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Harry se queda un momento viendo desde la barra a aquel chico que había visto por la mañana, que ahora se encuentra en una de las mesas de adentro, con la misma campera de adidas viendo su celular concentrado.
Aunque rápidamente deja de hacerlo y comienza a caminar en dirección a su mesa.

Parece que lo tendría que atender nuevamente.

- Hola otra vez - saluda Harry apoyando su pedido sobre la mesa. Se arrepiente rápidamente de su saludo al darse cuenta de lo poco formal que había sonado.

- Hola - saluda de igual forma con una sonrisa mientras deja su celular sobre la mesa.

- ¿Eres nuevo por aquí? - se atreve a preguntar Harry.

- No, vivo aquí desde hace unos cinco años - Harry se lleva la bandeja vacía debajo del brazo cuando ya todo se encuentra sobre la mesa - ¿parezco nuevo?

- Oh, no, no quise decir eso - se apresura a responder - es solo que nunca te había visto por aquí y bueno, es la segunda vez que vienes en el día - explica - no tiene nada de malo que vengas varias veces en el día, digo, eso sería genial pero... - el castaño ríe al notar lo nervioso que se comporta su mesero, por lo que el rizado siente el calor en sus mejillas al instante.

- Pensé en venir a desayunar hoy antes de mi entrenamiento y me encantó el café, así que decidí volver para ver si el almuerzo estaba igual de bueno, es todo - explica finalmente sin dejar de sonreir.

Y tal vez Harry no debería sentirse orgulloso por haber sido el quien hizo ese café, pero lo hace.

- Claro, tiene sentido - responde Harry ahora un poco mas tranquilo - Por cierto, soy Harry - se presenta - soy el dueño de la cafetería.

- Louis - se presenta finalmente el que hasta hace un momento atrás era "el chico de los ojos azules" para Harry - encantado de conocerte - agrega dulcemente.

Ninguno de los dos se percata de que se están observando en silencio hasta que Liam llama a Harry desde la cocina.

- ¡Harry, apúrate! - pide el castaño - otra mesa espera su comida.

- Lo siento, ¡ya voy! - responde Harry. Luego devuelve la mirada al castaño - lo siento, tengo que ir o me matarán - dice sacando una pequeña risa del chico - disfruta de tu comida, Louis - se permite saborear cada letra de aquel nombre antes de dedicarle una bonita sonrisa y caminar a la cocina.

- Harry, ¿cuanto piensas tardar en atender una sola mesa? - lo reta Liam sin dejar de cocinar.

- Lo siento, lo siento - se disculpa Harry llenando rápidamente su bandeja con otra de las preparaciones de Liam - es solo que... - comienza a decir, aunque se da cuenta de que realmente nada había pasado, por lo que no dice nada mas - olvídalo, no volverá a pasar.

Y Harry está demaciado ocupado durante el resto del día como para fijarse en Louis, pero puede que el se haya pasado su almuerzo entero echando rápidas miradas a su bonito mesero.

Aunque eso solo el lo sabría.

Las últimas semanas Louis había estado yendo seguido a desayunar a la cafetería antes de sus entrenamientos, mas especificamente cada lunes, miercoles y viernes cerca de las 8:00 de la mañana.

Desayunaba tranquilamente antes de ir a su entrenamiento de fútbol, algunas veces acompañado de su perro, que se había ganado el corazón de la pequeña hija de Harry, y otras veces, en las mañanas mas frías, iba solo, para poder ponerse en alguna de las mesas de adentro y sentir el agradable calor de la calefacción y el aroma a café en el aire.

Además, las mañanas en las que Harry se encontraba trabajando, poder tener una corta conversación con el.
Y aunque se conocían hacia relativamente poco, ambos se llevaban muy bien.

Cada vez que podían conversaban sobre cualquier cosa, no importaba exactamente sobre que, mas bien se trataba de saber que tal iba su día o que harían despues.

Es miércoles en la mañana cuando Louis está llegando a la cafetería y antes de entrar, logra ver a través del gran ventanal a Harry y su hija riendo sobre algo en la barra.
Sonríe antes de abrir la puerta haciendo sonar una pequeña campanita y adentrarse a la bonita cafetería.

El característico olor a café impregnado en el aire le da una bonita bienvenida a Louis, quien se quita su abrigo y se ubica en la mesa de siempre para esperar a ser atendido.

- Es un buen chiste - le dice Harry a su hija riendo - me gustaría saber como se te ocurren, pequeña traviesa.

- Es un secreto, no te lo puedo decir - responde divertida la rizada, orgullosa de hacer reir a su padre, quien se queja ante la respuesta de la niña.

- Ya lo averiguaré - asegura con una cara graciosa haciendo reír a Eva.

- Niall, la mesa dos - llama Liam interrumpiendo la conversación.

- Ya voy - responde el rubio agarrando su libreta antes de pasar por detras de Harry para dirigirse a la mesa.

Harry mira hacia dicha mesa y se encuentra con Louis, quién lo observa mientras se acomoda en aquella silla, que ya era prácticamente de el.

- Yo voy - dice rápidamente deteniendo a Niall, quien lo observa confundido mientras se dirige entusiasmado a atender aquella mesa.

- ¡Hola Lou! - saluda la pequeña desde su asiento en la barra. El castaño le sonríe y saluda con la mano antes de comenzar a hablar con su padre.

Niall mira la situación con confusión y no duda en preguntar rápidamente.

- ¿Lo conoces? - le pregunta a la pequeña rizada, quien responde con una sonrisa.

- Claro, es Louis - dice como si fuese lo mas obvio del mundo - ¡tiene un perrito llamado Clifford! Estoy intentando convencer a papá de adoptar uno, pero el no quiere, dice que puedo jugar con el, Lou tambien dijo eso - la niña no deja de hablar mientras Niall se permite observar a su amigo, quien atiende al supuesto Louis con una gran sonrisa.

- ¿Dónde conoció a tu papá? - pregunta el rubio.

- Viene muchas veces aquí, papá dice que es amable y que le gustan sus ojos - responde la menor encogiéndose de hombros restándole importancia a la conversación. Niall sonríe divertido al obtener aquella respuesta.

Y le llama la atención que, si el chico venía seguido, ¿por qué el nunca lo habría atendido? No recordaba haberlo visto antes por aquí.

Tal vez era porque Harry siempre se le adelantaba.

- Gracias por la información, pequeña - agradece divertido - eres la mejor - susurra sacando una tierna sonrisa de la niña.

Luego se asoma a la pequeña ventana de la cocina para hablarle a Liam.

- ¡Liam! - lo llama rápidamente.

- ¿Que sucede? - responde cerrando el horno para acercarse a Niall.

- A Harry le gusta el de la mesa dos.

The boy with the blue eyes || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora