Melodia del amor

flores y lágrimas

Amine salía sonriente del colegio, había arreglado su cabello para verse con Mesut, anteriormente se había arreglado en el baño para poder lucir lo mejor posible. Claro que le dijo a sus amigas lo que creía que pasaría y en ese día solo había comentarios y gritos al tocar el tema, “pero que suerte tienes"  “no lo puedo creer, que afortunada" “ya era hora", eran algunas de las palabras dirigidas hacia ella. Su cabeza estaba en las nubes imaginando todas las posibles escenas.
.
.
.
.
Ese día Mesut tenía ya todo claro en su cabeza, decirle a Amine lo que pasaría con ellos. Conversaba con Iker, este realmente no estaba muy de acuerdo con lo que hacía su amigo, la chica al final saldría muy lastimada.

- ¿Qué piensas decirle?, Mesut, es una chica buena, no puedo creer lo que vas a hacer.

- que yo intentaré algo con alguien pero sigue siendo importante... Lo sé, pero tarde.

- ¿Y si no funciona?

- si funciona

Terminaron de conversar en cuanto entraron al salón de clases, en el lugar de Özil había un pequeño ramo de rosas blancas. Se miraron por unos segundos y fueron a ver si había algo además de las flores y si, una pequeña carta.

- “espero que te guste este regalo, con cariño, Sergio"- Leyó Casillas haciendo una mala imitación de como el creía que hablaba Sergio.

Özil tomó el ramo, acercándolo a su pecho, luego miró a Iker con el seño fruncido debido a la mala imitación que había hecho.

- ¿Y si no terminó con su novia?- Comentó Iker, el no estaba muy seguro de lo que haría Sergio y tampoco quería que Mesut saliera mal.

- el lo hará- Pero la pregunta de Iker se quedó en su cabeza por un buen rato.
.
.
.

Era la hora de ir a la heladería, pero primero iría a su casa para ahí dejar el ramo, pero la carta la escondió en su mochila para evitar de algún miembro de su familia lo viera. Su madre se dió cuenta del ramo y no pudo evitar preguntar quién se lo había dado, Özil no respondió al instante, solo dijo que lo encontró en su mesa y había una nota que decía que era para el, no sabía que haría su familia si se enteraban que le gustaba un hombre.

Cuándo salió de su casa caminó hacia la heladería, más bien, corrió hacia la heladería, Sele podría hacer tarde y se metería en problemas con el encargado, aunque esté no estaba en ese local, el estaba en otro no muy lejos del lugar, pero se podría dar cuenta.

El día transcurrió normal, en un punto fue Iker solo para ver qué todo estuviera bien con el chico, notó que el que trabajaba con su amigo le miraba de una manera no muy discreta, pero decidió no tomarle importancia.

Eran algo tarde, la presencia de la chica se hizo notable, usaba un vestido y se notaba un aroma dulce proveniente de la chica. Se acercó al mostrador, directo hacia donde estaba el turco.

- vamos fuera.

No quería armar un escándalo dentro del local. Fue hacia el exterior para poder hablar con Amine.

- ¿Qué me querías decir? - ella había acomodado un mechón de cabello y le miraba de una manera coqueta.

- es sobre lo nuestro- Añadió Özil mientras organizaba las palabras en su cabeza.

- te escucho- Parecía tan ilusionada, sus ojos brillaban con cada palabra del turco.

Özil tomó aire, ahora estaba apenado, tal vez arrepentido de tan solo ver a Amine tan feliz y con tantas ideas en su cabeza. Ahora pasaba por su mente que tal vez no fue tan buena idea querer algo con Sergio después de haber pasado tiempo con la chica, pero ya no habías vuelta atrás.

- Amine, tú eres muy especial, pero, yo querer intentar algo con alguien... Aún así, yo quererte- Sonaba muy estúpido con su español de mala calidad.

La sonrisa de la chica se fue. Abrazó a Özil mientras las lágrimas salían de sus ojos, no dijo nada por un buen rato. Ya fue hasta unos segundos que Mesut se atrevió a también abrazar a la muchacha.

- ¿Amigos?- habló entre lágrimas Amine.

- amigos- dijo Özil sin siquiera dudarlo.

Amine no sabía bien si quería seguir llendo a la heladería después de eso, pero quería seguir viendo a Mesut aunque su amor no fuera correspondido y eso de cierta manera le mataba.

.
.
.
.

Era otro día, ya todo había pasado y de cierta manera estaba todo bien, eso era lo que creía. Sergio se sentó a un lado suyo, ambos estaban en el receso, en un banco que estaba en el patio de la institución, no se dijeron nada, solo se tomaron de las manos, ni siquiera mencionó lo que pasó el día anterior.

- ¿Te gustaron las flores?

- si, si me gustaron.