⩩ El Ultimo Pétalo ˖ 𝗟𝕌𝐂𝘒𝕀𝐓𝗬 𓄹

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"Ella sabía que el no la quería, pero aun sabiéndolo no dejaba de emocionarse cada vez que el la miraba."

— AVENIDA 749

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Sabía que en algún momento alguien se iba a terminar enterando, así que no le sorprendía la situación, pero aún así se sentía un poco humillado frente a la dura mirada de su novio. Ambos estaban sentados en la mesa del pequeño comedor del departamento, Rubius frente a Alex, con una expresión muy sería, Mientras el joven solo bajaba la mirada... Ruben vio todo, era imposible negarle algo, o crear una tonta excusa, estaba atrapado.

— Quackity, ¿Quién es? No soy yo ¿Verdad? — Solto con voz suave, el castaño estaba dispuesto a hablar como personas civilizadas, a comparación de la pelea que tuvieron minutos atrás.

Alex se quedo callado por un momento, no quería mirarlo a la cara, de verdad era una mala persona, y eso lo sabía muy bien, pero no evitaba que se sintiera mal por ello.

— Ruben yo... — Trago y dió un fuerte suspiro, por fin levantando su rostro, el cual se notaban aun mas las ojeras que llevaba, su cara empapada por las lagrimas y sus ojos levemente rojizos  —... Lo siento mucho de verdad, solo no se que hacer — Su voz de a poco se iba quebrando, y empezó a hipear mientras las lágrimas comenzaron a caer nuevamente, lleva sus manos a sus ojos restregando estos y taparse la cara, no quería que lo viera así.

Suelta un suspiro suave, bajando su mirada — Así que es Luzu ¿No? — Llevo su mano a su nuca sobando está.

Alex se quedó callado dándole a entender al chico alto que tenía razón, Quacks trata de ahogar los sollozos que soltaba y dejar de llorar de una maldita vez.

— Yo ya lo sabía... Bueno, lo sospechaba mas bien, desde el principio — volvió a hablar llamando la atención del mas bajo que lo miro.

Pero esa mirada duro un segundo, ya que hizo que su llanto fuera aún mas fuerte, sin poder quedarse callado, y volver a bajar su cabeza.

Se levantó lentamente — Alex — Lo llamo mientras se acercaba a él despacio — Patito... — Susurró al arrodillarse frente a él, envolviendo su delicado cuerpo entre sus brazos, Quackity habia bajado de peso drásticamente y se notaba demasiado.

El hombre que pensó que le gritaria en cuanto se enterara, el que pensó que lo dejaría de lado en cuanto supiera la verdad, estaba abrazándolo con fuerza, aferrandose a él. Y deseo enamorarse de este chico, quiso poder elegir a quién amar, y por primera vez se arrepintió de todo, no sabía que su primer amor sería el último, se arrepintió de no haber intentado mas fervientemente tratar de olvidarlo, haberse fijado mas en el chico noruego que siempre lo había mirado con tanto amor y cariño, que lo trataba como lo merecía, y todo esto suena como si estuviera culpando a Luzu de lo sucedido, pero en realidad se culpaba a si mismo por sus tontos sentimientos, quería aprender a volver a amar, amar sanamente, pero no sabía cómo hacerlo, y también sabía que no había vuelta atras en este punto.

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El chico alto fue muy considerado con Quackity, y lo ayudó a su vez. Ruben lo amaba de verdad, y trataría de entender su dolor, de no atacarlo con lo que sentía, no tenía el derecho, sabía que el menor no eligio enamorarse de Borja, pero aún así, aunque lo tratará de comprender, no evitaba que le doliera, y demasiado, en gran parte se sentía traicionado, y es irónico, ya que siempre sospechoso del interés del pelinegro por su mejor amigo, pero que le iba a hacer.

Mientras tanto Quackity, seguía bastante impresionado por su comportamiento, de verdad estaba actuando como un ángel con el, lo esperaba después de clases para verlo y darle cariño, o simplemente asegurarse de que estaba bien, y en gran parte Alex lo regañaba porque al estar con el muy seguramente estaría llegando tarde a una de sus clases, pero el castaño alto seguía apareciendo en la puerta al acabar su clase, y la verdad estaba muy agradecido con él... De verdad, cada vez confirmaba mas el muy buen partido que era.

...

— ¿Sabes que le pasa a Ruben? Últimamente esta actuando muy hostil conmigo, yo que le he hecho a ese tío — Habló luzu, cambiando el tema que tenían anteriormente a la charla con Quackity.

— ¿De que hablas? Esta igual que siempre — Río tratando de sonar más creíble y mirar hacía otro lado.

— Nono, de verdad te lo digo, también esta mas atento a ti, siempre lo veo en la puerta del salón en el que estas al terminar las clase y demás — Sobo su barbilla pensativo — acaso... — Miro al menor con duda, y este le miro de vuelta — ¿Llegaron ya a Cuarta base? — Solto divertido.

— Que chingados — Hizo una mueca, y su rostro se volvió totalmente rojo, haciendo que el mayor no pudiera evitar soltar una carcajada. — Que porquerías dices Luzu — Solto con fastidió, tratando de bajar el tono rojizo de su rostro

De repente los hombros del menor fueron envueltos por un brazo, el recién llegado beso a Quackity sin previo aviso sorprendiendo al que se encontraba mirando la escena.

— Hola Cariño, ¿Quieres que vayamos a otro lugar? Este sitio apesta a idiota... —  Mascullo la última frase, pero aún así fue entendible para los dos chicos, y sin esperar respuesta Ruben jalo a su novio lejos de allí y lanzar una mirada de odio al mayor antes de irse.

Al estar lo suficientemente apartados Quackity empujó a Ruben ya que en todo el camino no pudo, debido a la diferencia de fuerzas.

— ¿Qué chingados te pasa? — Solto sin evitar hacer notar su enojó.

— ¿Que me pasa a mí? Mas bien que te pasa a ti, quiero que te alejes de ese cabron Alex — Su voz sonaba dura, y haciéndose malentender como si fuera una orden.

—  dejá tus malditos celos — Hablo sin pensar, dándose cuenta al instante de que lo que acababa de decir era una total tontería — Perdón... no quise decir eso, dije lo primero que se me vino a la mente — Baja su mirada.

El mas alto suelta un pequeño suspiro, y con mucho que decir se va, no quería pelear con el menor, tenía miedo de llegar a decir palabras hirientes. Nunca antes tenían una discusión, y si la había era en broma o una cosa mínima, ahora parecía que cada segundo iba a estallar la tercera guerra mundial entre ellos. Estaba haciendo todo lo posible por permanecer a su lado, a pesar del dolor que se plantaba en su pecho cada vez que recordaba que el chico de gorra suspiraba por un hombre que no era él, y que por consecuencia se estaba muriendo desde dentro.

...

Alex, no esta seguro de su respuesta.

¿Y tú...?

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