07 | Birdwhistle

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Mientras me quejo por lo pesadas que están las maletas de mamá, ella se encarga de revisar algunas cosas antes de irse

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Mientras me quejo por lo pesadas que están las maletas de mamá, ella se encarga de revisar algunas cosas antes de irse. Se le ve feliz. Quizá esto de su mudanza sea algo bueno para ambas.

En lo que enredo mis pies descalzos entre las alfombras amarillentas de la sala, me dirijo hacia la puerta principal, con dos bolsos de señora, llenos de ropa arrugada, para llevarlos al auto.

Al salir, asimilo fuera de la casa a un señor ya mayor y de muchas canas, posado sobre la capa del baúl de un viejo auto gris. Lleva un cigarro entre sus labios y un brazo cruzado. Parece ser más viejo que mi tía Ella, o al menos eso dice la cantidad de arrugas que presenta su rostro. Y el ser flacucho no le hace mucho favor.

El señor canoso me da la mirada y me ofrece ayuda con las maletas.

—Déjeme ayudarla —Mencionó el señor, desenlazando su brazo y caminando hacia mí.

—No hay problema, puedo sola —le dije casi desmayándome.

Este suelta una risa de abuelo: tosca y con un poco de flema.

—Te pareces a tu tía Ella —Me dijo—. Podría estar sufriendo hasta en lo más mínimo pero nunca pediría ayuda.

Escuché lo dicho por el señor canoso, y se me planteó una imagen de mi madre en la cabeza.

Mi madre es igual. Podría estar pasándola mal y estar muy jodida en cualquier aspecto posible, pero nunca pediría ayuda. Y por lo que veo, es algo de familia.

Yo le lancé una sonrisa apenas visible al señor como respuesta.

Este me libera de las manos ambas maletas pesadas, y las introduce en el baúl del auto. Le doy un vistazo al espacio y noto que hay muchas.

¿Será que en realidad piensa irse para siempre y abandonarme? Espero que no.

—Y ¿en dónde es que se quedará mi madre exactamente? —le pregunté al señor de canas altamente visibles.

—Warshbill —Murmuró—. El pueblo nativo de tu tía Ella y de Cindy.

No recuerdo quién es Cindy, pero imagino que será una de las hermanas fallecidas de mi madre. Lo curioso es que creí que todas habían nacido en el mismo lugar.

—¿Es en Malmö cierto? —cuestioné para estar segura.

—Correcto —Asintió para luego agregar—: ¿Y cómo está tu padre? ¿Aún sigue viviendo aquí?

Al escuchar su pregunta, me helé tanto que no pude hacer más que dar parpadeos sin parar.

Tu padre ha dicho. Y lo dijo como si fuera una de esas muchas personas que llegaron a creerlo alguien inocente. Alguien incapaz de hacerle daño a otros y menos a los seres que ama. Pero claro, como su forma de amar era algo tan particular, para algunos se justificaba.

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2023 ⏰

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