres algo? —Hoseok lo pensó estirándose en el sillón.

—¿Tienes chocolate? —Sonrió—, muero por una de chocolate blanco, no mejor helado de galleta— dijo con la boca hecha agua. Yoongi rio mirándolo con ternura.

—No tengo helado—El castaño hizo un puchero cuando oyó la respuesta del azabache—, pero saldré a comprarlo y de paso voy por una pizza.

—Si—Gimió gustoso y complacido por las atenciones.

Para cuando Yoongi volvió de comprar se encontró con un Hoseok dormido en el sillón. Dejo las cosas en la mesa ratonera y se incoó a lado de Hoseok viendo como dormía. Acerco sus manos en la mejilla del castaño se removió abriendo los ojos, Yoongi se alejó por completo.

—Te quedaste dormido—explico—. Anda a lavarte las manos para que puedas comer.

—Yoongi, mi helado—se quejó. El azabache sonrió negando con la cabeza.

—Primero, comes adecuadamente y luego puedes comer todo el helado que quieras.

—Hablas como mi madre—bufo levantándose.

Luego de minutos ambos se encontraban viendo una película de risa escogida por Hoseok. El rizado oía como Hoseok soltaba pequeñas risas.

—Hoseok—llamo

—¿Qué pasa? —pregunto sin despegar la vista de la pantalla. En sus manos se encontraba el bote de helado.

—Vente aquí—palmeo su regazo, Hoseok lo miro sorprendido—, quiero acariciar tu vientre.

Hoseok no rechisto y se subió en el regazo del azabache pegando su espalda en el pecho de este y su cabeza la recargo en el hombro de Yoongi.

—¿Se siente bien? —pregunto cuando escucho ligeros ronroneos de parte del castaño y siguió acariciando suavemente el vientre de Hoseok. Últimamente Yoongi se estaba enamorando del vientre del castaño y eso que no ha crecido mucho.

—Tus caricias me están dando sueño—murmuro cansado.

—Duerme entonces—comento Yoongi.

—No mejor cuéntame algo—respondió volteando a verlo.

—¿Qué quieres saber?

—¿Antes de esto habías querido tener hijos? —pregunto un poco dudoso no quería incomodar a Yoongi.

—Si, pero no pensé que tan pronto—respondió siguiendo con las caricias—, pero ahora ya quiero tenerlo entre mis brazos.

Hoseok sonrió ante la respuesta y se pegó lo más posible a Yoongi. Al azabache no le molesto en lo absoluto.

—¿No tienes miedo? Digo vamos a ser padres primerizos— hablo Hoseok.

—Un poco. No tengas miedo porque me vas a tener a mí y a tu familia. Claro también contaras con la mía—aclaro con una sonrisa.

Hoseok recordó la conversación que tuvieron en la Universidad acerca de porque lo molestaba y el rizado había respondido que tenía sus razones, quería saber cuáles eran sus razones.

—¿Cuáles eran tus razones para molestarme? —pregunto mirándolo a los ojos. El azabache no comprendido la pregunta cuando salió de los labios del menor, pero luego de segundos relajo su rostro.

—Quería llamar tu atención. 

Una llegada inesperada (YoonSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora