Ten corrió por la calle desierta tan rápido como sus pies cansados se lo permitían. Sus pulmones ardían, el paquete en su espalda se sentía pesado y una punzada desagradable se había desarrollado en uno de sus costados, pero se desafió a no dejar de coger aliento, puesto que ya se había pasado una hora y media de su toque de queda.
Mierda. Mierda. Maldita sea. Tenía que perder todo ese tiempo charlando con Taeyong. Debería haberlo sabido mejor. O por lo menos haber mostrado un autocontrol más fuerte. Pero noooo, todo lo que hizo fue mirar esos ojos de color azul intenso, ese corte de pelo oscuro, el cuerpo duro de la pantera y su uniforme oscuro, y había perdido todo su sentido.
Dio la vuelta en la esquina, sus zapatillas de tenis hacían un ruido de chapoteo en el pavimento mojado. Cuando vio la luz del porche encendida junto a la puerta de entrada de la casa, su estómago cayó. Mierda, su tardanza había sido advertida. Una pequeña parte de él lo esperaba, aunque con todo lo que había estado sucediendo, un desaparecido Ten debería haber sido la parte menos importante de la maldita lista de notificaciones. Corrió hasta el porche y en el momento en el que sus pies habían alcanzado la etapa final, la puerta principal se abrió para revelar a su mejor amigo, Henry.
—Ya era hora de que llegaras aquí de una maldita vez. Edward está lo suficientemente cabreado como para echarte toda la mierda —dijo a modo de saludo Henry, un cambiaformas tigre normalmente reservado, con el pelo corto, rubio y los ojos azules, al que costaba mucho molestar hasta el punto que parecía estar en ese momento. Maldita sea, Edward debía estar realmente molesto.
—Me encontré con algunos problemas —exclamó Ten tropezando a través de la puerta. Una vez dentro, se dobló y puso las manos sobre sus rodillas mientras luchaba por recuperar el aliento.
—¿Ha sido ese rastreador otra vez? —preguntó Henry, mientras trabajaba las numerosas cerraduras de la puerta.
Su mentor, Edward, era un rayado paranoico y lo primero que hizo cuando se mudaron a su nueva ubicación fue instalar fuertes bloqueos y un sistema de alarma. Henry también activó esta antes de pasar a darle a Ten toda su atención.
—¿Bueno, fue él, o fueron los seres humanos? — exigió Henry.
—Fue el rastreador. —Aunque Ten había aprendido el nombre de Taeyong hacía mucho tiempo, por alguna razón, parecía reacio a compartirlo con los demás. Después de haber vivido casi toda su vida con Edward, Henry y Xiumin, se sentía bien tener por fin algo que pudiera mantener para sí mismo. Incluso si sólo era un pequeño núcleo de información.
—¿Estás absolutamente seguro de que era otra vez el mismo? —Henry levantó su ceja perforada. No todas sus miradas eran las de un chico tímido. Tenía varios piercings y a menudo se teñía el pelo de colores extravagantes cuando Edward se lo permitía. Esta noche en particular tenía las puntas de color rojo.
—Sí, ese tipo no se dará por vencido como todos los demás hicieron. —Ten empezó a quitarse las diversas armas y herramientas atadas a su cuerpo. En el momento en que hubo terminado, había un montón impresionante.
Henry se acercó para hacer un inventario y ponerlas lejos. —¿Cómo has podido escapar esta vez? —preguntó Henry empezando a colgar cosas en los ganchos que recubrían la pared posterior de la sala. Si hubieran sido humanos, es posible que la hubieran llamado sala de estar, pero se utilizaba como base para sus operaciones.
—He utilizado esto. —Ten sonrió mientras sostenía su mano hasta que Henry pudo ver la aguja.
—¡Dulce! —exclamó Henry, su actitud por lo general reservada, pasó a una felicidad casi infantil. Ten tomó el anillo y lo deslizó sobre la mesa para Henry—. Creo que podemos contar esto como otro de tus éxitos —lo elogió a sabiendas de que Henry amaba en secreto los cumplidos—. Deberías haber visto su cara cuando se dio cuenta de lo que había hecho. Entonces, le mentí y le dije que estaría fuera durante horas.
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Serie de los CP 06 - Persecución Implacable
FanficSerie de los Cambiaformas Perdidos 06 - Persecución Implacable RESUMEN Para la pantera cambiaformas Taeyong, no hay nada más importante que la coalición felina de la que forma parte. Es un verdadero soldado, que nunca se ha permitido defraudarlos a...