Veintiseis. Lo que queda.

360 32 0
                                    

Porque nunca me leíste un poema

ni me cantaste una canción.

Porque nunca llenaste

ese espacio de mi cama

entre el hueco de mi espalda

y la pared de mi habitación.

Porque nunca habitaste

en el vacío existencial

que fuí construyendo de a poco

cuando apareciste vos.

Porque quizá fué mejor

que arrancarte de mis entrañas,

y arrancar de vos las ramificaciones de mis manos,

ya entrelazadas a tu pelvis

para cuando decidieras irte.

Porque preferiría,

antes que este eterno silencio

acabe por dejarme sorda,

ver mis huesos corroidos

por el eco de tu voz

en las paredes y ventanas

de una ciudad olvidada

que vendría siendo yo.

¿Y entonces?

Qué más que resignación

podría haber en mis ojos.

¿Y ahora?

Ahora.

Paula.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora