Los viernes no son sus días favoritos. De hecho, los detesta.
Los exámenes prácticos siempre son realizados los viernes y, aunque le guste la carrera, siempre es estresante idear un plato con ingredientes puestos al azar y que, en general, no es lo primero que uno intentaría combinar en una cocina. Mo todavía se pregunta cómo lo logró la semana pasada con un cangrejo, tres pimientos rojos, una barra de chocolate y col fresca.
Sin embargo, no es hasta que las clases terminan y el cielo se oscurece que comienza el verdadero infierno.
Un viernes por la noche es un momento ideal para salir a tomar y, cómo es natural en adultos jóvenes, el bar donde trabaja se vuelve blanco principal para pasar el rato.
Normalmente, Mo suele trabajar detrás de la barra, preparando tragos y entregando las bebidas a sus compañeros que atienden las mesas. Los viernes, por el contrario, debe salir y hacer el recorrido de la barra a la mesa de los clientes sin alternativa de oposición. No hay mucho que pueda hacer cuando el número de personas aumenta de forma descontrolada y el personal habilitado es insuficiente.
Que Mo aborrezca los lugares abarrotados es un plus que solo complica más su labor, pero es muchísimo peor cuando su presencia es motivo de interés en otros.
Por supuesto, un Omega con un collar en un bar terriblemente lleno un viernes por la noche simplemente no pude ser ignorado. Sin mencionar que el alcohol ayuda a desinhibir a las personas y potencializa el mal juicio.
Este viernes, para su mala suerte, el ambiente parece estar más encendido de lo usual.
-Vamos cariño, dime tú nombre~
Es la cuarta vez que este beta lo solicita y exige lo mismo. El tipo no es especialmente invasivo ni cruza la línea de lo cuestionable pero definitivamente no pude captar el obvio rechazo del omega. Su insistencia ocasiona el efecto contrario al esperado, logrando únicamente que el humor de Mo pase de malo a muy malo.
Se vuelve una tarea titánica suprimir las ganas de arrojarle un vaso al sujeto, por lo que constantemente tiene que repetirse que necesita el dinero y es el único trabajo que pudo conseguir que es lo bastante rentable para costear la cuota del alquiler, la escuela técnica y sus comidas básicas. También fue el único lugar que no le hizo preguntas innecesarias sobre su collar.
-Vamos pequeño pelirrojo, dime~
El ceño del Omega se profundiza en irritación y puede sentir el agravio querer salir de su boca. El sonido de la puerta del local al abrirse capta su atención y Mo reconoce la cabellera rubia que ingresa. Una mano grande se levanta en saludo y Mo asiente en contestación, utilizando la presencia de Samuel como excusa para acercarse a la barra.
-Hey~
-¿Qué haces aquí?- Es de cierta forma refrescante no tener que fingir amabilidad con el alfa quien no es afectado por su brusquedad.
Sonriendo, Samuel se acomoda en la silla junto a la barra, contento de tener la completa atención del omega sobre él.
-Vine a visitarte- dice risueño. -Sé que odias los viernes, así que pensé que podía hacerlos más llevaderos~
Mo bufa molesto ante la declaración arrogante.
-¿Que te hace pensar que puedes mejorarlos?- cuestiona.
Samuel ríe suave mientras sus ojos brillan traviesos, la tonalidad verdosa adquiere un leve matiz dorado que el omega ha comenzado a catalogar como agradable.
El alfa rebusca algo en su abrigo, no demorándose en extraer una caja rectangular de aspecto lujoso. Los ojos de Mo se abren sorprendidos una vez reconoce las letras en relieve. Kramer.

ESTÁS LEYENDO
Un Día En El Futuro
FanfictionJian Yi desaparece y el sufrimiento en Zhan Zheng Xi no es ajeno para Mo Guan Shan y He Tian. Una plática entre ambos más adelante, deja una amargura en el omega pelirrojo quien, a solo unas semanas de culminar el tercer año de la escuela media, deb...