Capítulo 14

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—¿Me besarías?

Estaba pecho contra pecho conmigo, su cálido aliento rozándome.

Envolví una mano alrededor de su nuca y tiré hacia arriba, sus labios golpearon los míos con un suave golpe. Nuestros labios se movían juntos frenéticamente, ambos tratando de ganar el dominio, antes de que ella se rindiera y yo deslizara mi lengua en su boca.

Sentí su sorpresa jadear y la besé con más fuerza, la parte de atrás de su vestido se arrugó en mi otro puño. Sus manos buscaron a tientas alrededor de mi espalda y subieron mi camisa, estaban frías contra mi piel sobrecalentada y gemí.

Me alejé antes de que pudiéramos ir demasiado lejos, ambos jadeando y apoyando la frente contra los demás.

—Gracias —dijo con voz áspera.

—Es un placer —me reí entre dientes.

Se rió y se deslizó de mis brazos, bailando hacia la silla y agarrando su capa.

—Te veré mañana —me guiñó un ojo y salió por la puerta.

Qué mujer.

———

Me levanté antes de que saliera el sol, el pensamiento del beso todavía en mi cabeza. No me había sentido así desde mi esposa y, aunque estaba feliz, también estaba aterrorizado. La mala suerte parecía plagar la Familia Goode, entonces, ¿por qué de repente tengo buena suerte?

—Solomon —gritó Thomas arrastrando las palabras desde la puerta de mi casa.

—¿Sí, Thomas? —pregunté abriendo la puerta.

Entró a trompicones, oliendo a alcohol y tabco. Los dientes amarillos me sonrieron y sus ojos se entrecerraron ligeramente.

—Vi a cierta señorita Feir anoche —cantó.

—T/n —asentí con la cabeza.

—No, Sarah. Estaba besando a la hija del pastor —bramó con una carcajada.

—Nadie creerá al borracho del pueblo —Le espeto.

—Ya lo hicieron.

———

Caminé por el pueblo, notando a toda la gente del pueblo susurrando entre ellos, mirando hacia la casa Feir.

Llamé a la puerta y T/n la abrió, sus ojos estaban rojos y lágrimas en su rostro. Sin una palabra, me dejó entrar y mientras cerraba la puerta, la envolví en mis brazos, su cabeza contra mi pecho.

—Todos están susurrando —lloró—. Salí y alguien dijo que mi familia está condenada —lloró con más fuerza.

—Tú no estás condenada —le dije suavemente.

Sacudió su cabeza contra mi pecho y la enterró más profundo. Sarah bajó las escaleras, sus ojos suplicando perdón.

—Lo siento, T/n —susurró.

T/n se apartó de mi pecho y miró a su hermana, mis manos descansaban sobre sus hombros para consolarla.

—Siempre supe que eras diferente Sarah, ambas fuimos criados como niñas, pero siendo la mayor, traté de guiarte, como madre. Sé que no lo soy, lo entiendo. Pero, ¿esto mi culpa? —le preguntó a Sarah—. ¿Es verdad? —preguntó cuando Sarah no respondió.

El silencio de Sarah fue suficiente, T/n se desplomó derrotada, antes de mantener la cabeza en alto, agarrar su capa y caminar hacia la puerta.

—Necesito estar sola —cerró la puerta detrás de ella.

The Goode Sheriff |Nick Goode x F!Reader| Fear Street 1994   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora