Sólo Tú Y Yo♡

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Tw: nsfw (poco, pero nsfw)

Seguimos hablando hasta que llego Bárbara, con unos apuntes en mano

—Jean ya está en la capacidad de llevar su tratamiento fuera de la iglesia— dijo Bárbara —Así que supongo que ya se puede ir, por el momento solo necesita ayuda para trasladarse y no estresarse—

—¡Eso ni siquiera tiene que ver!— Refutó Jean

—Jean... Es bueno para ti dejar el estrés, tal vez debas cambiar de ambiente o algo— comente

—Deberías llevártela al viñedo— dijo Rosaria

—Sí. Pero cambiando de tema ¿Ya puedo irme a mi casa? Quiero tomarme unas buenas cervezas— interrumpió Kaeya

—No, no puedes. Ni tomar cerveza, ni irte a tu casa. En cuanto a la idea de Rosaria, yo también apoyo el pensamiento—

—Pobre Kaeya, yo tomaré por ti, negro cabeza de balde

—Bárbara mirala como se porta la leche andante, dile algo

—Rosaria te quedaras con Kaeya, cuidándolo. Diluc y Jean irán al videño y yo haré los planes para la misa

—AHH, te odio negro de mierda

—Bueno, Jean, llamaré a un carruaje para llevarte al videño— le dije a mi amada

—No es necesario ¡Puedo caminar!

—Jean ya basta, te comportas como una joven que dice que puede hacer todo, solo relajate y ya— dijo Kaeya, en un tono serio, algo que me sorprendió viniendo de él.

Jean suspiró, mirándome fijamente, realizando un puchero con sus labios.

Me acerque para besar su frente —. Pareces una niña pequeña— seguido de esto me reí.

Sus mejillas se sonrojaron levemente y la ayude a pararse para llamar a un carruaje.

Ya en la fuente hable con Marjorie, una comerciante de Mondstadt, para que nos prestará su carreta. Debido a la hora, mediodía, era difícil conseguir un buen transporte ya que todos estaban almorzando. La comerciante accedió, dejándome su vehículo y a su conductor.

A pesar de que no era cómodo trate de que Jean se sintiese de la mejor manera.

...

En cuanto llegamos le pagué al señor dos mil moras y baje con cuidado a Jean.

—¿Quieres que te cargue hasta la entrada?— pregunté

—Puedo sola...

—Vamos, será divertido

—Diluc...

—Jean, por favor.

—Bien...

No la deje hablar más y la cargue entre mis brazos. Sus ojos se veían hermosos bajo la gran luz del sol.
Tuve que aguantar mis deseos de querer besarla ahí mismo, ya que las sirvientas aún estaban trabajando y no me gustaría que nuestra relación sea víctima de esos rumores tontos.

La baje en la entrada como prometí.

—Bien, pasa

Jean camino con dificultad pero cuando ingreso se quedó observando un jarrón...

No quiso preguntar, pero tampoco es como si yo quisiera revelarle información sobre aquel objeto.

—Tu casa es linda, no entiendo porque quisiste venderla...

—La verdad es muy grande para una sola persona. Recordando que aquí solía vivir con mi padre me trae mucha melancolía.

—¿Siempre eres tan formal o sólo en tu casa?—

𝐉𝐞𝐚𝐧 𝐱 𝐃𝐢𝐥𝐮𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora