Amine

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No tenía mucho de especial, asistía a un colegio para mujeres por el centro de la cuidad, tenía un círculo de amigas como cualquier otra chica del colegio, aveces iba a comprar con sus amigas o recorrían los nuevos negocios de su interés que se abrían por la zona, fue ahí donde vió al chico que atendía en la heladería, alguna de sus amigas le dijo que no era para tanto, pero le parecía que si.

No se atrevió a mandarle mensaje al chico, le daba un temor de molestarle, pero al día siguiente asistió al lugar y con miedo fue a pedir los helados para ella y sus acompañantes, claro que ellas no hacían más que reír sobre lo que pasaba.

- buenas tardes... ¿Me podría dar dos helados de fresa, uno de vainilla y uno de limón?- Miró al chico con una sonrisa tímida.

- claro- El chico empezó a servir la orden de las linda joven- parece que viene acompañada

- si, bien no podría comerlo sola

- claro que podría ayudarte- Si bien aún no podía olvidarse de Sergio, tal vez podría intentar algo más. - estuve esperando un mensaje tuyo- realmente no, pero era parte de seguir adelante.

- oh, ¿enserio?, No sería mucho problema- Se recargó sobre el mostrador y luego volteó a ver a sus amigas que le miraban, sonreían y susurraban- pensé que sería una molestia

- no es una molestia- Le dió una bandeja con lo helados que había pedido, pero la chica no se molestó en llevarlos a sus amigas- ¿Te gustaría salir después de mi turno?

- claro que me gustaría - Mesut le miraba más detalladamente, era muy linda y parecía tener una buena conversación.

Amine solo asintió, solo el grito de sus amigas le hizo reaccionar, “ Amine, ya lo miraste mucho" escuchó de una de las chicas, le miró apenada y fue a dejar las cosas a sus amigas.

- adiós linda- Se despidió de la chica y después miró como empujaba a algunas de sus amigas y se cubría la cara.

Miró la puerta de entrada al escuchar el sonido de la campana, quería morirse, ahí, frente a el, estaba más y nada menos que Sergio Ramos, que alguien le entierre vivo. Hizo la mirada a un lado, hacia el otro chico que trabajaba en el lugar.

- Xavi... ¿ Tú me puedes hacer favor?

- uh? Claro, ¿Qué necesitas?

- atiende a ellos

El chico que trabajaba ahí no hizo ninguna pregunta y fue a atender a la pareja.

Özil miró hacia la chica y le saludó con una sonrisa, claro que esto lo vió Sergio y el lo sabía, estaba mal, demasiado mal lo que está haciendo, pero se sentía realmente mal por lo que pasó esa noche y que el día siguiente se diera cuenta que no significó nada. Veía como la chica se levantaba de su lugar he iba hacia donde el estaba.

- ¿podría quedarme a esperarte?

Eso no se lo esperaba, tampoco faltaba mucho para irse, asintió a la chica, la cual no hizo más que sonreír. Platicaron un rato, al parecer a la chica le atrajo demasiado el hecho de que Mesut tocara un instrumento y que además practicara un deporte. Por lo mientras Özil sentía la mirada de Sergio sobre el, otra vez no sabía que es lo que pensaba el español o que pretendía con su actitud. Cuándo salió de la heladería, fue demasiada coincidencia de que al momento de salir también lo hiciera Sergio y la bruja, como le gustaba llamarle Mesut. Se miraron unos segundos, Özil fue el primero en irse del lugar con Amine a comer cualquier cosa con ella y olvidarse de lo que sentía, aunque fuera tal vez solo el enojo momentáneo.

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