Capítulo 9

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Ten no sabía cuánto tiempo había permanecido allí, en esa cama dura tratando de mantener bajo control la ansiedad de sus emociones. En un primer momento, Henry había tratado de hablar con él, pero se había dado contra un muro cuando Ten se negó a responder.

El miedo seguía agarrotando su interior, casi sintiéndose como si un grupo de Cuervos se hubieran instalado allí. Ten se acurrucó en una bola, una mueca de dolor cuando el movimiento dañó sus piernas ya golpeadas. Ahora que la emoción de la pelea había salido de su sistema, sus viejas heridas comenzaron a dolerle aún más.

Pensó en cómo se había curado Taeyong sin esfuerzo de la herida de bala, simplemente cambiando. Maldita sea, Ten habría dado cualquier cosa en ese momento para poder hacer lo mismo. Sin embargo no podía. No sólo porque Edward le había inculcado la aversión a ceder a su lado animal, sino que además, la única vez que Ten se había convertido en un jaguar, había sentido tanto dolor, que casi perdió la razón.

—Ten —una voz suave lo llamó.

Sentado a media altura, Ten miró y vio a su hermano Jin, de pie fuera de su celda.

Más alto que él, Jin tenía el pelo un poco más oscuro, pero ambos compartían el mismo color de ojos. Llevaba puesta una bata azul oscuro y tenía un estetoscopio alrededor del cuello.

Por primera vez, Ten se sintió dispuesto a ir hacia uno de los miembros de su familia en vez de correr hacia otro lado. Se levantó de la cama y arrastró los pies hasta Jin. Cada paso le enviaba oleadas de agonía desde las pantorrillas hasta las rodillas, pero no importaba. Todo lo que le importaba era acercarse a su hermano.

Una vez que llegó al borde de su celda, cubrió sus dedos alrededor de las barras para no hacer algo tan estúpido como estirar su brazo hacia su hermano. La única vez que había cometido el error de desear alguna muestra de afecto, Edward se había reído y le había partido la cara.

«Yo no soy tu padre, muchacho. ¿De verdad crees que puedo cuidar de un animal como tú?»

Esperó ansiosamente hasta que Jin se acercó y envolvió sus dedos alrededor de las manos de Ten. Por un segundo, ninguno de los dos dijo nada. Ten usó ese tiempo para beber de la apariencia de su hermano. Aunque él había tenido algunas fotos de su familia, la calidad no había sido la mejor. —¿Vosotros me odiáis? —Ten preguntó finalmente.

—Nunca podría odiarte. No es así como funciona nuestra familia.

—Pero la única vez que hablé con todos vosotros, os dije cosas horribles.

Jin le dedicó una sonrisa torcida. —Por favor. Donghae me dijo cosas peores esta mañana, cuando terminé con lo último de su paciencia.

Ten intentó reír, pero su garganta estaba obstruida por la emoción, por lo que sólo le salió un gruñido. —Realmente he jodido las cosas. Creí las cosas equivocadas y ahora no sé si puedo arreglarlo.

—Te sorprenderías de lo que Yunho puede hacer. No vas a creer algunos de los líos de los que ha tenido que sacar a Donghae.

—Sé que necesitas ir a ver las lesiones de Henry, pero tengo una pregunta. —Ten hizo una pausa para reunir el valor para hacerla—. ¿Yunho me vendió, o todo lo que me han contado es una gran mentira?

—Algo me dice que tú ya sabes la respuesta, o de lo contrario no estarías aquí ahora.

—Sólo quiero oírlo en voz alta de uno de vosotros.

Jin se apoderó de las manos de Ten con más fuerza. —Yunho no nos entregaría a ninguno de nosotros. Todo lo contrario. Ha estado haciendo todo lo posible para recuperarnos. ¿Por qué crees que envió a Taeyong a rastrearte?

Serie de los CP 06 - Persecución ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora