xiii. Backstabber!

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act one. chapter thirteen.
BACKSTABBER!

Esa noche Maia soñó con el perro que había visto en el patio. Soñó que corría detrás de el a través del Bosque Prohibido. Cuando llegaban a un claro el perro se transformaba en hombre.

El hombre estaba de espaldas, pero se daba la vuelta lentamente para mirarla, y cuando le veía la cara Maia lo reconocía al instante.

"¡CRUCIO!"

Maia abrió los ojos de golpe. Como de costumbre, no lloraba ni sudaba cuando se despertaba de su pesadilla. Solo abría los ojos, al igual que todas las mañanas, mirando el techo de su habitación.

Aquella mirada de alegría y ojos verdes volvieron a su mente. 

"Trataré de atrapar la snitch para ti." 

Draco, Crabbe, Goyle y Flint había perdido cincuenta puntos para Slytherin. 

"No es tu culpa, Draco." lo había tranquilizado Pansy. "No tenías como saber que Potter había aprendido ese hechizo."

Maia estaba allí también, con la cabeza de su primo en su falda. Ella si que sabía que Potter había aprendido el hechizo, pero no tenía tiempo para sentirse culpable. Su mente estaba mucho, mucho más lejos, en el campo de quidditch, con Potter sonriéndole y alzando la pelota dorada en su dirección.

"Estúpido Potter con su estúpida Saeta de Fuego y su estúpida cara de estúpido." había farfullado Draco. "Ahora tengo detención con McGonagall ¡McGonagall! Escribiré a mi padre en cuanto pueda." 

Se vistió, como cualquier otro día y bajó. Eran las ocho de la mañana de un domingo, supuso que por eso no había nadie por ningún lado. 

Se recostó en el sillón más grande frente al fuego, manteniéndose completamente acostada y cerró los ojos, quizás podría dormir un poco más. Dejó que las llamas le calentaran el cuerpo. Sentía una extraña y poco familiar paz

Pero, claramente, las cosas no estaban destinadas a ir bien para ella.

La pared de piedra que era la entrada de su Sala Común se abrió en ese momento y Severus Snape entró por ella.

"Black." dijo, con la voz como un témpano de hielo. 

"¿Profesor Snape?" 

"Acompáñeme."

Maia lo siguió entonces, a través de la pared de piedra y luego a través de los pasillos. Se encontraban estos desiertos también, pero el silencio que había no era normal. Algo raro estaba pasando. La paz abandonó a Maia prontamente, un más conocido mal presentimiento se adueñó de ella.

"¿A dónde vamos?" aventuró la chica.

"Cállate."

Finalmente, llegaron al tercer piso. Al rápido paso que iban, Maia se encontraba jadeando. El profesor Snape se paró frente a una gárgola. "Varitas de regaliz." dijo. La estatua se hizo a un lado y dejó ver una escalera de caracol.

Maia lo siguió por los escalones. Finalmente, dieron con una sala circular y plagada de retratos, todos parecían estar durmiendo. Había un escritorio en el medio atiborrado de cosas. En el escritorio se encontraba sentado Albus Dumbledore, mirándola con expresión calmada.

Algo muy malo había pasado. 

Entonces se percató de la otra persona que había en la sala antes de que ella llegara y su corazón se paró.

Moonlight / Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora