Beso

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Tsukishima llegó a la misma habitación en la que estaba antes, pero ahora con un omega distraído agarrando su mano con fuerza.

— Yamaguchi... No te atrevas a mostrarte ante alguien más que no sea tu alfa.

— Pero... hip... mi alfa... no me quiere — El pecoso estalló en llanto.

El rubio no sabia que hacer, él si quería muchísimo a Tadashi, pero el omega no le dejaba explicar las cosas bien, necesitaba hacer otra cosa.

Dejó a Yamaguchi sentado en la cama y vio por ultima vez el desastre de la fiesta de afuera, cerró la ventana. Con la mirada estaba buscando algo, abrió todos los cajones posibles y finalmente encontró eso que tanto buscaba, una botella de licor.

Kei no lo pensó, solo abrió la bebida y de golpe lo tomó todo completamente, ahora su cuerpo estaba mucho más caliente que antes, Tambaleando llegó hasta donde estaba Yamaguchi, se veía tan indefenso, cualquiera podría verlo y querer someterlo, esa simple idea le molestaba demasiado a Tsukishima.

El alfa se arrodilló y tocó las manos de Yamaguchi, su respiración comenzaba a agitarse, las manos de ese omega eran muy suaves, muy lindas, casi inmediatamente comenzó a lamer los dedos del pecoso, era dulce.

— Tsuki... Quiero a Tsuki.

Tsukishima estaba algo enojado ante esta sugerencia, ¿Cómo no podía reconocer sus feromonas?

— Soy tu querido Tsuki, Yamaguchi.

— Mi Tsuki... — Yamaguchi rodeó al rubio por el cuello mientras se reía atontado de la nada.

Tsukishima no podía aguantar más tiempo, su propio cuerpo estaba muy caliente, se abalanzó sobre Yamaguchi y comenzó a darle besos en su abdomen, iba subiendo delicadamente, besó sus costillas, su pecho, sus hombros, hasta llegar finalmente hasta su cuello, olía demasiado dulce, era embriagante, más que cualquier licor. Estaba cegando completamente a Tsukishima.

Racionalidad. 

Eso era lo único que no podía controlar ahora mismo el omega, un alfa, y no cualquier alfa, estaba besando su cuello, ¿Cuántas veces había soñado con ese momento? Siempre pensó que esa primea vez seria algo super romántico, bueno tampoco podía esperar tanto de Tsukishima. Pero debía admitir que le estaba encantando la necesidad con la que lo besaba su alfa, estaba completamente excitado, no tenia que desnudarlo para saberlo, su erección tocaba el abdomen de Yamaguchi.

El omega arqueaba la espalda cada vez que su alfa tocaba delicadamente sus caderas, sus muslos ahora eran apretados, estaba encantado con ese placer, pero él quería otra cosa, un roce de labios.

— Beso.. Tsuki, dame un beso.

Tsukishima no respondió con palabras, casi inmediatamente sus labios estaban unidos, el primer beso de ambos, sin duda fue algo mágico, gracias a su inexperiencia besando, se separaron en busca de oxigeno, pero al instante volvieron a besarse, estaba volviéndose adictivo, les encantaba probar esos labios ajenos.

El rubio comenzaba a respirar más agitado, sí su celo, era su maldito rut que se había presentado, movía su cintura en busca de calmar su libido, pero por debajo de la ropa no se sentía bien, en un movimiento rápido —sin dejar de acariciar a Yamaguchi— se desabrochó el pantalón que llevaba puesto, el resto de su ropa desapareció simultáneamente.

La ropa del omega también comenzaba ser un estorbo para Tsukishima, le quitó todo lo que llevaba puesto, inmediatamente volvió a besarlo, realmente se había convertido en su droga. Sus erecciones se frotaban entre sí, ahora los pezones de Yamaguchi eran los que estaban siendo atacados por el rubio, le encantaba cada pequeña parte de ese dulce omega.

— Yamaguchi... Quiero ponerlo... Déjame ponerlo — Imploró Tsukishima.

— Sí, hazlo... —Yamaguchi estaba igual de excitado.

Tsukishima comenzó a bajar su boca hasta la entrada del omega, la cual estaba muy bien lubricada, naturalmente, se veía deliciosa ante los ojos del alfa, quien no dudo en comenzar a lamer esa parte, era más dulce, le encantaba, luego de un rato jugando con el trasero de su omega, posiciono su miembro para entrar en el omega, no entraba, bueno Tsukishima estaba muy excitado y no podía meterlo correctamente.

— Mngh~ Tsuki.... Ahh~ — Yamaguchi estaba deleitándose con cada toque, y más aun con la punta de la verga de Tsukishima intentando entrar en él.

— Yamaguchi, vamos ... Quiero meterlo... Déjame ...

El omega aun podía examinar un poco la situación y él mismo comenzó a extender su entrada, era como cuando estaba en celo, en cuanto sintió que estaba lo suficientemente dilatada, atrajo a su alfa con sus piernas, haciendo que el miembro de este entrara en él.

— Tadashi... Tadashi...Dentro de ti se siente jodidamente bien.

— Yo... También me siento bien Kei~

Justo en el momento en el cual Yamaguchi dijo esas palabras algo en su cerebro soltó como una "chispa" habían olvidado algo sumamente importante, no era ningún ignorante como para no saber que terminaría embarazado si lo hacían sin protección.

Rápidamente empujó a su alfa y buscó entre los cajones, eso sí que era obra del destino, había una caja entera de esos dichosos protectores, Tadashi no demoró más, sabia que Tsukishima estaba en celo y necesitaba de él, lo sabia más que nadie, él mismo había vivido ese sentimiento.

Se acercó a Kei y se arrodillo para lamer la punta del miembro de su alfa, las feromonas volvieron a juntarse, volvieron a envolverse entre ellos como aquella vez que descubrieron que eran destinados. 

Yamaguchi le puso el condón y rápidamente empujó al alfa sobre la cama, seguidamente él se puso a horcajadas sobre él, Tsukishima sostuvo sus caderas y en un ágil movimiento volvió a meter su miembro dentro del omega, le encantaba hacer eso.

— Tsuki... más... quiero más de ti.

Tsukishima aumento la velocidad del vaivén de su cintura y apretó su agarre contra las caderas de Yamaguchi. Una de sus manos se deslizaron hasta los dedos del omega, y entrelazó ambas manos, gracias a eso pudo acercar a Yamaguchi hacia él, con la otra mano lo tomó del pelo y se acercó a su oído.

— No te atrevas a pasar otro celo sin mí, Yamaguchi, eres mío...

Al parecer esas palabras de dominio sobre él lo excitaron aun más de lo que estaba, sus caderas no paraban de bajar y subir.

— Mierda... Yamaguchi.... yo...

Tsukishima se corrió, dentro del condón afortunadamente, pero quería volver a hacerlo y el omega, quien también se había extasiado por el placer, quería tener a Tsukishima más tiempo dentro de él.

El espacio entre el cuello y los hombros del omega se veía tan apetecible, comenzó a lamerlo, como esperaba, el cuerpo de su pecoso era dulce, su miembro se hizo más grande y en ese preciso momento mordió el cuello de Yamaguchi.

Dejando una bonita y muy vistosa marca.

Lo hicieron algunas veces más, hasta que finalmente quedaron exhaustos y durmieron.

Durmieron juntos, abrazados, como buenos amantes.

Ahora debían afrontar las consecuencias de lo que habían hecho juntos.






Rivales, amantes [TSUKIYAMA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora