Maldita sea

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<<Oficina de May>>

Bienvenida Fernanda, toma asiento por favor- dijo Mayte, desde su escritorio.

Buen día May, siento el retraso -contestó dándole la mano, antes de sentarse frente a ella.

No te preocupes, eres tan puntual como siempre, ¿lista para nuestra última sesión? -preguntó May con media sonrisa.

Siempre lista -contestó Fernanda con la mirada fija en su psiquiatra.

Y como no estarlo, si desde pequeña tuvo que lidiar sola con sus crisis de ansiedad, hasta que las cosas se salieron de control y debió recurrir a su terapeuta actual, Mayte Lascurain, su ángel de la guarda y la única capaz de hacerla sentir mejor.

Te noto algo tensa ¿hay algo que quieras contarme? -Preguntó May, al sentir su incomodidad.

No quiero dejar de verte -soltó con la voz entrecortada.

Ya habíamos hablado de esto, necesitas aprender a controlar tus impulsos sin mi. -respondió May, anotando en su agenda.

Lo sé, pero no puedo, este receso no es buena idea- añadió Fer levantándose de golpe de su silla, evidentemente molesta.

Solo quiero saber si puedes controlar tu ansiedad sin tener que acudir a mi -explicó suavemente, tratando se acercarse.

Sabes que no puedo -susurró Fer clavando su mirada en la de ella.

Claro que puedes, confía en mi, yo estoy segura que que todas nuestras sesiones habrán servido de algo -trató de consolarla tomando sus manos.

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Pero la ansiedad y el temor de Fernanda ya estaban en su limite, pues la sola idea de no ver más a Mayte la enloquecía, pero no quería asustarla insistiendo con el tema así que solo asistió, fingiendo estar en calma aunque el temblor involuntario de su cuerpo la delataba.

Creo que estoy empeorando, no puedes dejarme ahora-confesó desesperada.

¿Por que lo dices? Creí que íbamos bien -preguntó extrañada Mayte.

Hay algo que no te he dicho.. llevo meses obsesionada con alguien- soltó, apretando más fuerte la mano de la rubia, quien empezaba a asustarse.

Momento, tus obsesiones solo son por cosas triviales, no por personas - la interrumpió con calma, soltando lentamente sus manos.

Y así era, pensamientos obsesivos sobre el futuro y nada más -explicó Fer desesperada.

Háblame de eso ¿Quién es? -preguntó May, regresando a su asiento.

Es la mujer más dulce y tierna del mundo, hace meses que sigo sus pasos, divorciada, vive sola, le encanta meditar, leer libros y sus hermanos la adoran- explicó fascinada, sentándose frente a ella.

Y en ese momento algo hizo clic en la rubia, la forma en la que Fer se referia a esa mujer, su rutina, sus gustos y esa sensación de que alguien la observaba hace semanas. Todo tenía sentido ahora.

¿May? Me estás escuchando? -preguntó Fer haciendo señas con su mano ante la mirada perdía de la rubia.

¿Por que lo haces? ¿por que la sigues? -preguntó derrepente, despertando así de su trance.

Fer solo desvió la mirada y jugando con sus manos confesó- Por que la quiero, me gusta y se que ella es perfecta para mi.

¿La quieres? O es uno más de tus caprichos- preguntó seriamente.

Pero de un segundo a otro la Mayte dulce y gentil que conociamos había desaparecido por completo, pues si había algo que ella no toleraba era la falta de sentido común y por otra parte Fernanda que solo con mirarla supo identificar de inmediato que Mayte ya sabía la verdad.

Estoy enamorada - trató de explicar Fernanda.

Lo que haces es perverso y psicótico -cuestionó Mayte, cambiando así su semblante.

Pensé que nunca te darias cuenta- soltó Fer, tratando de acercarse a la rubia.

Lo supe desde la primera vez que te vi- soltó Mayte molesta, caminando hacia la puerta.

Yo te lo puedo explicar - gritó desesperada, tomándola fuertemente del brazo.

Estás demente- gritó May, soltandosé bruscamente de su agarre.

Solo necesito que me des una oportunidad, para demostrarte que te quiero -respondió Fernanda, perdida en su mirada.

No necesitas jugar conmigo para ganarme -dijo May, acariciando sutilmente su mejilla.

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6 meses de terapia lograron que Fernanda desarrollara cierta fijación especial por la rubia, algo que Mayte sabía perfectamente, pues hace mucho que sabia que era ella quien seguía sus pasos, pero pese a todas sus dudas ansiaba saber hasta donde era capaz de llegar su admiradora secreta.

No queria asustarte, soy una idiota- se disculpó rápidamente Fer, tratando de salir de la oficina.

No te vayas, me tienes que explicar que está pasando -añadió May, cortándole el paso hacia la puerta.

Debes creer que estoy loca, lo siento tanto, tu has sido tan buena conmigo -se disculpo apenada.

Me gusta, nunca nadie se había obsesionado así conmigo -confesó May acercándose peligrosamente.

Esto no está bien -dijo Fer a escasos pasos de la boca de Mayte

¿No era esto lo que querías? Recordó con ternura, entrelazando sus manos.

La sesión ya terminó - se apresuró a decir Fernanda, muy nerviosa, tratando de alejarse de ella.

La sesión termina cuando yo lo diga - soltó May, molesta, acorralandola contra la puerta, antes de unir sus labios desesperadamente con los de ella.

Pues las apariencias engañan y si no me creen... pregúntenle a Fernanda y a su psiquiatra.

❣️❣️❣️





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