𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘊𝘳𝘰𝘴𝘴 𝘛𝘩𝘦 𝘓𝘪𝘯𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆

𝙙𝙞𝙚𝙘𝙞𝙨𝙞𝙚𝙩𝙚

—¿Por qué la venda en tu pierna? —desde temprano que Jaemin lo había visto y que quería preguntar.

El día estaba agradable, para ser un día de verano. El sol estaba presente, pero cada tanto era cubierto por alguna nube y corría un poco de brisa fresca, por lo que muchas personas se encontraban almorzando afuera.

—Me lastimé el miércoles, nada grave —contestó Lee, sin darle mucha importancia.

Claro que no fue consciente de que Chenle venía sigilosamente por detrás de él, aprovechó que el canadiense se descuidó y le arrebató la venda, llevándose en el camino, los pocos vellos que Mark tenía allí. Automáticamente, este apoyó su pierna en el asiento de piedra en el que estaba, para poder sobar su pierna, otra vez, sin ser consciente de que dejaría a la vista su herida.

—¡Es una puta mordida! —exclamó el chino, abriendo sus ojos más de lo normal.

—¡Cállate!

—¿Ahora te transformarás en un lobo o algo por el estilo? —bromeó el menor.

—Ha, ha. Muy gracioso.

—¿Mark Lee, qué fue lo que realmente pasó? —cuestionó Jaemin, haciéndole ojitos a su (para nada) inocente amigo.

—¿Fue Donghyuck? —maldito Chenle.

Mark estaba enojado, o al menos eso intentaba, pero su rostro no colaboraba, estaba todo colorado. Lo mejor hubiera sido faltar a clases o usar calcetines altos como el día anterior, aunque se veía ridículo, eso era mejor que esto.

Al no contestar la pregunta que le había hecho su amigo, todos supieron que su silencio lo afirmaba y allí comenzaron con las burlas.

—No seas tímido, Mark. Cuéntanos qué pasó.

—¿Por qué tendría que contárselo? Ustedes nunca me comparten sus cosas —reclamó Lee.

—Mark, debes entender. Yo no tengo una vida alocada de sexo todos los días, a Chenle nadie lo mira y Jisung todavía es un bebé —explicó Na, con toda la paciencia del mundo.

—Seguro.

Los dos menores quisieron saltar a defender su persona, pero se vieron interrumpidos por Mark.

—Donghyuck me mordió mientras teníamos sexo, ¿contentos?

Jaemin terminó por escupir el jugo que recién había ingerido, sin poder evitar una estruendosa carcajada que salió de su interior, acompañado de la sorpresa de los más pequeños.

—Quien lo diría, tienes a mi amigo como toda una perra, hijo.

Mark solo quería golpear a sus amigos, en especial a cierto chino bocón. .

...

—Y mira lo que me hizo —dijo el menor, luego de contar a detalle su último encuentro con Lee.

Renjun prestó suma atención, y aún más cuando Donghyuck bajó un poco su pantalón junto a la ropa interior, dejando ver una pequeña mancha morada en su nalga. El mayor, todo curioso, lo tocó con su dedo, para saber si era real, provocando que su amigo saltara en su lugar y se alejara.

—Todavía me duele, idiota —acarició con delicadeza su trasero.

—Así que ese Mark es también un salvaje.

—Algo así.

—Hoy lo vi en el baño y llevaba puesta una venda en su pierna, ahora sé la razón —rio el chino.