°•Capítulo final•°

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Tan pronto volvió a Underworld se apresuró a buscar al caballero; aparentemente la guerra había terminado pero al centro había un círculo repleto de espectadores, veía a todos menos a Eugeo.

Su corazón bajó hasta su estómago al ver al rubio en brazos de Alice, aparentemente inconsciente y con una herida en su abdomen ¿Cuánto tiempo tardó en el mundo real? ¿Acaso no hizo suficiente para salvarlo? Se sentía horrible, preocupado y no sabía como reaccionar. Se metió entre la multitud para acercarse y cuando lo hizo, Alice se asustó; de hecho, todos los caballeros de la integridad lo miraron confundidos quizás por el rumor de que había "Muerto" en aquel ataque.

-¿Eres un impostor?- preguntó a la defensiva- ¿O alguien del territorio oscuro intentando hacer una broma pesada?-

-No no, soy yo Kirito, sé que es difícil de creer pero no lo sé, de alguna manera estoy aquí- intentó convencerla, fallando en el intento

-¡No te creo nada!- se puso de pie, sacando su espada

-Basta-

Ambos chicos dirigieron la vista hacia la voz que los interrumpió; se trataba de la Administradora, de inmediato la caballero guardó  su arma.

-No peleen entre ustedes, estoy segura que él es nuestro caballero, si está vivo es por algún motivo que hay que agradecer, déjalo acercarse a Eugeo-

La chica obedeció y Kazuto finalmente lo tomó en sus brazos, aún respiraba con algo de dificultad. No entendía lo que estaba pasando, se supone que dio su vida para protegerlo y no sirvió de nada; esa era la única vez que estaría con él, no iba a permitir que acabe de esa manera.

-Cuando desapareciste, te buscó por todas partes con desesperación porque se negaba a la idea que habías muerto, al ver que no aparecías por algún lado cayó al suelo para llorar, bajando la guardia por completo y no se dio cuenta que tenía un gobling detrás suyo- comentó la Administradora

-Él...- Antes de terminar la oración su voz se cortó- Puedes salvarlo? Por favor-

-Tranquilízate, ya curamos su herida y esta en recuperación, está inconsciente por el dolor pero en cuestión de horas va recuperarse así que volveremos a la catedral para que pueda descansar debidamente- miró a los demás caballeros- Hora de irnos, necesitamos que nuestros compañeros heridos descansen, no sabemos si volverán a atacar-

Todos subieron en sus respectivos dragones a excepción de Kazuto, sus poderes habían incrementado lo suficiente para poder volar ¿Cómo lo logró? Ni siquiera el sabía.

Llegaron a la catedral y lo llevó hasta su habitación en donde lo atendieron algunas enfermeras solo para asesorarse de efectos secundarios. Se quedó a su lado cuidándolo, no quería dormir, lo único que quería era aprovechar cada segundo a su lado.

Se sentía más tranquilo por su estado sí pero no podía dejar de pensar en el trato con su hermano, tenía un debate sobre decirle o no la verdad al rubio. No quería marcharse sin despedirse, ya lo hizo una vez y los resultados de ello fueron un disparate.

Kirito siempre había fantaseado con la idea de conocerlo a pesar de que las probabilidades eran casi nulas, nunca perdió la esperanza. Una vez su sueño se hizo realidad fue el chico más feliz del mundo y, como cualquier otro ser humano disfrutó del momento, tanto que olvidó las posibles consecuencias y peor aun, el final de ese hermoso sueño.

Acarició la mejilla de Sinthesys Thirthy two con delicadeza, sintió un nudo en su garganta, dejando escapar unas cuantas lágrimas traicioneras.
Cuando amas demasiado a alguien es difícil tener que decirle adiós, no podía confirmarlo pero su corazón sabía que Eugeo también sentía algo; tristemente no podían amarse porque el mundo no se los permitió.

C I N E M ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora