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No lo ha visto desde el último enfrentamiento que tuvo con He Tian hace más de un año.

Lo habían expulsado de la escuela luego del altercado y, según rumores, transferido a una escuela privada. Esperaba no tener que encontrárselo en lo que le restaba de vida pero, como Mo estaba empezando a asimilar, las cosas nunca iban de acuerdo a sus deseos.

- ¿Qué haces aquí? - su voz suena estrangulada pese a su mejor esfuerzo. Su pulso se dispara frenético y cierra las manos para disimular la tensión que poco a poco se vuelve más evidente.

-Paseo~ -responde el alfa con simpleza mientras inclina su rostro más cerca al contrario -Es una casualidad que nos hayamos encontrado después de tanto... ¿No estás feliz?~

Su aliento roza la oreja del omega y Mo siente el asco asentarse en su estómago. Aleja el brazo del alfa con brusquedad y gira su cuerpo con rapidez, aumentando la distancia entre ambos. Sus rostros se encuentran finalmente y Mo siente la necesidad de borrar la estúpida sonrisa contraria con su puño.

Hace una breve revisión de los alrededores y está decepcionado de encontrarlos vacíos. "¡Mierda, mierda!"

- No es un horario muy popular para salir~ -She Li dice a sabiendas de lo que busca el pelirrojo. Mo gruñe en advertencia.

- ¡Déjate de estupideces! ¡¿Qué demonios quieres?!

She Li se toma su tiempo, su mirada adquiere un matiz peligroso y burlesco.

-Te lo dije, estaba paseando. Aunque, luego de verte, pude confirmar algo~

El ceño del pelirrojo se profundiza en contraste a la sonrisa del alfa. She Li se inclina, acercándose cómo si fuera a contar un secreto.

-Ya sabes, sobre He Tian~ -susurra.

Mo no responde. No puede contradecir nada y eso lo está asfixiando. El peliplata toma su silencio como estímulo para acercarse aún más, disfrutando del estremecimiento que el omega no puede reprimir.

-Sabes, aún tengo tu marca~

Su dedo señala la pequeña cicatriz descolorida que resalta en la piel de su cuello. -Es una pena que la mía se haya desvanecido...

Hace el amago de acercar sus dedos a la garganta del omega, pero Mo golpea su mano.

-¡Aléjate! -advierte.

La sonrisa de She Li se desvanece por breves segundos.

De improviso, la mano del alfa se cierra con fuerza sobre el mentón del pelirrojo, quien no logra contener el quejido adolorido que abandona sus labios. Mo intenta empujarlo, pero She Li aprieta su agarre y el agudo dolor estalla. De desearlo, su mandíbula podría ser destrozada en un parpadeo.

-¡S-suél- tame! -sus palabras salen con dificultad pero sus ojos miran con fiereza. She Li está complacido.

-Te lo dije antes- el tono del alfa es suave y bajo. -Somos iguales, deberíamos complementarnos. Para suerte tuya, todo tiene arreglo~

She Li inclina la cabeza de Mo, exponiendo la delicada piel de su cuello, trazando con su mano libre la superficie mientras acerca su rostro. Deposita un pequeño beso sobre la glándula de apareamiento antes de inhalar profundamente el aroma maduro del omega.

Los ojos de Mo se abren de forma desmesurada mientras su cabeza sufre un corte de estática. "¡NO,NO,NO!" Su lucha aumenta frenéticamente.

She Li vuelve a apretar su agarre y Mo sabe que tiene la forma de los dedos del alfa impresa en la cara. No le importa. No puede dejar que el maldito lunático lo muerda. Por la jodida mierda que no lo permitirá.

Con fuerza renovada, logra asestar su puño en la nariz del peliplata, liberándose del vicioso agarre. Hay sangre bajando por la nariz del alfa que se pierde por su barbilla y Mo se regocija mentalmente por ello.

Sin perder tiempo, impulsa sus piernas para escapar, pero solo avanza unos pocos pasos antes de caer de cara contra el suelo, aprisionado por el peso de She Li en sus espaldas.

Todo acontece con rapidez a partir de ahí.

No tiene oportunidad de pelear cuando un conjunto de chasquidos ensordecedores resuena cerca de su cabeza y una quemazón intensa se propaga por todo su cuello, deteniendo todo pensamiento racional. Su cuerpo sufre fuertes espasmos y el dolor es tan insoportable que solo puede emitir un grito ahogado.

- Haces las cosas innecesariamente complicadas - dice She Li con pereza, alejando el taser del cuello ajeno. Puede ver la glándula de apareamiento inflamada y rojiza, levemente chamuscada por la descarga.

Mo no puede hablar, su cuerpo tirita de dolor y su cuello arde en llamas.

Es de conocimiento general que el cuello de los omegas es una zona frágil y sensible, en especial, el lugar donde se ubican las glándulas de apareamiento. Naturalmente, se evita fuertes manipulaciones fuera de la etapa de celo a fin de evitar un tormento innecesario en el omega. Sin embargo, siempre es común que algunos utilicen aquella debilidad como ventaja para tomar potestad de ellos. Mo lo ha vivido en carne propia en varias oportunidades y, en la gran mayoría de ellas, a manos de la misma persona.

She Li se levanta ahora que Mo está incapacitado, sonriendo cuando ve el intento del pelirrojo de incorporarse.

- Siempre me ha gustado tu valentía~ -dice.

Mo apenas puede sostenerse, pero se las arregla para apoyar las manos en el suelo y sentarse sobre sus rodillas. Sus ojos se abren con dificultad, hay humedad agrupándose en ellos.

-B-bas-tardo sá-dico... te...mataré...- La bilis sube por su garganta, obligándolo a inclinarse y vomitar lo poco que ha comido. Su cuello quema como el mismísimo infierno y piensa que podría morir.

She Li cierra sus dedos en las hebras rojizas y levanta el rostro pálido del omega.

-¡Ugh! - se queja Mo y She Li no se resiste a pasar su lengua sobre una lágrima que se desliza por la mejilla contraria.

-Me gustaría verte intentarlo~

-¡GUAN SHAN!

El grito saca de sus cavilaciones a She Li, quien no es lo bastante rápido para esquivar el puño que se dirige a su rostro. Mo cae bruscamente al suelo y, antes de quedar atrapado en la inconsciencia, cree ver una cabellera azabache arremeter contra el alfa.

-He Tian...

...

Me gusta el drama. Lo siento.
😬










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