Estar bien

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Tsukishima se levantó de su cama y revisó el celular, ningún mensaje, tal y como esperaba, no quería que nadie lo molestara tan temprano en la mañana.

Aunque talvez, muy en el fondo, esperaba ese; " Buenos días <3" al que tanto se había acostumbrado.

Pero ya no importaba, ese chico pecoso había decidido rechazarlo y él nunca perdería su orgullo — o lo poco que quedaba de ello—  rogándole a un simple chico, bueno, no era un simple chico, era su omega destinado, todo estaba hecho mierda a su alrededor.

Terminó de cambiarse y bajó hacia la cocina, su hermano lo estaba esperando para desayunar, él era una de las pocas personas que le caían bien a Tsukishima, eran familia después de todo.

Se despidió y finalmente salió de la casa, por lo menos en su escuela no tendría que ver a Tadashi, podría librarse de todo pensamiento malo y ser el primero en todo, como siempre, solo esperaba que esa paz no se termine pronto, a fin de cuentas ya estaba en su ultimo año de secundaria.

En esa misma escuela yacía una madre con su hijo, inscribiéndolo, estaba cansada de sus lloriqueos por haber cometido dios sabe que error, además ahí tenia a su mejor amigo de la infancia, podrían estar bien juntos.

— Verdad que te esforzaras mucho este año, Yamaguchi

— Sí mamá, haré un buen trabajo.

Ya tenía su uniforme puesto por lo que tan solo se despidió del director y comenzó a buscar su aula, clase 4 segundo salón, no debía ser muy difícil.

De pronto el pecoso sintió un olor familiar, sabia perfectamente de quien se trataba, no quería seguir sus instintos, pero casualmente el aula que tanto buscaba era esa misma de la que emanaba ese aroma, ya daba igual, ingresó de todas formas.

El profesor dejó de dictar su clase para presentar al nuevo alumno, nunca lo habían visto en esa preparatoria por lo que debían hacerlo sentir como en su casa.

"Chicos, él es Yamaguchi, su nombre pregúntenselo ustedes para que puedan crear algunos lazos, trátenlo bien y recuerden que los alfas y omegas siempre deben tener un supresor a la mano, sobre todo a su edad, ve a sentarte chico"

Uy pues que bendita casualidad, el único asiento libre era junto a esa persona de la cual quería escapar, afortunadamente antes de que llegara a su sitio, un alma pura, no no, un ángel, empujó a su compañero y lo invitó a sentarse a su lado, era un chico bajito con el cabello naranja, se veía agradable, el pelinegro que se estaba levantando le dio un golpe en la cabeza pero se fue junto a Tsukishima sin decir más.

Así trascurrieron las primeras horas, al principio era un poco aburrido, todo ya lo había visto en su otra escuela, además estaba un poco intranquilo, había pasado mucho tiempo desde que estuvo cerca de ese alfa rubio.

— Entonces... ¿Cuál es tu nombre?

— Soy Yamaguchi Tadashi, ¿el tuyo?

— Mi nombre es Hinata Shoyo, soy omega, me gusta el voleibol y la mayoría del tiempo me vas a ver junto a ese alfa idiota de ahí atrás ....

Era mucha información, pero estaba bien, a Yamaguchi le gustaba conocer a más personas, quería relacionarse con muchos chicos, quería dejar de ser introvertido en sí.

Ambos omegas conversaban amenamente, tenían varias cosas en común y no era para nada incomodo.

Sin embargo, más atrás, Tsukishima no estaba tan feliz, hace tan solo unas horas estaba deseando tener paz durante todo el año y el universo lo primero que le mandaba era la razón de sus confusiones y debates en las noches.

Tenia que concentrarse, el examen de ingreso era la hora siguiente, debía repasar mentalmente lo que había leído la noche anterior, de hecho estaba tan concentrado que no se dio cuenta el momento en el que entregaron las preguntas debía apresurarse, además debía proteger su examen, conocía a Kageyama desde hace años, él y Hinata siempre se pasaban las respuestas, aunque siempre quedaban en ultimo lugar, pero no lo dejaría copiar.

De hecho acabó el examen mucho más rápido de lo que pensaba, se levantó para entregarlo, pasó por el asiento de Yamaguchi y grande fue su sorpresa cuando el examen no estaba en su mesa, de seguro no había dado ningún examen, se acercó al escritorio del profesor y vio una hoja con las preguntas correctamente respondidas, el nombre arriba era el de ese pecoso, de seguro era suerte, además en algo debía haber fallado.

Volvió a su asiento y en el camino, casualmente, hizo caer el lapicero de Yamaguchi, por cortesía, se agacho para recogerlo, pero al parecer el peli oliva también quería hacerlo, sus cabezas se chocaron y por un breve, eterno, momento se miraron a los ojos, seguidamente cada uno volvió a su sitio, era incomodo.

Pasaron las horas y  los resultados de los exámenes estaban pegados en el pizarrón de noticias, Tsukishima no era de los que revisaba su puesto, pero por alguna razón sentía la inquietud de hacerlo, lo que vieron sus ojos estaba para morirse, no estaba de primer puesto, estaba de segundo, nunca en toda su vida había estado segundo en algo, vio el nombre de aquel que se había atrevido a quitarle su puesto, lo que más temía sucedió, el primer puesto era para Yamaguchi, este día iba de mal en peor.

— MIRA KAGEYAMA ESTOY EN EL QUINTO PUESTOOOOO!!

— Es demasiado obvio que le copiaste al nuevo.

— ... No lo digas en voz alta... idiota.

Yamaguchi no parecía tan sorprendido por su logro, se acercó para felicitar a Hinata, le dio algunas miradas al rubio, pero no le dirigió la palabra, aun no quería hacerlo, a pesar de que lo necesitaba.

Ya era el momento tan ansiado por varios alumnos, el recreo, gran parte de ellos salieron despavoridos del aula, dejando a ese omega peli oliva junto con ese alfa alto y rubio.

— Yamaguchi, escucha, sé que esto es incomodo, pero lo que más me molesta es que creas ser superior, ese soy yo.

Tsukishima no estaba racional cuando dijo esas palabras, tan solo dijo lo que pensaba, él sabia que su amigo de la infancia no había hecho eso con el propósito de molestarlo, pero realmente estaba enojado consigo mismo.

Salió del salón, sin antes darle una ultima mirada a ese pecoso, sintió una presión muy grande en el pecho al ver esa mirada tan triste y confundida, no podía verlo más, se dirigió al patio lo más rápido posible.

Ambos jóvenes estaban tristes, sus almas estaban tristes, todos esos sentimientos se combinaban y la necesidad los torturaba diariamente.

No sabia como enfrentarse, ya querían estar bien.




Rivales, amantes [TSUKIYAMA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora