Capítulo 8

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Les tomó una hora y media regresar a la sede de la coalición. Ten mantuvo todo el tiempo la cabeza baja y la boca cerrada. De todos modos, ¿qué más podía decir? Arrestado y con esposas, Taeyong había dejado clara su elección y no había sido Ten. No, había sido la maldita coalición.

«Hablando en serio, ¿qué esperabas? ¿Que Taeyong te declararía su amor y los dos os encontraríais bajo la puesta de sol mientras viajabais a través de un campo de girasoles? Esa basura sólo ocurre en las películas cursis».

—Hemos llegado —cortó la voz de Taeyong. Ten levantó los ojos unos centímetros y vio una gran fábrica de autos destartalada. El lugar parecía como si pudiera ser cualquier cosa menos cuarteles militares de alta seguridad. A pesar de que tenía una cerca alrededor del perímetro, se veía como una de esas vallas baratas y ni siquiera parecía que estuviera electrificada. Sólo había una caseta de seguridad individual y en el interior iluminado podía verse a un solo hombre de vigilancia.

Sin embargo, Ten sabía que eso podía ser engañoso, solo una pantalla para los que lo vieran por primera vez.

—Ten podría entrar ahí en menos de cinco segundos —resopló Henry.

—¿En serio? —Taeyong inclinó la frente de una manera que comenzaba a irritar a Ten.

Sí, la cerca parece un Home Depot especial , solo tenéis un hombre vigilando la puerta y ni siquiera hay una buena iluminación en el aparcamiento.

—¿Estás de acuerdo con él? —le preguntó Taeyong a Ten.

Por supuesto, no cayó en la trampa. Mirando hacia arriba desde debajo de sus pestañas, Ten las extendió rápidamente por el edificio agrietado y de lúgubre aspecto y el aparcamiento cubierto de cemento.

—Hay por lo menos ocho francotiradores que cubren los tejados. Dado que me he enterado de que Yunho está aliado con los Halcones, supongo que son ellos. De esa manera serían capaces de volar rápidamente si fuera necesario —Ten movió la cabeza hacia las áreas donde sospechaba que los hombres armados estaban escondidos.

—¿Eso es todo? —Taeyong pinchó.

—El estacionamiento está poco iluminado a propósito. Hay varios felinos protegiendo las diferentes áreas del parking y el perímetro. Los seres humanos y muchas razas de cambiaformas no serían capaces de verlos porque están escondidos en las sombras. —Por fin se volvió en el asiento dirigiéndole toda su atención a Taeyong—. Se ve como una mierda de sitio, pero solo porque eso es lo que Yunho quiere que parezca. Espera que eso sea capaz de engañar a los intrusos y hacer que se relajen.

Taeyong parecía impresionado.

Ten no podía dejar de estar contento. Por lo tanto, agregó: —Oh, y estoy seguro de que en varias de esas ventanas del segundo piso también habrá tiradores. —Bueno, tal vez Ten necesitaría diez segundos más —reconoció Henry.

—El maldito tigre probablemente tenga razón — murmuró Taeyong en voz tan baja que Ten casi no lo oyó.

—Más bien diez minutos —dijo Ten suavemente.

—¿De verdad crees que podrías vencer a toda la seguridad?

—Estaría dispuesto a apostarlo —dijo Ten sin molestarse en ocultar su arrogancia. Una cosa que Edward había hecho bien en la educación de Ten, era asegurarse de que tenía los mejores profesores e instructores que el dinero podía comprar. Por supuesto, en todas las clases se abordaron temas tales como el robo, cajas fuertes y similares, pero Ten nunca se quejó. Fue la única vez cuando era niño, que Edward había mostrado algún interés real en él. Cuando Ten se había destacado en sus estudios, Edward lo había movido a la cabeza de su lista de favoritos.

Serie de los CP 06 - Persecución ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora