𝙘𝙪𝙖𝙧𝙚𝙣𝙩𝙖 𝙮 𝙨𝙚𝙞𝙨

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Las palabras de Jaemin continuaban dando vueltas en su cabeza porque,  realmente, nunca llegó a pensar que él y Donghyuck podrían lucir como una pareja, siendo solo amigos con derechos. Su mirada estaba disimuladamente sobre el moreno, que estudiaba en su escritorio —el que era antes su escritorio—, no podría ser cierto, ¿Donghyuck sintiendo cosas por él? Sonaba a un mal chiste, hasta hace poco se odiaban a muerte, además, ambos estuvieron de acuerdo en las reglas de aquella extraña relación y que claramente lo hicieron porque no había ni una pizca de atracción romántica entre ambos.

Cada vez que tenía una mínima interacción con Donghyuck, no veía a una persona «enamorada», simplemente veía a su compañero de cuarto, con quien finalmente comenzaba a llevarse mejor. Además, el menor nunca tuvo reclamo alguno ante alguna acción que pudiera llegar a ser inadecuada por parte de Mark.

Su relación se basaba únicamente en sexo y dejar de lado el amor, o las malas experiencias de ambos.

—¿Donghyuck?

El menor levantó la mirada de sus libros, dirigiéndola al mayor sobre la cama. Llevaba puesto su pijama de ositos marrones y su cabello lucía desalineado, quizás por la tonta costumbre que tenía de jugar con él, cuando estaba concentrado en algo.

—¿Qué sucede? —devolvió la pregunta en un casi susurro.

—Tú, ¿todavía te sientes cómodo con lo que tenemos? —desde que había llamado al moreno, que trataba de formular una pregunta adecuada.

El menor colocó un lápiz en medio de las hojas que se encontraba leyendo, cerrando por fin el libro y dedicándose a mirar a su compañero de cuarto.

—¿Tú no? —titubeó al preguntar.

—Yo estoy bien con esto, por el momento no busco una relación seria, pero pensé que quizás podrías llegar a cansarte de esto, no lo sé.

El menor abrió su boca, pero nada salió de esta, volvió a cerrarla y mirar a otro lado, como si buscara las palabras escritas en las paredes.

—Eeh... Estoy bien —aclaró.

Mark no supo como tomarse aquello, ¿eso significaba que estaba bien con la idea de continuar siendo amigos con derechos?

—E-está bien, supongo. Ya sabes, que cuando sientas que, esto ya se volvió aburrido, solo dímelo y lo dejamos.

—Sí.

El canadiense sonrió sin mostrar sus dientes, aunque esa sonrisa, seguramente, parecía más una mueca. El menor le dedicó exactamente la misma sonrisa y continuó con sus estudios, dejándolos caer de nuevo en ese silencio infernal.

—Donghyuck.

—Dime.

Sus voces sonaban un poco más apagadas que hace un momento.

—¿Quieres ir a cenar donde siempre? —el reloj ya marcaba las diez, casi once de la noche.

—Ve tú, yo ya quedé con Renjun, lo siento.

—Oh, está bien, no hay problema. Para la próxima entonces —esta vez sonrió de manera completa, mostrando gran parte de su hilera de dientes.

El mayor se levantó de la cama, dirigiéndose hasta su armario, para poder tomar un abrigo y ponerse algún calzado cómodo. Si Donghyuck no podía ir, él iría de todas formas, su estómago comenzaba a rugir y no iba a ignorarlo. Tomó sus pocas pertenencias de su cama y repisa y salió por la puerta.

Donghyuck quitó la vista de sus libros, esta vez cerrándolo por completo, suficiente estudio por el día de hoy, se recostó sobre su silla giratoria, subiendo uno de sus pies y abrazando su pierna.

𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘊𝘳𝘰𝘴𝘴 𝘛𝘩𝘦 𝘓𝘪𝘯𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora