Veinticinco. Sobre finales y belleza.

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Y te sigo viendo tan hermosa como siempre,

pero ya a ojos desnudos.

A sabiendas de que

lo que más me gustaba de tu hermosura

era la ilusión de poder ser yo

quien te lo dijera algún día.

Y que no te lo diría

a menos que respondieras acertadamente

a una pregunta que no hice.

Y te sigo viendo tan hermosa como siempre.

Aunque desde un primer momento

no supe no quererte.

Y vos no supiste quererme.

O no quisiste.

O no me viste.

Y es triste pensar que quizá me viste

y que no pude notarlo

por creer que no serías capaz

de mirarme igual que a vos mis ojos.

Y te sigo viendo tan hermosa como siempre.

Si bien inútiles son las despedidas

buscando desatar un nudo nunca hecho,

estaba necesitando un punto final.

Uno que fué puesto hoy,

cuando por primera vez te ví,

y no sentí esas locas e incontrolables ganas de quererte.

Pero te sigo viendo tan hermosa como siempre.

Tan hermosa, hermosa.

Paula.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora