viii. Your power

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act two. chapter eight.
YOUR POWER

Sadie vendó su brazo y le aplicó el ungüento silenciosamente. Los elfos de la Mansión Malfoy sabían muchísimo mejor que hacer preguntas. A pesar de que la sanación fue rápida a causa de la magia, Maia optó por vestir una polera negra de manga larga debajo de la túnica para asistir a King's Cross el primero de septiembre.

En cuanto al gato, lo terminó por nombrar de la manera menos original posible: Gris. Tampoco se le ocurrió una mentira lo suficientemente convincente para Draco más que se lo había obsequiado Daphne Greengrass.

"Pensé que no hablabas más con esa perra." le dijo Draco sentado en el borde de su cama, mientras Maia se terminaba de peinar sentada frente al espejo.

"No lo hago, imagino que lo tomó como un regalo de reconciliación."

"No vuelvas a hablarle a esa perdedora."

"No dije que lo haría." Maia apretó los ojos por el punzante dolor de cabeza que le estaba comenzando

"Mamá odia a los gatos." le recordó. "Le dan alergia."

"¿Crees que me hará dejarlo?" preguntó Maia, tratando de disimular lo devastadora que le sonaba la idea mientras acariciaba al gatito reposaba en su regazo.

Draco se quedó callado por unos segundos, pensando su respuesta. "No si no se entera." dijo al final.

Maia abrió los ojos, sorprendida, y dejo el cepillo de pelo a su costado, girándose para mirar a su primo. "¿No dirás nada?"

Draco se encogió de hombros. "No le afectará si estamos en Hogwarts. Además un poco de alegría no te vendría mal, ¿eh?"

Maia sonrió tan genuinamente que sus ojos se iluminaron por primera vez en todo el verano.

"¿Ves? De eso hablaba." le devolvió la sonrisa Draco.

Mientras se paraba en la estación 9 y 3/4, Maia miró nerviosamente de reojo la jaula tapada con una tela que reposaba sobre su baúl. Rezó porque a Gris no se le ocurriera dejar escapar un maullido.

Antes de salir, le había dado un último vistazo a su enorme habitación. Cada año, la recámara parecía acompañar el crecimiento natural del cuerpo de su dueña y seguía tan gigante y desolada como de costumbre. Recorrió con su mirada las altas paredes, la amplia cama y la solemne cómoda. Podría haber sido la habitación de cualquiera, no había nada que la marcara como suya más que la foto de ella, Draco y Stefan en su mesita de luz.

Por algún motivo, un inusual acto impulsivo en su corazón, tomó el marco, quitó la foto, y se la guardó en el bolsillo. Fue un extraño presentimiento el que la invadió, que si no la tenía con ella, no la volvería a ver.

Tocó con sus dedos el papel en el bolsillo de su túnica mientras observaba a Narcissa abrazar a Draco. La despedida con los Malfoy en la estación siempre era fría, pero este año además estaba cargada de tensión.

"Va a ser un curso muy especial. Se divertirán mucho." les dijo Lucius con la voz cargada de significado.

"Ya lo creo." dijo Draco, con emoción, pareciendo entender la referencia de su padre. Maia no tenía idea de a que hablaba Lucius, pero tampoco pretendía hacerlo. Si no lo sabía era por que no era su asunto, o le correspondía enterarse después. Además, francamente, le daba igual.

Narcissa añadió: "Pero procuren no divertirse demasiado, ¿eh? Especialmente tu, Maia. Tienes nuevos deberes que cumplir, procura complacer a Ryo. No queremos percances, todo está saliendo maravilloso."

Moonlight / Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora