Secretos bien guardados.

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Resumen: Como casi todo el mundo que está al lado del detective consultor, su amable y dulce casera, no es lo que todo el mundo cree.

Serie: Sherlock BBC.

Personaje(s): Martha Hudson.

Pareja(s): ---

Género: Un poquito de Drama, un poquito de Humor.

Rating: T

Advertencia(s): ---

Capítulos: One Shot.

Palabras: 1,124.

Notas: Este fic participa del Reto de Apertura "Mi personaje favorito" del foro "221B Baker Street".

Fecha: 19/07/2014.

Beta Reader:

Disclaimer: Todo lo referente a Sherlock Holmes pertenece a Sir Arthur Conan Doyle.



Secretos bien guardados.


Apartó la puerta con el pie, mientras hacía equilibrio con la bandeja repleta sobre sus manos. Era un horario ideal para despertar a Sherlock, aunque supiera que el detective podría no ver con buenos ojos su desinteresada preocupación.

—Muchachos, es hora de levantarse. Traje el té... Como todas las mañanas. —La voz dulce, casi cantarina, llenó la sala y la cocina del pequeño apartamento. Inmediatamente después, de la habitación de su loco inquilino, se oyeron ruidos, y el estruendo de un cuerpo al caer al piso. La mujer sonrió, acomodando el desayuno, galletas incluidas, en la mesa de la cocina. —No sé porque... soy su casera, no su criada.

Rio suavemente, mientras más y más sonidos llegaban a sus oídos desde el cuarto al final del pasillo.

No hizo comentario alguno cuando Sherlock pisó la cocina, aun ajustándose su bata marrón, mientras detrás suyo sonó la puerta del baño.

—Buenos días, señora H.

Sherlock sonrió hacia ella, en una de sus típicas muecas de desdén. Muy bien estudiadas, si se lo preguntaban a la señora Hudson.

—Buenos días a ti, querido.

Le sonrió de vuelta, y evitó por todos los medios preguntar nada acerca de quién había pasado la noche con él... Después de todo el ajetreo nocturno que llegó hasta su piso, y de las frases subidas de tono, era más que obvio para ella saber quien exactamente se había escabullido en el cuarto de baño, mientras Sherlock creía que la estaba 'distrayendo' de tal movimiento.

Simplemente le sirvió el té al detective y se giró sobre el fregadero para lavar los platos de la noche anterior... Simplemente para hacer tiempo.

La mayor parte de la gente pensaba que ella era tan chusma como todas las mujeres de su edad. Que ella disfrutaba estar hablando de la vida de los demás, todos los días, y a todas horas... Y en cierta forma, tenían razón. Tal vez ese no era más que uno de esos pequeños gustos que vienen al pasar determinada edad, y al verse privada de poder hacer otras tantas cosas.

Pero lo cierto es que no podían estar tan lejos de la verdad.

La señora Hudson. O Martha... O simplemente 'señora H', como Sherlock tanto 'amaba' llamarla; era una mujer sumamente inteligente, muy intuitiva... Y por sobre todo, muy confiable.

Ella aprendió a ver y callar. Algo que fue casi una necesidad en años pasados, cuando se vio envuelta en el 'trabajo' de su ex –y difunto– esposo.

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