Alma gemela || Satzu

08

Por ambas partes de las dos, todo era un caos. Tzuyu estaba aún con un dolor, la noticia se había hecho más popular. Ese día estaba afuera de su casa, sin ganas de ir a la escuela. Chaeyoung le dijo que se podía quedar y que no había problema. Ella se negó, ese último mes era de exámenes y no quería faltar para tener que hacer doble o hasta triple examen. La rubia llegó en su carro y saludó a los padres de la taiwanesa quiénes estaban afuera acompañando a su hija.

—¿Cómo te sientes? —preguntó agarrando la mochila de Tzuyu para ponerla en los asientos de atrás junto a la de ella.

—Mal, en realidad no recuerdo mucho del tema. Lo de ayer me dejó terrible, ¡hasta ojeras tengo!

No era mentira, tenía unas ojeras notables. Llevaba su cabello recogido y la gorra puesta, hasta ese punto ya estaba harta de llevar la gorra. Había estado toda la noche pensando en eso también, ¿qué más da lo que digan los demás? Ella era libre de hacer lo que quiera.

Se la quitó y la tiró a la parte de atrás. Chaeyoung se le quedó mirando con sorpresa pero unos segundos después le sonrió.

—Lo debiste haber hecho hace mucho. —arrancó en carro y fue dirigiéndose a la salida. Iban a buscar a Jihyo. —No dejes que esos imbéciles con sus idioteces te afecten. Solo estarán celosos que seas la alma gemela de Minatozaki Sana. —dijo riendo.

—Gracias Chaeng. Si no fuera por ti aún estaría triste.

—¿Osea que ya no estás tan triste? —la taiwanesa asintió sonriendo un poco. —Ay, me alegro.

Llegaron a la casa de Jihyo, ella se montó y movió las mochilas de las menores y las miró con una sonrisa a las dos. Seguido de eso les dio a cada una unas galletas con animales, Tzuyu un venado y Chaeyoung un tigre.

—Awww, son muy lindas. —halagó la coreana más baja. —Deben saber ricas si las hiciste tú.

—Ya cállate —miró a Tzuyu, estaba mirando detalladamente el diseño. —. Está bien hecho ¿verdad?

—Sí.... —la miró un rato y la guardo en el bolsillo de su abrigo. —Chaeng, ya vámonos, se nos hará tarde.

—Oh, claro.

Sana estaba sin ánimos de ir a la empresa. Por más que quisiera no podía odiar a sus papás, su corazón no la dejaba. Era de esperarse, no entendía la idea del compromiso tampoco. Todos sabían que tenía alma gemela, no quién era pero si que era alguien. No conocía a la persona con la que iba a contraer un futuro matrimonio.

Momo y Mina la habían llamado para apoyarla en cualquier cosa. Aceptaba su ayuda pero le faltar alguien.

Tzuyu.

La taiwanesa alta que era su alma gemela y era toda una belleza. El cariño que le tenía a sus amigas no era comparado al que le tenía a Tzuyu. O tal vez lo que sentía por ella era amor.