Cambios

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Era ya su primera semana en esa escuela, muchos chicos y chicas se le habían acercado para preguntarle muchas cosas, pero la persona que esperaba nunca se aparecía.

En la casa de Yamaguchi la situación no cambiaba mucho, ahora ya no lloraba, pero no estaba animado para nada, se encerraba todo el día en su cuarto y a penas comía, era un desastre.

En el hogar de Tsukishima pasaban cosas muy similares, el rubio tan solo se dignaba en salir cuando era muy necesario y su actitud había vuelto a esa molesta y apática.

De vuelta en la escuela, la rivalidad que sentía Tsukishima ante Yamaguchi, crecía con mucha fuerza todos los días, en realidad, era esa baja autoestima escondida en su ego la que permitía todos esos sentimientos, y es que cada nota, cada participación, cada tarea, cada proyecto, Yamaguchi siempre estaba un paso adelante.

Antes, en la primaria, no era así, Yamaguchi era muy dependiente de Tsukishima para terminar sus tareas y poder resolver algunos ejercicios, pero ahora ese mismo niño asustadizo estaba superándose a si mismo, el rubio estaba realmente aterrado de verlo desde abajo, él también debía superarse.

— Oye, Hinata, ¿ Como puedo bajar mis notas?

El peli naranja escupió su jugo de fruta y casi cae de espaladas, el mismísimo Yamaguchi, ese chico prodigio que todos los profesores admiraban cada día por su buen rendimiento, estaba pidiéndole un consejo para bajar sus notas, aunque se sentía un poquitito miserable al ser alguien a quien se le puede preguntar eso.

— Yamaguchi ¿ Estas enfermo? Tú no puedes bajar tus notas, eso de ser super inteligente te sale natural.

— Por favor, necesito que una persona deje de verme con esos ojos de desprecio...

Hinata se alarmó, nunca habían hablado de algún amor oculto o de alguien que lo acosara, pero ahora podría relajarse un poco, ayudaría a Yamaguchi.

— Bien, primero debemos....

El omega comenzó a decirle algunas cosas que debía hacer, no era mucho, lo primero era salir y jugar con amigos hasta el anochecer, de alguna manera procrastinar todas las tareas, conocer a más personas, besarse con alguien a escondidas ...

— No no, eso último yo no lo puedo hacer, eso no tiene nada que ver con las notas.

— Aunque no lo creas, pesar en los labios de otra persona sobre los tuyos... te llena de fantasías en las noches y en las clases no prestas mucha atención por planear verte con esa persona.

Tadashi no estaba completamente convencido sobre hacer eso ultimo, pero trataría de hacer las primeras cosas que le había dicho, aunque seria difícil hacerlo, como había dicho su amigo, eso de hacer todas sus cosas le salía natural.

Se puso manos a la obra, llegando a su casa, salió al patio de afuera, sí, ahí no tenia muchos amigos, la mayoría de chicos de su edad eran entre alfas y betas que Yamaguchi había rechazado, claramente sabia que no se mostraría ante otro que no fuera su destinado, pero cuando finalmente lo encontró, dudó. No tenia a nadie con quien jugar, volvió a entrar a su casa pero no hizo ninguna tarea, tan solo se puso música y con el tiempo quedó dormido hasta el día siguiente.

Al día siguiente, de camino a la escuela, se encontró con Tsukishima, no dijeron nada, solo bajaron la cabeza y siguieron caminando, era sofocante ese ambiente, las feromonas de felicidad que Tsukishima trataba de ocultar estaban siendo un poco notorias, el rubio rápidamente se alejó y entró al salón, no podía soportarlo más.

Durante toda la clase, Hinata y Yamaguchi estuvieron hablando de cosas sin sentido, no prestaban atención a las lecciones, eso realmente le molestaba a Tsukishima.

Él quería superarlo, pero si ese omega se rendía y dejaba todo de lado ¿Qué sentido tenia? Esperó que la clase terminara y tomó a Yamaguchi de la mano para llevarlo hacia el baño, tenia que decirle muchas cosas.

— ¿Eres idiota o qué? ¿Crees que no me di cuenta que estas dejando de prestar atención? Además no presentaste una de las tareas más importantes en el curso, no seas cobarde y si quieres enfrentarme dame una buena pelea ¿Entiendes? Quiero que vuelvas a ser el de antes...

Eso ultimo estaba de más, pero ya lo había dicho, dejó de tomar la mano del pecoso y volvió al salón de clases, de alguna forma se había desahogado, aunque ahora quería retroceder el tiempo para no decirle esas cosas a Yamaguchi.

Por su lado, Tadashi, estaba algo impresionado, pero ahora se sentía bien, estar cerca siempre estaba bien, además ya no tendría que hacer esfuerzos infinitos por no hacer sus tareas, iba  darle a ese rubio aquella batalla que tanto le estaba pidiendo.

A partir de ese momento, ambos se declararon rivales y darían todo por superarse diariamente.

Tal y como dijeron, las semanas pasaban y cada uno daba lo mejor de sí mismo, era reconfortante para ellos ser alguien en la vida del otro, a pesar de los errores que habían cometido.

 A Yamaguchi por su parte, le estaba yendo de maravilla, solo le quedaban repasar unos cuantos cursos para un examen próximo, mientras leía, en su mente recorría el recuerdo de cuando Tsukishima lo llevó de la mano hacia el baño, sus manos, hace mucho tiempo que no se habían tomado de las manos.

Al parecer esa imagen mental lo estaba emocionando mucho, sus feromonas estaban saliendo despavoridas, era como si quisiera comunicarle lo que estaba sintiendo, aunque probablemente ese rubio ya sentía algo cálido por dentro, era el peso que llevaban ambos por ser destinados.

Yamaguchi no quería que Tsukishima sintiera más eso, por lo que se levantó, caminó hacia su mesita de noche y abrió un frasco de pastillas, estas disminuían las feromonas y prevenían embarazos, aunque eso ultimo no le servía mucho a Yamaguchi. Al parecer no habían más pastillitas, no podía salir a comprar, ya era muy tarde y al día siguiente era ese tan ansiado examen.

Ya no quedaba de otra, la compraría en la mañana siguiente.

Terminó de dar una ultima repasada y levantó sus brazos para estirarse, ya tenia sueño, podía sentir como Tsukishima estaba algo inquieto, pero no podía preguntarle nada, había bloqueado su número hace unos meses.

Le preocupaba, pero realmente estaba cansado, tan solo sacudió la cabeza, quitando esos pensamientos y se metió en su cama, quería preguntarle a Tsukishima algunas cosas la mañana siguiente.

Debian haber varios cambios si querían llevarse bien, o por lo menos, no estar incomodos el resto del año.

Rivales, amantes [TSUKIYAMA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora