9 | Escape

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-¡Hijos de puta! -gruñó Müller.
-¡No grites, pendejo! -siguió Mario.
-¡CÁLLENSE DE UNA BUENA VEZ!-reprendí y me toqué la cabeza por la resaca. Y aquí es cuando me quejo de haber tomado.
La casa estaba patas arriba, de hecho. Solo nos hallábamos Thomas, Mario, Bastian, el dueño de la casa y yo. Me paré con torpeza para despertar a Thomas. Él yacía dormido en el suelo junto a Bastian, quien lo abrazaba ligeramente.
El inicio de la guitarra eléctrica en Back In Black de AC/DC acabó con mi tranquilidad. Cassie también despertó gracias a la canción y apagó la música.
-Estoy muerta. -dejó escapar un grito ahogado.
-No más que yo. -murmuré.
-¡Mi examen de Filosofía empezará en media hora!
-Anda corriendo y no grites entonces.
Despedí a Rosberg con un gran abrazo para luego, fugar de aquí. No soportaba el olor del alcohol por ningún motivo, así que escribí una nota para Thomas escusándome del tremendo dolor de cabeza. En realidad, era verdad por lo que no estoy mintiendo a propósito.
Mi rostro debe ser un drama al que agregar pero ya todo me daba igual. Pedí un taxi y me dormí ahí hasta llegar a mi hogar. Saqué las llaves de mi chaqueta de cuero y las introduje con pereza.
Me lanzé boca abajo a mi acogedora cama cubriéndome con los edredones hasta que recibo un mensaje de él. Sonrío risueña antes de leer lo que contiene.

Sé que te escondes de la limpieza en casa de Manuel, pero no te preocupes. Tu sólo descansa que más tarde, voy para acompañarte.
Te amo, hermosa.

¿Ves? No te merezco. Eres una persona demasiado buena. Te espero con ansias.
También te amo y mucho. A.

Envié mi respuesta y al instante, me quedé dormida.

Al abrir mis ojos, dos brazos me mantienen apegada al firme pecho de él. Su respiración estremecía mi cuello y su olor varonil hechizó todos mis sentidos.
-¿Y que tal dormiste, flojita? -besó mi cabeza.
-Ahí, pero apesto. -hice una mueca. -Me bañaré y tu ordenarás la comida.
-¿KFC? ¿Pizza Hut?
-Pizza. -caminé hacia el baño. En respuesta, recibí una señal del pulgar arriba de Thomas.
Luego de liberar ese olor de pastrula, bajé para verlo comer la pizza e iba por la mitad. Y así, posee un cuerpo de dios griego.
-Hey, no te olvides de tu novia. -fruncí el ceño y le quité el pedazo que sostenía en su mano para darle una buena mordida.
-Recién comí una. Además, ya almorzé en la casa de Manuel. Come.
Prácticamente devoré la pizza en unos minutos con un café instantáneo. Nos sentamos en el sofá para ver alguna película. Escogí Poder Sin Límites, porque es una de las mejores que he visto, aunque su final conmueve mucho y sobretodo a mí que corazón de piedra.
Terminamos de verla para después salir al supermercado por la falta de algunas cosas que era mayormente comida. Con toda la pereza del mundo, me dirigí junto a él a su Audi que estaba aparcado en mi garaje. Sí, es automático. Como todo un caballero, abrió la puerta para que pudiese entrar y luego se subió él. En el camino, Hey Brother de Avicii alegraba el ambiente de manera prodigiosa. Thomas sabía de mis gustos musicales y le contagié la pasión por la música electrónica y otros géneros. Al llegar al lugar deseado, aparcó en la Playa de Estacionamiento e ingresamos al supermercado. Nos localizabamos en la zona de frutas y verduras para pasar a la de los panes.
-Entiendo tu amor por los panes de naranja pero no puedes sobrevivir el mes solo con eso, cariño.
-¡Es que son tan ricos! -exclamé refunfuñando. Llevaba ½ kg del dicho pan porque eran deliciosos.
-Bueno, solo porque no quiero engordar; llevaré 10 panes. -dije causando una sonrisa de suficiencia en su rostro.

I Still Love You [Thomas Müller]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora