Maratón 3/?
—Queda un paciente, doctora Barad.
Maysa frunció el ceño al escuchar las palabras de Demetria Christos, la secretaria que llevaba la oficina de la clínica como el capitán de un barco.
—Hace quince minutos me dijiste que el último se había marchado, Demetria.
—Ha venido sin cita previa, es un americano que está viajando por la zona. Quiere un examen completo, aunque a mí me parece que está bien, muy bien.
Maysa podía negarse a atenderlo, pero estaba dispuesto a pagar, y a ella siempre le venía bien el dinero para comprar material y pagar sueldos.
—¿Dónde está Jumanah?
—Se fue hace unos minutos con su esposo, antes de que el hombre llegará.
Eso implicaba que Maysa no tendría a la enfermera para ayudarla, lo cual no era un problema, aunque retrasaría todo el proceso.
—Muy bien, pero cierra la puerta y cuelga el cartel de cerrado.
—Ya lo he hecho.
—¿En qué sala está?
—En la número uno.
—Tengo que pedirte un favor. ¿Te importaría pedirle a Paulos, el dueño del restaurante griego, que prepare una musaca para llevar?
Era uno de los platillos preferidos de Jean. Una vez resuelto el asunto de la cena, debía tomar una decisión sobre si se la llevaría personalmente o se lo encargaría a un guardia.
—A usted no le gusta la musaca, doctora —observó Demetria mirándola con recelo.
—Es para un amigo que está de visita, un conocido realmente.
Demetria pareció desanimada.
—Lamento que no haya encontrado pareja. ¿Por qué no tiene en cuenta la posiblidad de usar mis habilidades de Celestina?
Maysa pensó que preferiría comer musaca.
—No, gracias. Si quieres, ya puedes marcharte al restaurante a encargar la musaca.
—¿Y dejarla sola con un desconocido?
—¿Tiene aspecto amenazador?
—Es muy alto y delgado y bastante guapo. Mi instinto me dice que es inofensivo; y nunca se equivoca.
—Entonces, no hay motivo para que no te vayas. Pasaré al restaurante a recoger la comida en cuanto acabe.
Maysa salió de la oficina y se dirigió a la sala número uno.
—¿Qué desea? —preguntó mientras entraba leyendo la ficha del paciente.
—Estoy abierto a cualquier sugerencia.
Jean estaba apoyado en la camilla. Lleva una camisa blanca y pantalones negros. Su expresión denotaba que estaba disfrutando de la sorpresa.
—¿Qué haces aquí?
—Como le he dicho a tu secretaria, he venido para un examen completo.
—Tienes tu médico.
—No esta disponible en este momento.
Maysa no le creyó.
—¿Te ha reconocido Demetria?
—Sí, pero le he pedido que no te lo dijera.
—¿Te da cuenta del riesgo que has corrido viniendo? Cualquiera pudo haber visto el coche blindado y...
—He venido andando desde el palacio.
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Deseo. Un Amor Del Pasado.
RomanceUna vez, tuvo que anteponer el deber al amor. Años más tarde, el rey JeanCarlo León, ya viudo, busco consuelo en su antiguo amor, La doctora Maysa Barad, para escapar del dolor y la culpa. La apasionada entrega de Maysa le hizo darse cuenta de que e...