Y te sigo viendo tan hermosa como siempre,
pero ya a ojos desnudos.
A sabiendas de que
lo que más me gustaba de tu hermosura
era la ilusión de poder ser yo
quien te lo dijera algún día.
Y que no te lo diría
a menos que respondieras acertadamente
a una pregunta que no hice.
Y te sigo viendo tan hermosa como siempre.
Aunque desde un primer momento
no supe no quererte.
Y vos no supiste quererme.
O no quisiste.
O no me viste.
Y es triste pensar que quizá me viste
y que no pude notarlo
por creer que no serías capaz
de mirarme igual que a vos mis ojos.
Y te sigo viendo tan hermosa como siempre.
Si bien inútiles son las despedidas
buscando desatar un nudo nunca hecho,
estaba necesitando un punto final.
Uno que fué puesto hoy,
cuando por primera vez te ví,
y no sentí esas locas e incontrolables ganas de quererte.
Pero te sigo viendo tan hermosa como siempre.
Tan hermosa, hermosa.
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Paula.
PoesíaTal vez un día te lea esto, Paula. Mientras tocas la guitarra para mi. O quizá nunca te enteres de que existe. Quizá nunca me toques la guitarra. Quizá nunca me toques. Quizá nunca te toque. Pero te pienso. Y te escribo.