La Omega del Emperador Kieran (SuperCorp)

Capítulo 21

Kara alimentaba uno de sus dos cachorros mientras Lena le ponía ropa abrigadora de manera correcta al otro cachorro, trataba de no ver los pechos de su esposa pero le era inevitable, estos habían crecido bastante gracias a la leche.

"Lionel es un glotón..." murmuró con su ceño levemente fruncido.

La omega al escuchar eso no dudó en lanzarle un cojín a su alfa. "No digas cosas de nuestro cachorro" soltó un leve gruñido.

Para Lena ya no era algo nuevo ver como su omega gruñía para casi todo. "Perdón, cariño, solo tengo envidia, ¿Si?"

"Envidia, no le puedes tener envidia a un cachorrito tan lindo" hablo mientras alejaba su pezón de la boca de su cachorro ya dormido.

Lena ignoró a su esposa, su vista estaba en los pechos descubiertos de su omega, la camisa blanca estaba abierta dejando ver esos pechos tan lindos.

Kara acostó a su cachorro en la cama, después tomó a su otro cachorro y Lena agradeció eso ya que puedo ver más de cerca esos pechos, tragó saliva mientras trataba de calmarse y alejar los malos pensamientos. Por su parte su omega meció entre sus brazos al cachorro antes de acostarlo a lado de su hermano, una vez hecho eso se acostó dentro de su nido sin importarle si sus pechos estaban a simple vista, pero noto la mirada penetrante de su alfa en su cuerpo.

"¿Qué me ves?" gruño.

"Nada, nada... Nada" estaba muy avergonzada.

Kara soltó una pequeña risa. "Oh, tu quieres chupar esto, ¿Verdad?" empezó a jugar con sus pechos.

"No, claro que no" rió de manera nerviosa. "A quién engaño. Sí, cariño, quiero chupar, necesito chupar, déjame chupar por favor".

Kara se sentó y jalo de la muñeca a la pelinegra, provocando que esta estuviera muy cerca de su cuerpo. "Acomodate para que te pueda alimentar, solo te advierto que si los cachorros se quedan sin leche te voy a sacar de mi nido".

Lena asintió feliz, se acomodó muy bien en el cuerpo de la rubia, pareciendo un bebé. Con algo de nervios comenzó metió el pezón color café a su boca y empezó a succionar, soltó un sonido de satisfacción al sentir la leche en su paladar.

Kara por su parte acariciaba el negro cabello del Emperador. "Lee..."

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La omega estaba muy feliz, su esposa le había traído una carreola doble para sus cachorros. Ahora podía dar paseos por el jardín, ya no estaría encerrada en la habitación con sus cachorros.

Colocó a sus cachorros en la carreola y los abrigo muy bien antes de salir de la habitación, los guardias reales y sirvientes empezaron a felicitarla mientras otros se acercaban a conocer a sus cachorros.

En esta semana había aprendido a controlar sus gruñidos y mal humor que le había dejado su embarazo.

Se dirigió a la oficina de Lena y con timidez tocó la puerta. "Lee..."

Entró a la oficina con sus cachorros, vio como Lena estaba comiendo.

"Cariño, perdón" dijo la pelinegra limpiando su boca.

"¿Qué comes?" pregunto con curiosidad.

"Panqueques con fruta, ¿Quieres?"

Kara negó levemente. "Quiero roles de canela".

Lena dejo el tenedor aún lado. "Pensé que los roles de canela eran antojo del embarazo ya que comías muchos".

"Te mentí, desde que me llevaste a esa panadería y los probé me encantaron y no puedo dejar de comerlos, son tan deliciosos. Los antojos del embarazo eran otras cosas" hablo acercándose a su alfa. "Ya no comas, vamos al jardín a desayunar, ¿Si?"

Lena lo pensó un poco. "Nuestro primer desayuno en familia".

"Ya éramos una familia antes, alfa... Este será nuestro primer desayuno con nuestros cachorros" dijo con una sonrisa.

La alfa se levantó de su asiento y abrazo a Kara. "Vamos a desayunar, mi linda omega" Lena se acercó a la carreola y observo a sus cachorros con una sonrisa en su rostro. "Me alegra mucho que ya no me gruñas, cariño".

Las mejillas de la rubia se pusieron rojas. "Estaba muy sensible por los cachorros" se justificó.

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La pequeña familia disfrutaba de su desayuno con mucha armonía y paz en aquel enorme jardín lleno de flores.

"Cariño, me gustaría hacer una fiesta por el nacimiento de nuestros cachorros, ¿Estás de acuerdo?"

Kara dejo de comer y miro a su esposa antes de hablar. "Sí, solo que no se le acerquen mucho a mis cachorros".

"Nadie se les va acercar, te lo prometo" sonrió feliz la pelinegra, se acercó a la carreola. "Van a tener una fiesta".

"¡Oh, no!" se quejo Kara. "Ya me ensucie".

Lena se acercó a su esposa para ayudarla. "¿De qué te ensuciaste?"

"Se está tirando mi leche y los cachorros están dormidos" agarro el pañuelo que tenía Lena en su traje y se comenzó a limpiar.

"Bueno... Ellos están dormidos pero yo estoy despierta" le dedicó una sonrisa coqueta a su esposa.

"¿Y?"

Lena se arrodilló enfrente de la rubia mientras recargaba su cara en los muslos de su emperatriz. "Déjame chupar, me gusta tu leche y esos envidiosos no comparten".

"Son tus cachorros, alfa".

"Siguen siendo unos envidiosos".

Kara lo pensó un poco antes de asentir levemente. "Vamos a la habitación, date prisa o estos lindos cachorritos te quitarán tu oportunidad".

Lena se levantó rápido del suelo, se quitó su saco y lo puso encima de los hombros de la rubia para que se pudiera tapar las manchas en su vestido.

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Lena chupaba muy tranquilamente uno de los pechos de la rubia mientras el otro lo masajeaba con su mano izquierda.

"Alfa..." jadeo la rubia al sentir una leve mordida en su pezón.

La alfa dejo de chupar cuando escucho el llanto de uno de sus cachorros, Kara se separó de la pelinegra para correr a la cuna de sus hijos y cargar a su cachorro para calmarlo.

"Está vez chupe más que las otras veces" Murmuró con una sonrisa. "Liam, ven aquí".

Kara le dió el cachorro a la pelinegra. "¿Cómo sabes que es Liam y no Lionel?"

"Liam siempre interrumpe estos momentos, es el más envidioso" cargo al cachorro y este al sentir el aroma de su madre alfa se tranquilizó y dejo de llorar. "Que bonitos ojos tienes, cachorro".

"Ey, yo soy quien tiene los ojos bonitos" se quejo la rubia.

Lena rió. "¿Quien es la celosa ahora?"

Kara hizo un puchero mientras cargaba con delicadeza a su otro cachorro para ir a tomar asiento a lado de su alfa.

"Tu eres la celosa..."

Lena soltó una leve risita antes de apoyar su cabeza en el hombro de la rubia. "Tienes razón, yo soy la celosa. ¿Cómo no serlo cuando tengo una esposa tan linda? Pero confío en mi esposa, además, me gusta ver cómo todos quisieran tener una omega tan linda como tú".

"Alfa, te amo mucho".

"Yo también te amo, omega".
 
 
 
 
 
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