Capítulo 31

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La mañana siguiente mi piel seguía rosácea, pero había regresado a mi tamaño normal, lo que era increíble porque ya no parecía un sapo y podía caminar tranquilamente entre los lores y ladies sin atraer miradas extrañas.

Para el desayuno me arreglé más de lo que normalmente hacía, y todo porque hoy era un gran día.

— Lord Stark, permítame presentarle a mi hija menor, Daryana— madre me arrastró a su lado y yo forcé una sonrisa.

Que no me reconozca. Que no me reconozca. Que no me reconozca.

— Es un placer poder conocerla finalmente, mi lady, rezaba por su pronta recuperación.

La mirada en sus ojos grises era cordial, cosa que no me indicaba algo más allá de lo que decía por lo que llegué a la conclusión de que definitivamente no me reconocía.

— Se lo agradezco, mi lord.

— ¡Y se metieron a nuestro barco, ¿verdad, pulga?!— exclamó Troy más alto de lo necesario, cosa que hizo que madre la mirara con su usual cara asesina.

— ¿Está borracha?— le pregunté en nuestra lengua.

— Más le vale no estarlo— contestó antes de darle una tensa mirada a lord Stark y cambiar nuevamente a la lengua común—. Permítanme un momento, mi lord.

Miré a los alrededores en busca de Aemond, pero no lo localicé... todavía.

— ¿Qué tal el viaje hasta el sur, lord Cregan?— le pregunté pasando la mirada por todo el lugar.

— Estuvo...

— ¡Daryan!— Jace apareció robándose toda mi atención, como siempre—. Por fin estás bien, llevo días queriendo que conozcas a Cregan.

— Sí, ya mi madre nos presentó— dije con una sonrisa.

— Cregan, ella es mi mejor amiga— dijo mirando al hombre.

"Mejor amiga". Ni me dolió.

— El príncipe me ha hablado de usted desde su primera visita a Winterfell, mi lady. Tengo entendido que es una excelente guerrera.

— Me parece que el príncipe exagera— contesté humildemente.

— Tal vez decida honrarme en algún punto de nuestra estadía con un combate.

— Sería un placer, mi lord– mentí.

Ese hombre tenía todo el porte para acabar conmigo. Un puño le bastaría para enviarme a la otra vida.

— Debo reconocer que su hermana estuvo impecable, luchamos ayer por... ¿por dónde fue, mi príncipe?

— Por los árboles de mango— contestó Jace.

Todo mi cuerpo se tensó ante esas palabras.

Lo sabe.

— ¡TÚ!

Ahí estaba.

El grito cruzó el gran salón como un trueno y desde una de las entradas Aemond me dio una de las miradas más temibles que había visto en mi vida al tiempo que todos los presentes en el salón soltaban a coro un: Oh.

— ¡Te voy a matar!— exclamó avanzando hacia mí a pasos decididos—. ¡Esta vez sí cruzaste la línea!

— ¿Habla conmigo, príncipe?— pregunté inocentemente—. Lindo corte por cierto, le ofrece a su rostro un aspecto más joven.

Aemond de verdad se me habría lanzado encima si no hubiera sido porque Jace y Cregan se interpusieron frente a él y anticiparon su reacción.

— ¡Eres una maldita...!

Blacksun | House Of The Dragon (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora