The Goode Sheriff |Nick Goode x F!Reader| Fear Street 1994

Capítulo 7

—¿Por qué estamos en la escuela? —pregunte confundida.

Los niños estaban demasiado ocupados corriendo en dirección a la escuela para responderme, así que los seguí.

Al entrar, todo tipo de recuerdos me golpearon. Desde el primer amor hasta el primer desamor, esta escuela puede ser una mierda, pero guarda buenos recuerdos.

—Bien, tenemos que limpiarnos, no podemos tener sangre de Sam —dijo Josh colocando una caja de objetos perdidos.

Agarré la camiseta de AC/DC y unos Jeans negros antes de que nadie más pudiera hacerlo y me fui al baño. Parece que estar en el baño para limpiar la sangre se está convirtiendo en un hábito.

—Voy a entrar, T/n —gritó Simon a través de la puerta.

—Ok —le grité de vuelta.

—¿Quieres echarme un vistazo? —bromeó Simon a través de la puerta.

Se rió y lo escuché abrir el grifo. Unos minutos más tarde, juro que escuché a este pequeño de mierda jadear.

—Amigo, ¿te estás masturbando? —grité.

—Nadie dijo que tenías que escuchar —me gruñó.

Resoplé y me apoyé contra la pared, golpeando mi cabeza contra ella hasta que se detuvo. Se rió de mi cara de disgusto cuando salí del puesto. Esperamos y pronto Kate y Josh se unieron a nosotros, Kate parecía irritada y Josh era prácticamente el puto sol con la forma en que estaba radiante. Denna y Sam caminaron hacia nosotros tomadas de la mano.

—¿Todos ustedes se agarraron sus cosas? —Simon sonrió.

—También yo Muy rápido —exclamó Simon.

—Sí, conmigo en la misma habitación, imbécil —todos los niños se rieron de eso—. ¿Ahora qué? —le pregunté a Josh

—Les damos a Sam —sonrió.

———

Todos vimos cómo Sam se cortó la palma de la mano y mezcló su sangre en un balde.

—¿Te das cuenta de cuántos nervios hay en tu palma? Sin mencionar el músculo. Apuesto a que mañana no podrás cerrar el puño —me burlé al final de mi discurso.

Todos me ignoraron y se pusieron manos a la obra, haciendo una trampa. Simon y yo trabajábamos en el pasillo, espalda con espalda.

—¿Puedo decirte algo sin juzgar ni bromear? —preguntó Simon con seriedad

—Por supuesto que puedes. Pensé que sabían que podían hablar conmigo si lo necesitaban —dije confundida. Simon serio era raro, así que sabía que era grande.

—Es solo en caso de que muramos —se encogió de hombros.

—No moriremos —puse los ojos en blanco.

—No lo sabes —susurró, mirando sus zapatos.

Me sorprendió, Simon nunca fue alguien que se callara o actuara negativamente. Era el sol del grupo y todos lo amábamos.

—Adelante —le insté en voz baja.

—Siempre he estado enamorado de ti —murmuró.

—Eso es dulce —sonreí, halagada.

—Solo quería que lo supieras, por si acaso.
De esa manera, nunca tendrías que preguntarte si me preocupabas por ti o incluso por los demás —sonrió.

—Sabemos que te importamos —lo abracé.

Envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y besó la parte superior de mi cabeza.