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Sana al estar dentro de su hogar se sentó mientras agarraba sus cabellos. El asunto de su alma gemela estaba peor cada vez, solo faltaba que hasta entraran para preguntarle sobre si sabe quién es y eso. Odiaba ser hija de alguien con una gran popularidad, odiaba tener que actuar falsamente en las reuniones con su padre y los socios. Quisiera tener una vida normal, como la de Tzuyu. Sin preocupaciones, ni tener que fingir en ocasiones. Fue a su cuarto para bañarse y quitarse el sudor que tenía.

Al salir con una toalla puesta, en lo que buscaba algo para ponerse ya que tenía que ir a la empresa, encontró un vestido gris con una pequeña abertura más arriba en la parte del pecho, era de mangas largas y se veía bien. Se puso eso y llevó una cartera de Prada, salió y le pidió al chofer que la llevara a la empresa.

Unos treinta minutos después y llegaron, ella se bajó y entró. La gente hizo reverencias hacia ella pero se las negaba, no le gustaba que las personas hicieran eso. Entró a su oficina, ya que tenía una propia y se dedicó a revisar las estadísticas, la verdad se arrepentía de haberle dicho a su padre que trabajaría mínimo cinco horas. Le gustaría preguntarle a Tzuyu que hace pero probablemente esté en clases así que descartó esa idea por el momento.

La taiwanesa con el tiempo se sintió mal, trató mal a Jihyo cuando ella solo quería saber que le pasaba

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La taiwanesa con el tiempo se sintió mal, trató mal a Jihyo cuando ella solo quería saber que le pasaba. Luego de esa clase venía el receso ahí tenía pensado disculparse, cuando la profesora terminó de explicar pensó que ya había terminado la clase como otros compañeros  hasta que ella volvió hablar.

—¿Por qué recogen sus cosas? La clase aún no termina, los que tengan práctica pueden irse a dejar sus cosas pero regresan, ¿entendido?

Todos asintieron y salieron con sus cosas, algunos eran de soccer, basketball, y tiro con arco. No eran muchas actividades extracurriculares pero algo es algo. Tzuyu estaba escuchando a unas compañeras de ella hablar de Sana. Curiosamente sospecharon de ella por la manera en la que de manera apurada dejaba su bolsa.

—Chou, ¿puedes quitarte la gorra? —ella de detuvo en seco al escuchar eso por una de ellas. No quería hacerlo, no quería que la molestaran por su mechón y su color. —Así que... si lo eres. Eres su alma gemela.

—No le digan a nadie, no quiero que de los que ya saben que tengo alma gemela, sepan quién es.

—Tranquila, solo queríamos afirmar nuestra sospecha, soy Miyeon y ella es Minnie. Es raro que nunca nos hayamos dirigido la palabra.

—Ya me conocen así que mucho gusto y gracias. —agradeció con una sonrisa.

—No hay problema, supongo que debemos regresar, Rosé ya se fue... —informó Minnie.

—Oh si, nos vemos Tzuyu. —se despidió Miyeon saliendo con Minnie a su salón. Hizo lo mismo y regresó a su salón sentándose mientras la profesora se quejaba porque faltaban algunos.

Alma gemela || Satzu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora